El Celta exhibe su cara m¨¢s vulgar
El equipo de Lotina pone fin al conato de reacci¨®n frente a un serio Racing
La reacci¨®n acab¨® por decreto. Despu¨¦s de tres partidos en los que el Celta se apart¨® de la mediocridad, la vulgaridad m¨¢s absoluta se apoder¨® de nuevo del equipo de Lotina, que como en los viejos tiempos volvi¨® a reunir a sus jugadores detr¨¢s de la pelota. El par¨¦ntesis de juego y ocasiones que se prdujo en las ¨²ltimas semanas ten¨ªa una f¨®rmula: 4-2-3-1. O lo que es lo mismo: f¨²tbol con extremos. Pero Lotina no le dio una cuarta oportunidad a su equipo, que reincidi¨® en los tres pivotes defensivos, en los carrileros y en la asamblea detr¨¢s del bal¨®n.
Sus intenciones quedaron al desnudo en el primer minuto, cuando se adelant¨® el convincente Racing de Alcaraz, que ya hab¨ªa demostrado su poder hace dos jornadas en el Bernab¨¦u, y se vio en el dilema de atacar con un equipo alumbrado exclusivamente para la especulaci¨®n. Las desenfrenadas acometidas de la segunda mitad s¨®lo reforzaron su aspecto de equipo en proceso de descomposici¨®n.
CELTA 0 - RACING 1
Celta: Pinto; ?ngel, C¨¢ceres (Catanha, m. 76), Sergio, Sylvinho; Oubi?a (Gustavo L¨®pez, m. 61), Jos¨¦ Ignacio (Juanfran, m. 46), Luccin; Mostovoi, Jesuli; y Milosevic.
Racing: Ricardo; Coromina, Casar, Juanma, Neru; Matabuena (Anderson, m. 79), Mateo; Mor¨¢n, Benayoun, Regueiro (Ayoce, m. 72); y Bodipo (Javi Guerrero, m. 83).
Gol: 0-1. M. 2. C¨®rner que lanza Regueiro y Bodipo toca de cabeza para que remate de primeras Benayoun.
?rbitro: Mu?iz Fern¨¢ndez. Amonest¨® a Mor¨¢n, Sergui, Coromina y Juanfran. Mostr¨® roja directa a Luccin (m. 90).
Unos 15.000 espectadores en Bala¨ªdos.
Si el Madrid combina zidanes y pavones, en el Celta de Lotina s¨®lo caben joseignacios. Aparecen por todas partes, enviando al banquillo a tipos sin duda mucho m¨¢s ingeniosos como Gustavo L¨®pez, Jandro, Vagner o Giovanella. A contracorriente de cr¨ªticas y resultados, el entrenador c¨¦ltico insiste en un perfil de futbolistas toscos y entregados, que lastran el juego del equipo hasta la desesperaci¨®n.
Para frenar al Racing, Lotina sac¨® de su chistera al joven Oubi?a, demasiado inexperto para conducir al equipo y extra?amente parecido en el manejo del bal¨®n a Jos¨¦ Ignacio. Entre ambos y Luccin esperaron al grupo de Lucas Alcaraz, con el nefasto resultado de un gol racinguista en el segundo minuto del encuentro, que dio paso a una primera parte de pesadilla.
Menos obsesionado por resguardarse, el Racing le dio una lecci¨®n de f¨²tbol al Celta durante toda la primera mitad. Necesitados como andaban los de Vigo en lanzar a sus carrileros al ataque, Mateo y Benayoun se pasaron la noche encontrando la espalda de ?ngel, por la que se exhibi¨® Regueiro. La movilidad de Bodipo fue una tortura para los dubitativos C¨¢ceres y Sergio. La mejor demostraci¨®n de los muchos problemas en la zaga que atraviesa el muy defensivo Celta quedaron retratados en el gol, un saque de esquina lanzado por Regueiro que Bodipo acarici¨® con la cabeza a placer y Benayoun remat¨® tal y como le ven¨ªa, sin oposici¨®n alguna.
La segunda parte, disputada a toque de corneta, reflej¨® la desvertebraci¨®n del Celta. Primero ingres¨® Juanfran, convertido en extremo; despu¨¦s Gustavo L¨®pez por un carril inconcreto y, finalmente, Catanha, a medida que el entrenador iba retirando efectivos defensivos. Pero el plan de ataque consisti¨® en lanzar balones al ¨¢rea, donde el Racing se defendi¨® con relativa comodidad.
Incluso en esas circunstancias se pudo apreciar el nuevo orden c¨¦ltico: en la jerarqu¨ªa de Lotina, la voluntariosa zurda de Juanfran es m¨¢s valiosa que la fina pierna izquierda de Gustavo L¨®pez, al que su entrenador conden¨® otra vez a la banda derecha. Semejante puesta en escena s¨®lo pod¨ªa deparar un nuevo ejercicio de vulgaridad.
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