La 'burbuja rosa'
El t¨¦rmino no debe confundir, porque la f¨®rmula de las revistas rosa de toda la vida ha sido trastocada, triturada, subvertida en la peque?a pantalla hasta convertirla en un g¨¦nero propio, con personajes propios -los llamados freakies, algo as¨ª como tipos espont¨¢neos, ajenos al mundillo- y lenguaje propio. En los antecedentes del fen¨®meno est¨¢ el programa T¨®mbola, que irrumpi¨® en la televisi¨®n valenciana, Canal 9, en marzo de 1997, y fue exportado con ¨¦xito a otras cadenas auton¨®micas hasta que, una tras otra, optaron por suspenderlo. Hoy, los temas del coraz¨®n est¨¢n presentes en 25 programas de las cadenas espa?olas. Todos coexisten gracias a una perfecta simbiosis, que hace de la exclusiva de uno, alimento esencial para los restantes. Podr¨ªa decirse que tambi¨¦n en este tema, como en el inmobiliario, estamos ante una burbuja, una burbuja rosa destinada a estallar en alg¨²n momento. Esa esperanza tienen las principales v¨ªctimas de este boom, las revistas del coraz¨®n. Pero no todo el mundo est¨¢ de acuerdo.
Tele 5 dedica casi el 50% de su programaci¨®n a temas del 'coraz¨®n', y es l¨ªder de audiencia en Euskadi, Comunidad Valenciana y Canarias
"La noticia del 'coraz¨®n' es un mundo muy clasista", dice Gustavo Gonz¨¢lez. "No hay casi futbolistas, salvo los del Real Madrid. Es un mundo muy pijo"
"Es un momento de oro para las productoras, que pueden vender el mismo material a 25 programas, y la cosa no ha tocado techo", opina Mariola Cubells, con una experiencia de ocho a?os en la trastienda de esta llamada telebasura. "Todos los programas se basan en el dinero. Los invitados cobran por ir. Las cosas funcionan as¨ª: una pava que nadie conoce llama a un programa para decir que se ha tirado a Dany [novio de Bel¨¦n Esteban, madre de una hija del torero Jesul¨ªn de Ubrique]. Esa llamada es gratis, pero luego recibe montones de invitaciones a programas de Antena 3, Tele 5 y otras cadenas regionales, lo que significa hasta seis apariciones, todas remuneradas. Y esa notoriedad le sirve para aparecer en T¨®mbola al d¨ªa siguiente".
T¨®mbola sigue siendo uno de los programas m¨¢s ricos del g¨¦nero, hasta el punto de que, seg¨²n Miguel Maz¨®n, miembro del Consejo de Administraci¨®n de la Radiotelevisi¨®n Valenciana, cuesta entre 28 y 30 millones por emisi¨®n, contando el cach¨¦ de los periodistas-tertulianos, que rondar¨ªa las 600.000 pesetas per c¨¢pita. Cubells ha aprovechado su experiencia para escribir un libro (?M¨ªrame, tonto!) en el que cuenta el modus vivendi de estos programas. "Creo que son muy nocivos, que aniquilan las neuronas y crean la conciencia de que eso es lo v¨¢lido", dice. En cuanto a los culpables, apunta el dedo contra periodistas y programadores. "El espectador ve lo que le ofrecen, se come nuestra oferta".
Una oferta siempre en aumento que funciona espl¨¦ndidamente. "Es una moda m¨¢s, como lo fueron inicialmente los culebrones latinoamericanos, que se quemaron en,seguida, y luego, los programas de testimonios. Admito que han tenido el m¨¦rito de introducir la iron¨ªa en el g¨¦nero, pero creo que se ha llegado demasiado lejos. Todos estamos deseando que el fen¨®meno se agote", comenta un ejecutivo ligado a la prensa rosa tradicional. Una esperanza que comparten seguramente en la sede madrile?a de la revista Hola, buque insignia de los semanarios del sector, que ha sufrido, igual que Diez Minutos, Semana y Lecturas, los zarpazos de esta burbuja televisiva.
Hermetismo y misterio
La direcci¨®n de Hola afronta el caso con total hermetismo. Ninguno de los intentos de este peri¨®dico por ponerse en contacto con alg¨²n responsable de la revista ha tenido ¨¦xito. Pero los datos de la crisis abundan. "Antes se valoraban las exclusivas, ahora cuesta mucho venderlas", dice un fot¨®grafo con 25 a?os de experiencia en este negocio, que prefiere guardar el anonimato. "Hola sigue siendo un gigante, pero ya no tiene 200 p¨¢ginas, porque ha perdido publicidad. Igual les ocurre a Diez Minutos' y Semana".
Desde 1997 hasta 2002, el semanario de las princesas ha reducido su tirada media de 810.383 ejemplares a 742.229, seg¨²n datos de junio pasado facilitados por OJD. "Es cierto que estamos perdiendo lectores y publicidad, aunque esto les ha pasado a todos los medios de prensa desde el 11-S", reconoce Javier Montini, delegado de Lecturas en Madrid, con 32 a?os de oficio. A juicio de Montini, el da?o de los programas rosas de la televisi¨®n ha sido m¨²ltiple. "Nosotros trat¨¢bamos a los personajes de forma constructiva, ellos lo hacen de forma destructiva, con lo cual el personaje termina quemado y cambia de actitud tambi¨¦n hacia nosotros. Por otro lado, la gente empieza a cansarse de ver en todos los programas los mismos personajes, y eso nos afecta a nosotros". Montini aporta un dato para reforzar su tesis. "Hay cadenas, como Tele 5, que dedican casi el 50% de su programaci¨®n a temas de coraz¨®n". Con indudable resultados. En la Espa?a plural, esta cadena es l¨ªder de audiencia en Euskadi, Comunidad Valenciana y Canarias.
Montini, delegado de Lecturas, y sus colegas de la prensa del coraz¨®n, que creci¨® con la boda de Fabiola y Balduino, en 1960, esperan tambi¨¦n que se llegue al l¨ªmite. Que estalle la burbuja rosa en televisi¨®n, sin que la sangre les salpique.
Periodistas-estrellas en el plat¨®
EL ENGRANAJE ECON?MICO y la facturaci¨®n de esta industria relativamente nueva es un secreto muy bien guardado sobre el que ¨²nicamente cabe hacer conjeturas. La responsable de la secci¨®n de reportajes de Sociedad y Coraz¨®n, de la agencia Europa Press, responde amablemente que no est¨¢ autorizada a decir una sola palabra sobre este particular. No ya datos de facturaci¨®n, sino ning¨²n detalle de su modo de operar con estos famosos y famosillos. "Lo siento, pero es una orden de la propia empresa. Nos est¨¢ prohibido por contrato abordar este tema", explica despu¨¦s de reconocer que el negocio va viento en popa. Parad¨®jicamente, el mayor problema es la escasez de materia prima, es decir, la escasez de verdaderos personajes, porque, seg¨²n los expertos, no es f¨¢cil acceder al Olimpo rosa. "La noticia del coraz¨®n es un mundo muy clasista", dice Gustavo Gonz¨¢lez. "No hay casi futbolistas, salvo los del Real Madrid. Es un mundo muy
pijo". La familia real es un fil¨®n importante, aunque buena parte de los profesionales del g¨¦nero se quejan de que el tratamiento que est¨¢n obligados a darles es tan cuidadoso que casi pone en duda la libertad de expresi¨®n. La familia Aznar figura entre las que tienen mucho tir¨®n, aunque los programas del coraz¨® n han convertido en celebridades a los propios periodistas del g¨¦nero. Jes¨²s Mari?as, Lidia Lozano o Karmele Marchante, asiduos participantes en T¨®mbola y en otros programas, son el ejemplo m¨¢s evidente. Su presencia en el plat¨® provoca el entusiasmo del p¨²blico, que les jalea y les pide aut¨®grafos como si fueran las verdaderas estrellas del programa. Aun as¨ª, T¨®mbola ha sufrido algunos reveses. Telemadrid lo suprimi¨® hace un par de a?os, dicen las malas lenguas que por decisi¨®n de Alberto Ruiz-Gallard¨®n, y Canal Sur hizo otro tanto en septiembre de 1997, en represalia por los excesos del programa dedicado a la muerte de la princesa Diana de Gales.
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