Una bomba mata a cuatro civiles en Basora

Una bomba sacudi¨® ayer la habitualmente tranquila Basora, en sur de Irak, y dej¨® al menos cuatro iraqu¨ªes muertos y nueve heridos. Por la noche, cuatro proyectiles impactaron en la llamada Zona Verde, el complejo que alberga el cuartel general de la Administraci¨®n de EE UU en Bagdad. "Hay varios veh¨ªculos da?ados pero no hay heridos", dijo una portavoz militar estadounidense. Horas antes, en a la entrada de un juzgado en el centro de la capital, otro artefacto explosivo hiri¨® a dos polic¨ªas y a cuatro presos.

Fueron los tres atentados m¨¢s llamativos entre otros ocurridos en distintos puntos de Irak y de los que EE UU responsabiliza a una alianza entre simpatizantes de Sadam y extremistas isl¨¢micos. El jefe de las fuerzas de la Coalici¨®n, general Ricardo S¨¢nchez, mencion¨® por primera vez la detenci¨®n de 20 presuntos miembros de Al Qaeda, pero reconoci¨® no tener pruebas tangibles de su vinculaci¨®n con la insurgencia iraqu¨ª.

"En alg¨²n momento hemos llegado a tener detenidos a unos veinte sospechosos de pertenecer a Al Qaeda, pero, seg¨²n los hemos ido interrogando y filtrando, no hemos podido establecer de manera definitiva que fueran miembros de Al Qaeda", reconoci¨® S¨¢nchez ante la prensa. El general jefe de todas las fuerzas de la Coalici¨®n no dijo en ning¨²n momento ni d¨®nde est¨¢n detenidos ni cu¨¢ndo, ni si alguno de ellos ha quedado ya en libertad. Defendi¨® que, si no se trata de integrantes de esa red, al menos est¨¢n entrenados y financiados por Osama bin Laden u otros grupos terroristas.

S¨¢nchez estim¨® en "dos centenares" el n¨²mero de combatientes extranjeros que pueden estar actualmente operativos en Irak. "Vemos pasar a yemen¨ªes, sudaneses, sirios y egipcios", dijo, dando a entender que se est¨¢n colando en el pa¨ªs. Desde hace algunos meses, los funcionarios estadounidenses aseguran que esos infiltrados colaboran con los insurgentes locales. Sin embargo, los jefes militares sobre el terreno han manifestado sus dudas sobre el n¨²mero de ¨¦stos y su papel. "No he visto ninguna entrada de combatientes extranjeros en Bagdad", declar¨® recientemente el general Martin Dempsey, jefe de la Primera Divisi¨®n Acorazada con base en la capital iraqu¨ª.

Aumento de ataques

El general S¨¢nchez admiti¨® que las acciones contra sus tropas han aumentado, pero asegur¨® que los insurgentes saben que "desde el punto de vista militar no pueden derrotarnos". Tal vez no. Sin embargo, las ¨²ltimas acciones los han puesto en un brete. Por ejemplo, el derribo de dos helic¨®pteros la semana pasada. El m¨¢ximo responsable militar en Irak reconoci¨®, por primera vez ayer, que el Black Hawk que se estrell¨® el viernes fue derribado por un lanzagranadas en el momento del aterrizaje.

Los ataques a patrullas militares estadounidenses en los alrededores de Bagdad, el tri¨¢ngulo sun¨ª o incluso en Mosul, se han convertido en una rutina. La bomba de ayer en Basora no encaja en esa pauta. El sur de Irak se ha mantenido comparativamente tranquilo desde la ca¨ªda del r¨¦gimen anterior. La explosi¨®n, que destruy¨® un minib¨²s y alcanz¨® a varios ni?os que acud¨ªan a una escuela cercana, se produjo en una avenida por la que a veces circulan soldados brit¨¢nicos, a cargo de la seguridad en esa ciudad del sur de Irak, pero no hab¨ªa ninguno en los alrededores. Resulta dif¨ªcil determinar qui¨¦n era el objetivo.

Por otra parte, la muerte, que fue confirmada ayer, del presidente del Consejo Vecinal del populoso barrio de Sadr City, en Bagdad, ha aumentado la tensi¨®n en la capital. Mohamed Ghazi al Kaabi muri¨® durante un altercado con tropas norteamericanas el pasado fin de semana.