Arafat se suma al boicoteo de Sharon al plan impulsado por pacifistas israel¨ªes y palestinos
Los Acuerdos de Ginebra pretenden lograr una soluci¨®n global al conflicto de Oriente Pr¨®ximo
El primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, y el presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, cada uno por su lado y a su manera, emprendieron ayer una batalla contra los Acuerdos de Ginebra, el pacto elaborado por pacifistas de los dos bandos, que ser¨¢ hoy presentado en Suiza. Mientras Sharon aseguraba que apoyar esta iniciativa supon¨ªa favorecer el terrorismo, Arafat se negaba a pronunciarse oficialmente sobre el plan, lo que provoc¨® la confusi¨®n y supuso un respaldo a las movilizaciones y las cr¨ªticas de los sectores radicales, que trataron de impedir que algunos delegados salieran de Gaza.
"Apoyar los Acuerdos de Ginebra supone en cierta manera animar el terrorismo", asegur¨® ayer un portavoz del Gobierno de Israel en un mensaje claramente dirigido a los promotores del proyecto, pero tambi¨¦n al secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, que ha anunciado su intenci¨®n de recibir en Washington a los dos animadores de la iniciativa: el ex ministro de Justicia israel¨ª Yosi Beilin y el de comunicaci¨®n palestino Yasir Abed Rabbo. En medios gubernamentales israel¨ªes se insist¨ªa en condenar el proyecto asegurando que "en ciertos pa¨ªses democr¨¢ticos se hubiera perseguido judicialmente a los responsables de una iniciativa similar".
La Autoridad Nacional Palestina y la direcci¨®n del partido gubernamental Al Fatah, por su parte, se negaron ayer a dar el permiso oficial para que los delegados pudieran viajar a Ginebra. Esta postura poco clara ha supuesto un respaldo a los radicales que se han venido manifestando en contra del acuerdo y que animaron incluso a un grupo de exaltados a disparar contra el domicilio de Yasir Abed Rabbo en Ramala. A ¨²ltima hora de la noche, tras haber sufrido todo tipo de presiones, Arafat levant¨® el veto, lo que permiti¨® la salida hacia Ginebra de una delegaci¨®n reducida encabezaba por el ministro sin cartera, Madura Fares, y el asesor de seguridad Jibril Rajub.
Pero no s¨®lo existen los Acuerdos de Ginebra. Israel¨ªes y palestinos se debaten desde hace semanas entre siete planes de paz, con los que se intenta romper el bloqueo y el estancamiento provocado por tres a?os de Intifada y la muerte de los Acuerdos de Oslo. Esta reflexi¨®n conjunta refleja la bancarrota de la pol¨ªtica belicista y sin horizonte pol¨ªtico de Ariel Sharon, pero al mismo tiempo demuestra la confusi¨®n en que las dos sociedades se encuentran sumidas.
Dos de estos siete planes de paz han sido elaborados por los sectores pacifistas israel¨ªes y representantes de las alas moderadas de los partidos parlamentarios palestinos: La Voz del Pueblo y los Acuerdos de Ginebra. El primer documento, de poco menos de un folio, contrasta con la minuciosidad de la segunda propuesta, que tiene 46 folios y con el que se pretende solucionar todos los puntos en conflicto.
La estrategia separa tambi¨¦n a las dos iniciativas pacifistas; mientras la Voz del Pueblo, promovida por el catedr¨¢tico palestino Sari Nuseibeh y el ex responsable de seguridad israel¨ª Ami Ayalon, intenta conseguir el apoyo popular mediante una campa?a de recogida de firmas -ya tienen m¨¢s de 170.000-, el segundo documento, el Acuerdo de Ginebra, trata de crear un "nuevo estado de opini¨®n", por lo que se han distribuido cerca de dos millones de copias del texto titulado S¨ª a un acuerdo.
Desde el Gobierno de Israel se ha respondido a las iniciativas pacifistas con tres proyectos diferentes de pacificaci¨®n. El partido nacionalista Likud y el laico Shinui han elaborado sendas propuestas de paz muy similares. Aunque el proyecto de los nacionalistas, conocido como el plan Sharon, se encuentra en una fase embrionaria, de la que s¨®lo por ahora el primer ministro ha desvelado unos trazos generales, coincide con el plan Shinui en la defensa a ultranza de la construcci¨®n del muro de separaci¨®n y el desmantelamiento de algunos asentamientos, para conseguir a cambio un alto el fuego indefinido. Las dos propuestas no hacen ninguna referencia a un hipot¨¦tico Estado de Palestina.
Pero, adem¨¢s de estas dos propuestas, en el seno del Gobierno ha aparecido una tercera propuesta promovida por el Partido Nacional Religioso, integrado por los colonos. El proyecto sustituye la visi¨®n de dos Estados por el de un ¨²nico Estado, dividido en 10 cantones, en el que los jud¨ªos tendr¨ªan ocho circunscripciones, mientras que los palestinos s¨®lo lo har¨ªan en las dos restantes. Todo el poder pol¨ªtico, incluido el Ejecutivo, quedar¨ªa en manos de los jud¨ªos.
El Partido Laborista, desde la oposici¨®n, ha lanzado tambi¨¦n un proyecto que insiste en la idea de los dos Estados y defiende la construcci¨®n del muro de separaci¨®n, aunque propugna que respete la l¨ªnea verde del armisticio de 1967. La filosof¨ªa de la propuesta coincide con los Acuerdos de Oslo, no en vano su defensor es el ex primer ministro israel¨ª Sim¨®n Peres.
Pero ninguna de estas seis propuestas parece capaz de desbancar y superar el embate de la Hoja de Ruta, impulsada por Estados Unidos y defendida desde el pasado mes de junio por la Administraci¨®n republicana del presidente George W. Bush.
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