Un oasis en Tierra de Campos
Medina de Rioseco y la sublime capilla de ?lvaro de Benavente
Nada brinda aqu¨ª el arte f¨¢cil, ni alienta instintos generosos, ni alimenta imaginaciones rom¨¢nticas, ni habla de ternezas al coraz¨®n. Se planta un ¨¢rbol, y se seca; abr¨ªs una fuente, y se agota; cuid¨¢is un p¨¢jaro, y se muere. La contemplaci¨®n repetida y continua de un mismo paisaje desnudo y uniforme ha de contribuir inevitablemente a esa denunciada aridez del esp¨ªritu". As¨ª describi¨® Justo Gonz¨¢lez Garrido, natural de Medina de Rioseco, la comarca de Tierra de Campos a comienzos de los a?os cuarenta. Pero el viajero que se adentre hoy por esa hermosa regi¨®n natural no ver¨¢ esa tierra de desoladora severidad, sin ¨¢rboles, ni fuentes, ni verdores, ni las suavidades de la humedad, una tierra en que "la ternura est¨¢ honda, y la alegr¨ªa del cielo demasiado alta", a que se refiere Gonz¨¢lez Garrido. Es verdad que persisten muchos de sus problemas, la despoblaci¨®n, el envejecimiento, la ausencia de soluciones productivas y la crisis del campo, pero Medina de Rioseco es hoy una ciudad llena de encanto, donde se pueden saborear ricos dulces, contemplar sorprendentes obras de arte y pasear por frescas zonas verdes, entre las que destacan los jardines de la Concha y las m¨¢rgenes del canal de Castilla.
El eje de la ciudad sigue siendo la R¨²a Mayor, con sus soportales corridos. Entre sus calles surgen los grandes templos que recuerdan la grandeza de su pasado. La iglesia de Santiago, con su fachada renacentista; la iglesia de Santa Cruz, de sobria construcci¨®n y con una interesante c¨²pula barroca; la de San Francisco, en la que destacaban las figuras de barro de Juan de Juni, y sobre todo la iglesia de Santa Mar¨ªa de Mediavilla, construida entre finales del siglo XV y principios del XVI, en estilo g¨®tico flam¨ªgero con influencias renacentistas. Es en esta iglesia donde se encuentra la capilla de ?lvaro de Benavente, a la que Eugenio d'Ors se refiri¨® como la Capilla Sixtina castellana, por la profusi¨®n inagotable de sus motivos y por centrarse en los temas de la creaci¨®n del mundo y del juicio final. Emilia Pardo Baz¨¢n rememorar¨ªa al verla ese "algo color p¨²rpura" que Flaubert quiso evocar en su fantas¨ªa oriental de Salamb¨®, y Garc¨ªa Lorca situar¨ªa sus delicadas figuras modeladas en yeso, a la manera ar¨¢biga, al lado de las fantas¨ªas de Goya, los desvar¨ªos m¨ªsticos de El Greco y el temblor lunar de los cuadros de Zurbar¨¢n.
Y, sin embargo, ni Pardo Baz¨¢n ni Lorca parecen haberse detenido a mirar estas figuras con suficiente atenci¨®n, pues m¨¢s all¨¢ de la invocaci¨®n al Apocalipsis, y de ese canto tan espa?ol al triunfo de la muerte, la capilla entera parece animada por un esp¨ªritu leve, que ama y se recrea en la vida y el gozo de los cuerpos. Una capilla, en suma, que m¨¢s que hablar de las terribles amenazas que pesan sobre el hombre, se ofrece, como afirma Fernando Chueca Goitia, como un poema, una Divina Comedia, que remite a Miguel ?ngel, pero sobre todo a Dante, y a la figura de Beatrice, pues toda ella est¨¢ dedicada a la Virgen y a su funci¨®n mediadora. O mejor dicho, a la mujer, pues hay una continuidad absoluta entre la figura de Eva y la de la Inmaculada, que ocupa el lugar central del retablo de Juan de Juni.
Jard¨ªn atrevido
Un esp¨ªritu leve, benigno, por momentos casi burl¨®n, alejado de las sombr¨ªas admoniciones cristianas, parece flotar sobre paredes y c¨²pulas, creando un jard¨ªn recogido, lleno de encanto y de tiernos atrevimientos. Una isla ¨²nica, en ese mundo lleno de infinitos rigores, del que la propia Semana Santa de Medina de Rioseco ser¨¢ luego expresi¨®n. El para¨ªso, la presencia del agua, los animales pl¨¢cidamente emparejados y la ins¨®lita imagen de Eva abandonando somnolienta y ruborosa el para¨ªso, se unen a la dulce postraci¨®n de sibilas, profetas y ¨¢ngeles en la c¨²pula, y al lento desperezarse de los muertos el d¨ªa del juicio final, creando un mundo que parece resistirse a abandonar la gozosa beatitud del sue?o. Un mundo de jardines umbr¨ªos y de pensativas fuentes que habla de esa otra Castilla, a la que Jim¨¦nez Lozano ha dedicado alguna de sus p¨¢ginas m¨¢s hermosas, creadora de una cultura que no s¨®lo es pl¨¢stica -el arte mud¨¦jar o moz¨¢rabe-, sino de un estilo de vida original nacido de ese cruce de lo cristiano con lo ar¨¢bigo y lo hebraico.
Pues si el esp¨ªritu renacentista est¨¢ presente en el culto a la belleza del cuerpo y en la confusi¨®n entre lo pagano y lo cristiano, y el de lo ar¨¢bigo en el mundo de fantas¨ªas de las yeser¨ªas de Jer¨®nimo del Corral, el de lo jud¨ªo aparece en la idea de la existencia como exilio y promesa de redenci¨®n. Don ?lvaro de Benavente, el fundador de la capilla, pertenec¨ªa a una familia de conversos jud¨ªos, y se ha dicho que con la construcci¨®n de su capilla aspiraba a ganarse un lugar en la sociedad de su tiempo. ?Pero no puede verse tambi¨¦n en la visi¨®n que en ella se ofrece de Eva y de Mar¨ªa una figuraci¨®n de la Shejin¨¢, que seg¨²n los jud¨ªos es el elemento femenino de Dios? "La noche oscura de la Shejin¨¢", ha escrito Elisa Mart¨ªn Ortega, "representa la mayor desdicha y los sufrimientos de un pueblo desterrado. Sin embargo, en el Zohar nunca desaparece la esperanza: la promesa de la futura uni¨®n del mundo y del propio Dios est¨¢ siempre presente". Y ser¨¢ en el mismo Zohar donde se hable de un rey que, tras expulsar varias veces a su reina de su lado, e incapaz de vivir sin ella, decide ir en su busca con todo su s¨¦quito y la lleva de vuelta a su palacio, jur¨¢ndole que no se volver¨¢n a separar.
La coronaci¨®n de la Inmaculada no ser¨ªa entonces sino el instante en que ese rey restituye a su amada al palacio. Toda la capilla culmina en la imagen de deslumbrante belleza de esta muchacha coronada, que representa la uni¨®n de Dios con el mundo. La preciosa talla de Juan de Juni, con su vocaci¨®n de armon¨ªa, y su capacidad para reintegrar las fuerzas contrarias, hasta el punto de que hasta la misma serpiente llega a confundirse turbadoramente con sus propios vestidos, y las sensuales yeser¨ªas de Jer¨®nimo del Corral, constituyen un canto sin parang¨®n en estas tierras ¨¢ridas a la belleza de lo creado. A la belleza como lugar del perd¨®n. Balanza de Susurros, Remolino de Plumas, Pared de Estrellas, Puerta de Cristal, Establo del Polen, Siembra Violeta en el Refugio de mi Coraz¨®n. Estos versos tomados casi al azar de uno de los libros del poeta riosecano L. A. Lobato ?no podr¨ªan ser las letan¨ªas de esa Virgen-Eva, tan misteriosamente c¨¢lida como llena de inexplicable gozo? Ver arder la penumbra, escribe nuestro poeta, definiendo sin quererlo el sentido ¨²ltimo de lo po¨¦tico. Pues bien, ¨¦sa ser¨¢ la revelaci¨®n que le espera al viajero que dirija sus pasos a este lugar de encantamiento y dulzura suprema. Uno de los m¨¢s hermosos que habr¨¢ tenido ocasi¨®n de contemplar nunca y por el que sin duda le habr¨¢ merecido la pena llegar hasta aqu¨ª.
- Gustavo Mart¨ªn Garzo (Valladolid, 1948) es autor de Tres cuentos de hadas (Siruela, 2003).
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GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos
- Medina de Rioseco est¨¢ situada
a 42 kil¨®metros por carretera de Valladolid y a 103 kil¨®metros de Le¨®n. La carretera N-601, que une Le¨®n y Valladolid, pasa por la localidad.
- La localidad de Medina de Rioseco tiene unos 5.000 habitantes.
Dormir
- Hotel Duque de Osuna (983 70 01 79). Avenida de Catilviejo, 16. Medina de Rioseco. La doble, entre 27 y 33 euros.
- Hotel Castilla (983 70 00 78). Avenida de Juan Carlos I, 10. Medina de Rioseco. La doble, 25 euros.
- Parador de Benavente (980 63 03 00). Paseo de Ram¨®n y Cajal, s/n. Benavente. La doble, entre 97,10 y 106,80 euros, seg¨²n la temporada.
Comer
- La R¨²a (983 70 05 19). San Juan, 25. Medina de Rioseco. Unos 20 euros.
- Pasos (983 70 10 02). L¨¢zaro, 44. Medina de Rioseco. Unos 30 euros.
Informaci¨®n
- Ayuntamiento de Medina
de Rioseco (983 70 08 25).
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