Crisis en Los Corrales
El cierre de Trefiler¨ªas Quijano deja a Cantabria sin una de sus empresas emblem¨¢ticas
Miles de personas salieron ayer pac¨ªficamente a las calles de Los Corrales de Buelna (Cantabria) en protesta por el cierre de la centenaria Trefiler¨ªas Quijano. La decisi¨®n de los propietarios, el grupo catal¨¢n Celsa, que recientemente ha adquirido una planta en Polonia, ha movilizado a toda la poblaci¨®n y al Gobierno regional, regido por el Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y el PSOE, que trata por todos los medios de evitar la desaparici¨®n de los 247 empleos de la planta. La crisis que se cierne sobre el valle de Buelna, tan castigado en pasadas reconversiones industriales, ha acelerado el plan del Gobierno de fomentar una gran zona industrial de un mill¨®n de metros cuadrados que se unir¨¢ al pol¨ªgono ya existente y en el que la mayor¨ªa de las empresas no est¨¢n vinculadas al sector sider¨²rgico.
El Grupo Celsa adquiri¨® el a?o pasado una planta en Polonia
El Gobierno regional busca una soluci¨®n para mantener el empleo de 247 trabajadores
Los trabajadores de Trefiler¨ªas Quijano saben muy bien lo que es vivir acosados por el fantasma del despido. "Cada dos a?os nos enfrentamos a regulaciones y planes de viabilidad; ya se nos ha hecho una costumbre", admite Alejandro Gonz¨¢lez (CC OO), presidente del comit¨¦ de empresa. Desde que Celsa adquiri¨® la emblem¨¢tica f¨¢brica de Los Corrales en 1987 hasta hoy, la plantilla de la factor¨ªa ha pasado de 1.100 trabajadores hasta los 247 actuales. Hace unas fechas present¨® un expediente de regulaci¨®n de empleo que significar¨¢ el cierre de una siderurgia que, desde su fundaci¨®n en 1873, ha marcado el destino de todo el valle de Buelna y de buena parte de la historia econ¨®mica de Cantabria.
Gonz¨¢lez asegura que los sindicatos est¨¢n intentando "evitar tensiones" entre los trabajadores. No obstante, en un comunicado difundido el jueves, CC OO tach¨® de "terrorismo patronal" la actitud de Celsa de "amenazar" al recordar que "a¨²n dan empleo a 1.000 trabajadores en esta autonom¨ªa y ser¨ªa muy duro si las cosas no van bien tener que tomar otras decisiones". Este peri¨®dico no consigui¨® contrastar la opini¨®n de la empresa.
La vicepresidenta del Gobierno regional, Dolores Gorostiaga (PSOE), acusa a Celsa de "mutilar una empresa para mejorar su cuenta de resultados, a pesar de tener beneficios". Gorostiaga achaca la situaci¨®n a que los ejecutivos aut¨®nomos anteriores solventaron los problemas de Trefiler¨ªas con "parches": "Lo que se ha hecho hasta ahora ha sido tomar medidas para problemas laborales coyunturales en lugar de ir al fondo: mejorar las instalaciones, invertir en maquinaria, modernizar la f¨¢brica...".
El fin de la actividad de Trefiler¨ªas afectar¨ªa, adem¨¢s, a unos 300 empleos indirectos, entre transportistas, subcontratas y peque?as empresas suministradoras. Los sindicatos calculan, incluso, que tendr¨¢ repercusi¨®n en otras empresas del grupo Celsa como Global Steel Wire (GSW, antigua Nueva Monta?a), en Santander. "GSW dejar¨¢ de suministrarnos 100.000 toneladas de acero y se habla de suprimir uno de los relevos en esa planta", afirma Juan Jos¨¦ Buenaga, miembro del comit¨¦ de empresa. La amenaza del cierre, sumada a las dificultades que atraviesan otras empresas del metal en Los Corrales, como Fundimotor o Greyco, est¨¢ ralentizando adem¨¢s la actividad del comercio en la zona.
La tensi¨®n late en Los Corrales (10.800 habitantes). "Este pueblo no se llama Los Corrales de Quijano de milagro", ironiza Nacho Cavia, un periodista local. "La piscina, el campo de f¨²tbol, la iglesia, el instituto... todo eso lo hizo Quijano", a?ade. La empresa que fund¨® hace 131 a?os Jos¨¦ Mar¨ªa Quijano, un joven abogado de Torrelavega que trajo de Par¨ªs tres m¨¢quinas para fabricar puntas de acero y modific¨® el curso del r¨ªo Besaya para hacer un salto de agua con el que producir electricidad, ha dado trabajo a varias generaciones de corraliegos; y es raro encontrar a una sola persona en el pueblo que no tenga o haya tenido alg¨²n pariente o amigo trabajando en la factor¨ªa. Gracias a Trefiler¨ªas, en pocos a?os, el valle de Buelna pas¨® de estar dedicado a la ganader¨ªa a convertirse en el principal foco industrial de la provincia. Para evitar la competencia que le hac¨ªan las acer¨ªas vizca¨ªnas, Quijano cre¨® unos altos hornos en Nueva Monta?a, a las afueras de Santander. La posterior uni¨®n de ambas empresas dio lugar a Nueva Monta?a Quijano. Tal era -y sigue siendo- la influencia de Trefiler¨ªas Quijano, que se dice que su fundador consigui¨® cambiar la fiesta patronal y sustituy¨® a san Vicente M¨¢rtir por san Juan, patr¨®n de la forja.
La compa?¨ªa se desarroll¨® hasta contar en 1968 con 3.900 trabajadores. La empresa se llamaba entonces Forjas de Buelna y, seg¨²n recuerda Juan Bautista Garc¨ªa, jubilado que trabaj¨® 40 a?os en la f¨¢brica, "los cambios de turno eran aut¨¦nticas romer¨ªas". En 1969, desgajada ya de Nueva Monta?a, que pas¨® a una empresa de automoci¨®n, se qued¨® con 2.300 trabajadores. En 1987, el grupo Celsa se hizo cargo de la f¨¢brica y lleg¨® a convertirla en la principal trefiler¨ªa del grupo. Los 247 empleados actuales, la mayor¨ªa entre 40 y 50 a?os, fabrican alambre para muelles mec¨¢nicos. El ¨²ltimo recorte de plantilla se produjo en 2001 y en ¨¦l perdieron su empleo 148 trabajadores. "A esta f¨¢brica la han dejado morir". Es una frase que se repite por todo el valle. "Hace uno o dos a?os se llevaron de Corrales a Santander la l¨ªnea de producci¨®n m¨¢s rentable, la de colchoner¨ªa", recuerda Cavia, quien afirma que Celsa ha forzado su hundimiento vendi¨¦ndole cara la materia prima.
El Ministerio de Econom¨ªa, por su parte, ha abierto un expediente a Trefiler¨ªas por no acreditar ni el mantenimiento de al menos 366 puestos de trabajo ni las inversiones previstas, imprescindibles para cobrar una subvenci¨®n de Incentivos Regionales. Seg¨²n el informe de Econom¨ªa, "faltan por acreditar inversiones por importe de 1.513.444,44 euros en el cap¨ªtulo de bienes de equipo".
La vicepresidenta tambi¨¦n vincula la situaci¨®n al fen¨®meno de la deslocalizaci¨®n de empresas en busca de mano de obra m¨¢s barata, y apunta que "ser¨ªa conveniente un pacto europeo sobre las nuevas localizaciones industriales". "Los pa¨ªses intermedios, como Espa?a, tienen escaso peso y las comunidades aut¨®nomas se encuentran indefensas ante la decisi¨®n de las empresas de trasladar la producci¨®n a otros pa¨ªses", a?ade. Y se?ala: "Celsa adquiri¨® el a?o pasado una planta en Polonia".
Gorostiaga ha mantenido contactos con Francisco Rubiralta, presidente de Celsa, quien le reiter¨® su decisi¨®n "firme" de cerrar Trefiler¨ªas. Sin embargo, el Gobierno aut¨®nomo sigue abierto a una "negociaci¨®n global" con Celsa cuya ¨²nica condici¨®n es el mantenimiento del empleo en Trefiler¨ªas. Esta negociaci¨®n versar¨ªa sobre ayudas a la modernizaci¨®n de otras empresas del grupo, la descontaminaci¨®n de los suelos de GSW y la puesta en servicio de una l¨ªnea de alta tensi¨®n para la factor¨ªa de Celsa en Santander.
Detr¨¢s de la clausura hay quienes ven ambiciones inmobiliarias. "Este grupo hace m¨¢s dinero vendiendo terrenos que con las metalurgias", asevera Alejandro Gonz¨¢lez. Celsa ya obtuvo la recalificaci¨®n del terreno que le sobraba junto a la factor¨ªa de Global Steel Wire, en Santander, y ahora puede estar presionando para conseguir que se recalifique el excedente de terrenos. "El grupo ha abierto una peque?a puerta para negociar con el Gobierno de Cantabria y con el Ayuntamiento de Los Corrales. Cuando la empresa quiere negociar con el Ayuntamiento lo hace en el plano urban¨ªstico, ya que estamos revisando el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana y las propiedades urbanas e industriales de Quijano son muy importantes", asegura el alcalde, Jos¨¦ Manuel L¨®pez (PSOE), que quiere ser optimista: "Est¨¢ claro que lo de Trefiler¨ªas puede ser un mazazo enorme; es traum¨¢tico, pero este valle ha salido de situaciones peores".
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