Montserrat Soto invita a la reflexi¨®n interior con sus im¨¢genes de paisajes
Sus fotograf¨ªas muestran estampas de los desiertos de Arizona, im¨¢genes de la costa de Fuerteventura sacadas desde el agua o pueblos cubiertos por dunas. Pero Montserrat Soto (Barcelona, 1961) ni se siente fot¨®grafa -"soy una persona que utiliza la imagen dentro de un proceso de b¨²squeda"-, ni propone un viaje al espectador. Su exposici¨®n Del umbral al l¨ªmite, que se inaugura hoy en el Koldo Mitxelena de San Sebasti¨¢n, es una invitaci¨®n a que cada uno mire dentro de s¨ª y reflexione, no sobre el paisaje, sino a partir de ¨¦l. Tampoco sobre la arquitectura, sino desde ella. "No espero que el espectador sea el viajero, sino que se meta en s¨ª mismo a partir de la imagen", apunt¨® la artista. Que disfrute de "la soledad", que ella entiende "como proceso de limpieza".
Soto ha roto con la pr¨¢ctica habitual del Koldo Mitxelena de presentar proyectos espec¨ªficamente dise?ados para su sala de exposiciones. Ha ocupado el espacio con una retrospectiva de sus ¨²ltimos cuatro a?os de trabajo, que re¨²ne fotograf¨ªas sobre aluminio de gran formato y videocreaciones. "Es una exposici¨®n relacionada con la experiencia emp¨ªrica del paisaje y el proceso entre lo vivido y lo posteriormente buscado", explic¨® ayer durante su presentaci¨®n. La artista ha viajado por medio mundo en busca de paisajes so?ados o imaginados, de estampas con las que dar continuidad a dos temas constantes en su obra: la soledad y lo inaccesible. Uno siente soledad cuando entra en la sala en la que se proyecta Viento, tres im¨¢genes de escaleras y arcadas que desembocan en lo que parece un bosque azotado por el viento. Las hojas y las ramas de los ¨¢rboles se mueven con semejante violencia y el sonido del aire se hace tan desagradable a trav¨¦s de los cascos que el espectador incluso llega a sentir escalofr¨ªos.
Fuerteventura
Soto busca la violencia del paisaje, entendida no como "algo que mata", sino como algo que "nos mete en nuestro interior". Se ve en la serie de fotograf¨ªas Fuerteventura, que bien podr¨ªa llamarse sensaciones de los inmigrantes de una patera. La artista catalana se meti¨® en el agua con la c¨¢mara para retratar la costa de la isla canaria. En algunas im¨¢genes se adivina la l¨ªnea del litoral; en otras, es s¨®lo un espejismo. "Es la idea de una isla ut¨®pica", explic¨® ayer.
En la serie hay un elemento que tambi¨¦n aparece en el resto de trabajos de Soto: la piedra, que aqu¨ª figura como tierra anhelada y que en otras obras adquiere significados diversos. En sus fotograf¨ªas sobre Chinguetti, pueblo de Mauritania, que est¨¢ siendo destruido por las dunas de arena, es el abandono por la ofensiva de la naturaleza. Soto ha superpuesto sobre estas im¨¢genes una verja -en otras series coloca marcos de ventanas o puertas-. Es una manera de situar al espectador en el umbral. "Hay una frase de Wim Wenders que me gusta mucho: 'Al final existe una foto que alarga la existencia'. Yo m¨¢s bien dir¨ªa una imagen y es lo que pretendo, alargar no esa parte f¨ªsica, sino el espacio dedicado a la reflexi¨®n para el espectador".
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