D¨²o excepcional de viol¨ªn y piano

Seguimos con las violinistas, pues anteayer Iberm¨²sica nos dio oportunidad de aplaudir a la muniquesa Julia Fischer (1983) en d¨²o de sonatas con el pianista Volker Hiemeyer (Ulm, 1977) en un programa precioso: Bach, Beethoven, Schumann, Brahms y Debussy. Y lo primero a subrayar, por ser lo principal, es la perfecta soluci¨®n de los dos m¨²sicos alemanes al problema que plantea siempre esa suerte de di¨¢logo de contrarios como son el piano y el viol¨ªn. Todo contribuy¨® a una identificaci¨®n -en la intenci¨®n y la conjunci¨®n- puesta al servicio de todos y cada uno de los autores, con tres obras del romanticismo preludiadas por un alto ejemplo del barroco y concluidas en el posimpresionismo del Debussy terminal superador de la sugerencia pict¨®rica, po¨¦tica y musical.

Brav¨ªsimo int¨¦rprete el pianista Hiemayer, por su finura de touch¨¦ y su virtuosismo ¨¢gil que llev¨® en volandas el mendelssohniano final (animado) de Schumann y puso en claro el genio beethoveniano en la Sonata en la menor, op. 23, tan cercana a La primavera en fecha y en esp¨ªritu, que Josef Szigeti pensaba que deb¨ªan interpretarse juntas como modelo de unidad radical y, a la vez, de acusado contraste. En suma, una gran demostraci¨®n de elevaci¨®n e inventiva, la de esta suerte de peque?a-gran antolog¨ªa.