San Cornet del Tener¨¦
Me sugiere aventuras incre¨ªbles en formato viaje. Me quedo con aquel Rally Par¨ªs-Dakar que corri¨® en 1989. Un relato fascinante que transcurre entre dunas kilom¨¦tricas, encuentros fortuitos y peligros acechantes. Este componente de Tricicle, que representan en estos d¨ªas en Madrid su espect¨¢culo Sit, es una caja de sorpresas. ?branla.
Sit¨²e a esta ignorante en los pormenores del rally, para centrarnos.
Bien, yo lo corr¨ª como no profesional, con un copiloto y un mec¨¢nico. El viaje arrancaba en Par¨ªs, pasaba por Barcelona y all¨ª tom¨¢bamos un barco a Argel. Ah¨ª empieza lo bueno: vas por Libia, N¨ªger, Mal¨ª, Guinea, Senegal. Y lo primero que aprendes es que hay decenas de tipos de desierto. Yo paraba de cuando en cuando para hacer fotos de lugares maravillosos.
?Alguno de ellos estaba en Argelia?
Desde luego; recuerdo una especie de lagunas secas divididas por la carretera como si fuera un desfiladero. Incre¨ªble. De Libia tengo la imagen de su gente. Se acercaban con mucha curiosidad y yo intercambi¨¦ mi gorra con un hombre de all¨ª.
Creo que en Libia les sorprendi¨® la Nochevieja.
S¨ª, hicimos noche en una base militar y nos juntamos los espa?oles para brindar. La organizaci¨®n nos dio salm¨®n ahumado, pero mejor hubiera sido un cocido, porque hac¨ªa un fr¨ªo tremendo. Yo pas¨¦ casi toda la noche haciendo cola en una gasolinera.
Eso parece tan duro como la propia competici¨®n, ?no?
Desde luego. Imagina una cola de cien coches para repostar. Eso y estar nueve d¨ªas sin ducharte, con la mugre pegada al cuerpo. As¨ª que la norma es meterse a la vez en la tienda de campa?a, para que se atrofien las pituitarias y no rechacen el olor del otro.
Los olores debieron de ser lo de menos cuando vino la debacle.
S¨ª. Fue en el desierto del Tener¨¦. 600 kil¨®metros de dunas tipo Lawrence de Arabia. Nos quedamos clavados en la arena hasta que, cuando ya est¨¢bamos desesperados, lleg¨® Joan Cornet, un mec¨¢nico, y lo arregl¨®. Desde entonces lo llamo "san Cornet del Tener¨¦".
?Alguna anotaci¨®n antropol¨®gica del viaje?
Est¨¢bamos en N¨ªger cuando de pronto vimos salir de una especie de madrigueras algo que parec¨ªan animales. ?Eran personas que viv¨ªan all¨ª y se mov¨ªan como los conejos! Fue impresionante.
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