El reto de la boutique telef¨®nica
M¨¦ditel entrar¨¢ en el sector de las cabinas telef¨®nicas de Marruecos
El consumidor marroqu¨ª que usa el tel¨¦fono quiere saber de antemano lo que se va gastar. De ah¨ª que, aunque disponga de un tel¨¦fono m¨®vil, acuda con frecuencia a una cabina telef¨®nica y establezca un tope al precio de su llamada, que no rebasar¨¢. Desde las cabinas se canaliza, por tanto, un porcentaje apreciable de las llamadas m¨¢s caras, las internacionales y las interurbanas. M¨¦ditel quiere abrir un nuevo frente en Marruecos: el de las cabinas o t¨¦l¨¦boutiques.
M¨¦ditel, para seguir creciendo como operador global, abrir¨¢ en marzo un nuevo frente en Marruecos: el de las cabinas o 't¨¦l¨¦boutiques'
A M¨¦ditel, la compa?¨ªa de telefon¨ªa m¨®vil perteneciente a Telef¨®nica y a Portugal Telecom, le hubiese gustado competir con la empresa p¨²blica Maroc T¨¦l¨¦com, en la que la francesa Vivendi tiene una participaci¨®n del 35%, en el ¨¢mbito de la telefon¨ªa fija. No pudo ser. El concurso para la segunda licencia de fijo qued¨® desierto el a?o pasado. Las condiciones para obtenerla eran tan leoninas que nadie se anim¨® a postular.
La filial marroqu¨ª de Telef¨®nica, que naci¨® en 1999, posee 2,1 millones de clientes activos y una cuota de mercado, en alza, del 43%. Para seguir creciendo como operador global s¨®lo puede abrir, por ahora, un nuevo frente: el de las cabinas que en Marruecos se llaman t¨¦l¨¦boutiques. Lo har¨¢ este mes de marzo.
Las cabinas marroqu¨ªes se asemejan poco a las que hay en Espa?a o en otros pa¨ªses europeos. El temor al vandalismo o a la pirater¨ªa hace que apenas existan en las calles. En general tres aparatos telef¨®nicos se concentran en una peque?a tienda cuyo dependiente cobra las llamadas, vende, a veces, tarjetas telef¨®nicas y todo tipo de chucher¨ªas. De paso, asesora a los clientes sobre la hora en la que puede resultar m¨¢s econ¨®mico llamar a Europa e incluso, en las zonas rurales, les ense?a a marcar los n¨²meros.
En total hay unas 20.000 t¨¦l¨¦boutiques en el reino. Sus propietarios han suscrito un contrato con Maroc T¨¦l¨¦com que les otorga un descuento de, aproximadamente, un tercio del precio de la llamada para un particular. En un pa¨ªs con millones de emigrantes en el extranjero, en el que s¨®lo hay 1,2 millones de l¨ªneas fijas y en el que los m¨®viles activos apenas superan los cinco millones, las cabinas tienen el ¨¦xito garantizado.
Nuevas l¨ªneas
Por eso, y porque buscan trabajo a trav¨¦s del autoempleo, nada menos que 23.000 marroqu¨ªes se han dirigido a M¨¦ditel con la esperanza de firmar contratos que les permitan abrir locales con sus cabinas rojas. "Si todos cumpliesen los requisitos -tama?o del local, m¨ªnima preparaci¨®n, etc¨¦tera- y les di¨¦semos satisfacci¨®n supondr¨ªa inaugurar cerca de 80.000 nuevas l¨ªneas, un esfuerzo muy asumible que supone peque?a inversi¨®n", explica Ram¨®n Enciso, director general de M¨¦ditel.
"Habr¨¢ que reforzar algo la cobertura en algunas zonas para garantizar una calidad de la llamada con GSM similar a la del fijo", prosigue Enciso, qui¨¦n se?ala que M¨¦ditel ha efectuado en Marruecos alguna prueba piloto con "total satisfacci¨®n". Telef¨®nica ha instalado ya en Per¨² cabinas telef¨®nicas carentes de enlace fijo y en ?frica, desde Sur¨¢frica a Botsuana, hay otras experiencias de tecnolog¨ªa GSM aplicaba a los tel¨¦fonos p¨²blicos. En Gab¨®n una compa?¨ªa ha incluso convertido el dorsal de la silla de ruedas de una treintena de minusv¨¢lidos en una cabina telef¨®nica ambulante con la que el deficiente se gana la vida.
?Puede competir en precio el GSM con el fijo? Enciso no tiene la menor duda. "Nuestra oferta inicial es m¨¢s barata que la de la competencia en llamadas interurbanas, algo m¨¢s cara en las urbanas y var¨ªa, en funci¨®n de los destinos, en las internacionales". Gracias, en buena medida, a la competencia, Marruecos es el pa¨ªs africano en el que est¨¢ m¨¢s desarrollada la telefon¨ªa m¨®vil despu¨¦s de Sur¨¢frica. La federaci¨®n de los gerentes de las t¨¦l¨¦boutiques que ya est¨¢n en servicio teme, en cambio, la llegada de la competencia que, seg¨²n dice, el mercado no podr¨¢ absorber. "Es el miedo a lo desconocido", replica Enciso. "Adem¨¢s, nada impide a los gerentes de t¨¦l¨¦boutiques instalar cabinas de las dos compa?¨ªas".
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