Un golazo desde 50 metros de Roger corona el pase del Villarreal
Un golazo desde el medio campo de Roger, marca de la casa, coron¨® la clasificaci¨®n del Villarreal ante un mustio Galatasaray, que nada tiene que ver con el competitivo conjunto que gan¨® este mismo torneo en 2000. Descolgado de la lucha por el t¨ªtulo en la Liga turca, el Galatasaray ten¨ªa tan s¨®lo ya el tabl¨®n de la UEFA para congraciarse con su hinchada, testigo del progresivo desvanecimiento de su equipo en los ¨²ltimos tiempos.
Pero el Galatasaray aguant¨® de pie un tiempo. Luego, tras el gol de Anderson en el arranque de la segunda parte, baj¨® los brazos. Ni pudo ni quiso pelear por la clasificaci¨®n. Del supuesto poder de intimidaci¨®n de los equipos turcos no hubo rastro en El Madrigal.
VILLARREAL 3- GALATASARAY 0
Villarreal: Reina; Belleti, Coloccini, Quique ?lvarez, Arruabarrena (Javi Venta, m. 47); V¨ªctor (Mart¨ª, m. 75), Battaglia, Josico, Roger (Jos¨¦ Mari, m. 65); Riquelme; y Anderson.
Galatasaray: Mondrag¨®n; Suat, Orhan, Erdogan, Batista; Prates, Karan (Necati, m. 72), Murat (Sabri, m. 48), Petre; M. Erdongan (Sas, m. 72) y Sukur.
Goles: 1-0. M. 49. Anderson. 2-0. M. 52. Roger. 3-0. M. 89. Riquelme.
?rbitro: Jan Wegerees. Amonest¨® a Suat, Battaglia, Karan, Sukur, Petre, Sabri.
Unos 15.000 espectadores en El Madrigal.
En la primera parte, el Villarreal dispuso de un pu?ado de buenas ocasiones, todas malgastadas. La l¨ªnea defensiva del Galatasaray escenifica como ninguna otra el declive del conjunto turco. Como en la ida, la zaga otomana dio muchas facilidades, pero Anderson, Belleti, V¨ªctor y Riquelme dilapidaron sus oportunidades. La cascada de ocasiones de los locales se produjo, eso s¨ª, despu¨¦s de que Reina tuviera que emplearse a fondo para desviar un tiro de Batista que finalmente peg¨® en el palo. Este chut fue el ¨²nico bagaje ofensivo del Galatasaray en la primera parte. En la reanudaci¨®n, se borr¨® en cuanto Anderson abri¨® el camino de la victoria. Luego, con el golazo de Roger, se acab¨® de hundir definitivamente, antes de que Riquelme, con un toque sutil, pusiera la guinda entre los ol¨¦s del p¨²blico.
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