Tres d¨ªas de marzo
Las contradicciones en la informaci¨®n del Gobierno sobre el 11-M
JUEVES, 11
A las 7.52 del pasado 11 de marzo, I?aki Gabilondo interrumpi¨® el normal desarrollo del programa que dirige en la SER para anunciar que hab¨ªa habido una explosi¨®n en la estaci¨®n de Atocha, en las v¨ªas del AVE. Se desconoc¨ªan otros detalles, pero enseguida las fuentes indicaron que, por lo menos, algunas personas hab¨ªan resultado heridas. Millones de familias espa?olas se enteraron as¨ª, a trav¨¦s de la radio, de las primeras noticias sobre el monstruoso atentado que cost¨® la vida a casi dos centenares de personas. La interrogante surgi¨® muy pronto. ?Ser¨ªa ETA o los fundamentalistas isl¨¢micos quienes estaban detr¨¢s de semejante salvajada?
La duda era l¨®gica. La organizaci¨®n terrorista vasca viene actuando en Espa?a desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, hab¨ªa amenazado con hacer algo sonado en Madrid antes de las elecciones legislativas, previstas para el domingo d¨ªa 14, y la polic¨ªa hab¨ªa desarticulado un par de comandos, con abundante material explosivo, que planeaban atentar contra estaciones de ferrocarril o medios de transporte en la capital. Por otra parte, Al Qaeda, y Bin Laden en persona, hab¨ªan se?alado ya p¨²blicamente a nuestro pa¨ªs como objetivo de su fanatismo terrorista, y la extensi¨®n de la amenaza del integrismo isl¨¢mico era conocida de todos gracias a los constantes avisos de Washington y tras los crueles atentados de Bali y Estambul.
Los ataques a la Casa de Espa?a en Casablanca eran, adem¨¢s, un indicio a a?adir al hecho de que nuestro pa¨ªs se encontraba entre los objetivos designados por Al Qaeda. Al fin y al cabo, gran parte de la conspiraci¨®n previa a la agresi¨®n contra las Torres Gemelas se hab¨ªa fraguado en Espa?a, de donde partieron algunos de los pilotos suicidas del 11-S. En los ¨²ltimos meses, los jueces y la polic¨ªa espa?ola hab¨ªan desarticulado y encarcelado diversas c¨¦lulas de apoyo a la organizaci¨®n terrorista isl¨¢mica y la coincidencia de fechas (11-S y 11-M), que a muchos no pas¨® inadvertida, abonaba las sospechas de quienes se inclinaban por atribuir la autor¨ªa al fundamentalismo.
A las 8.30, informes oficiales hablaban de que pod¨ªa haber 15 o 20 muertos, y el lehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe cit¨® para una conferencia de prensa, a las 9.30 en punto. El jefe del Gobierno vasco deb¨ªa estar m¨¢s preocupado que otros por lo que hab¨ªa sucedido en Madrid. Durante la campa?a electoral, que tocaba a su fin, el Partido Popular se hab¨ªa empleado a fondo contra el l¨ªder independentista catal¨¢n Josep Llu¨ªs Carod-Rovira, por sus contactos con la banda terrorista etarra a principios de a?o. Despu¨¦s de esas conversaciones, ETA hab¨ªa declarado unilateralmente una tregua para Catalu?a, con lo que la imagen encapuchada de dos etarras, haciendo una declaraci¨®n al respecto, inund¨® los medios de comunicaci¨®n espa?oles y fue reiterada hasta la saciedad en la televisi¨®n del Estado. El Gobierno de Madrid ve¨ªa en todo aquello, sin duda, una ocasi¨®n para deslegitimar al reci¨¦n creado Gobierno tripartito de Catalu?a, del que forma parte Esquerra Republicana, el partido de Carod. La ministra de Administraciones P¨²blicas lleg¨® a acusar de asesinos a los seguidores de ¨¦ste, aunque luego disculp¨® su calumnia como un lapsus. Por si todo esto fuera poco, a la semana siguiente deb¨ªa comenzar a discutir el Parlamento vasco el famoso plan Ibarretxe, que enfatiza las tendencias independentistas del PNV y ha sido recurrido ante el Tribunal Constitucional por el Gobierno de Madrid. Era absolutamente previsible que un atentado de las caracter¨ªsticas del de Atocha har¨ªa crecer el climax antinacionalista y la crispaci¨®n que los hombres de Aznar se hab¨ªan encargado de generar en torno al caso, por lo que el lehendakari se apresur¨® a salir a la tribuna -fue el primer gobernante en hacerlo- a fin de condenar sin tapujos el atentado, que atribuy¨® inequ¨ªvocamente a ETA.
Mientras Ibarretxe hablaba a la opini¨®n p¨²blica, en las redacciones de los peri¨®dicos se barajaba ya una cifra cercana a los 100 muertos como consecuencia de las bombas, y la gente comenz¨® a comprender que nos hall¨¢bamos ante un atentado de caracter¨ªsticas nunca antes vistas en Europa. Si la responsable era ETA, no cab¨ªa duda de que se trataba de un salto cualitativo en su estrategia, con una trascendencia inimaginable. Pero el lehendakari no pod¨ªa saber tampoco que, poco despu¨¦s de terminada su intervenci¨®n, una dotaci¨®n policial iba a encontrar en Alcal¨¢ de Henares una furgoneta robada, que manten¨ªa sus placas originales, y en la que se hallaban numerosos indicios de que el atentado no hab¨ªa sido cometido por los etarras y s¨ª, en cambio, pod¨ªa ser responsabilidad de islamistas fan¨¢ticos.
Pese a la inicial atribuci¨®n a ETA por parte del Gobierno vasco, las interrogantes sobre qui¨¦n o quienes hab¨ªan instalado las bombas comenzaron a crecer a lo largo de la ma?ana. Un alto responsable de PRISA asisti¨® a un desayuno de trabajo, que termin¨® hacia las diez, en una importante instituci¨®n financiera, y all¨ª ya se analiz¨® la posible autor¨ªa islamista, m¨¢s cre¨ªble a medida que se conoc¨ªan detalles del atentado y sus consecuencias. Antes de las doce del mediod¨ªa, en la direcci¨®n del grupo se recibieron llamadas de un peri¨®dico de Beirut, de varios diarios europeos y de una revista americana, y en todos se interesaban por id¨¦ntica eventualidad. Nadie que tenga dos dedos de frente, para utilizar una expresi¨®n empleada por Aznar, puede imaginar que en Moncloa y en el Ministerio del Interior no se contemplaran estas hip¨®tesis, cuando la gente normal no hablaba de otra cosa, pero cabe admitir que la obsesi¨®n personal del presidente del Gobierno, que no cesa de presentarse a s¨ª mismo como un superviviente del terrorismo etarra, le impidiera hacerlo. Tambi¨¦n es probable que algunos altos mandos de la polic¨ªa y los servicios de inteligencia, subsidiarios de ese enfoque unilateral de la amenaza terrorista, indujeran al error. Sin embargo, en la sede del PP en la calle G¨¦nova, uno de los consejeros electorales que ayudaba en su campa?a a Mariano Rajoy, Pedro Arriola, se hizo la misma pregunta, ?ETA o Al Qaeda? Aunque no puede decirse que Arriola sea un experto en la materia, se trata de un hombre de la confianza personal de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, hasta el punto de que negoci¨® con la banda terrorista en representaci¨®n de su Gobierno, cuando este crey¨® que una tregua decretada unilateralmente por aquella podr¨ªa acabar, al estilo irland¨¦s, con su rendici¨®n. ?ETA o Al Qaeda? ?Y qu¨¦ impacto tendr¨ªa un hecho tan monstruoso en las elecciones del domingo siguiente? Arriola hizo algunas llamadas telef¨®nicas, coment¨® el caso con otros colegas, amigos y miembros del partido. Las conclusiones de ellos eran fruto exclusivo del sentido com¨²n: los atentados, en principio, supondr¨ªan una movilizaci¨®n del voto cuando las encuestas anunciaban un empate t¨¦cnico entre los dos grandes partidos. Si era ETA la responsable, resultaba m¨¢s que posible una concentraci¨®n de electores en torno al Gobierno, cuando menos por instinto de seguridad de los votantes, y quiz¨¢s ver¨ªamos volcarse las urnas a favor del PP. Pero si era Al Qaeda, los ciudadanos relacionar¨ªan las bombas con la participaci¨®n de Espa?a en la invasi¨®n de Irak, y las consecuencias electorales podr¨ªan ser distintas, impredecibles en cualquier caso.
A media ma?ana, Arnaldo Otegi, representante de la ilegal Batasuna, compareci¨® ante la prensa para negar que ETA tuviera relaci¨®n con el atentado. Su ment¨ªs fue despreciado por el Gobierno, alegando que Batasuna es una organizaci¨®n terrorista y que sus palabras no merec¨ªan cr¨¦dito. Todav¨ªa hoy nadie ha explicado por qu¨¦ gozaban de credibilidad para el Ejecutivo los anuncios hechos por dos encapuchados sobre la tregua en Catalu?a y no, en cambio, las declaraciones de alguien del mismo entorno que, cuando menos, daba la cara. La l¨®gica hac¨ªa sospechar que, siendo Otegi un representante informal de ETA, nunca se atrever¨ªa a hacer una aseveraci¨®n como la citada sin recabar antes seguridades de que los terroristas no habr¨ªan de desdecirle. El caso es que a la 13.30 el ministro del Interior compareci¨® ante la prensa y dijo enf¨¢ticamente: "ETA buscaba una masacre en Espa?a... en esta ocasi¨®n ha conseguido su objetivo". El ministro estuvo rotundo y, como San Pedro, neg¨® por tres veces la existencia de cualquier otra alternativa: "...las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado no tienen ninguna duda de que el responsable es ETA. Estamos asistiendo a un proceso de intoxicaci¨®n que ha iniciado el se?or Otegi de manera miserable para desviar la atenci¨®n. No tenemos duda de que es una estrategia miserable, como todo lo que hace ETA y quienes le apoyan. No tenemos ninguna duda".
Sin embargo, alguien de entre los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado deb¨ªa albergar en su cerebro, siquiera, una peque?a interrogante. Al rato de hablar el ministro, la furgoneta Renault Kangoo encontrada esa misma ma?ana fue transportada a dependencias policiales. Para entonces ya se hab¨ªan realizado dos inspecciones oculares del veh¨ªculo y, sobre las tres de la tarde, se comprob¨® que ten¨ªa en su interior una cinta con vers¨ªculos del Cor¨¢n, ropas diversas, restos de explosivos y un pu?ado de detonadores de fabricaci¨®n espa?ola. No se pod¨ªa asegurar a¨²n que la furgoneta tuviera relaci¨®n con el atentado, pero la polic¨ªa sab¨ªa que nunca ETA hab¨ªa utilizado detonadores de fabricaci¨®n espa?ola, que nunca hab¨ªa dejado de cambiar las matr¨ªculas de un autom¨®vil robado y, sobre todo, que habitualmente los etarras colocan en los coches que utilizan bombas trampa para borrar todo rastro. De modo que es comprensible que, poco despu¨¦s de las doce del mediod¨ªa, los polic¨ªas que acompa?aban a comisar¨ªa a un testigo que dec¨ªa haber visto a los ocupantes de la furgoneta, le comentaran que el atentado no parec¨ªa obra de ETA. No obstante, a las 13.15 portavoces del Ministerio del Interior difundieron que el explosivo empleado era dinamita Titadyne, habitualmente utilizado por ETA. La agencia Efe transmiti¨® a las 14.41 un cable en el mismo sentido.
Como algunas comprobaciones finales sobre las pruebas encontradas no se obtuvieron hasta las 15.30, es posible que en el momento de su comparecencia el ministro del Interior no hubiera recibido a¨²n ninguna de dichas informaciones, pese a haber transcurrido cuatro horas desde el hallazgo del veh¨ªculo. Este es un punto que el ministro y sus colaboradores deber¨ªan aclarar, porque resulta crucial para juzgar su eficacia al frente del departamento. Por lo que fuera, Acebes no se cubri¨® en absoluto pese a que, en el momento de su primera rueda de prensa, no ten¨ªa ni una sola prueba material de la autor¨ªa de ETA, contaba por el contrario con un ment¨ªs de Otegi, y en alguna dependencia policial comenzaban a acumularse pruebas indiciarias de la participaci¨®n isl¨¢mica. Su declaraci¨®n se bas¨® en creencias o deducciones, pero descalific¨® adem¨¢s cualquier otra l¨®gica que no fuera la suya.
Al poco de salir el ministro en televisi¨®n, compareci¨® el presidente del Gobierno. En su alocuci¨®n no cit¨® textualmente a ETA pero aludi¨® repetidas veces a la banda, y convoc¨® personalmente a una manifestaci¨®n gigantesca, para el viernes siguiente, en solidaridad con las v¨ªctimas y en defensa de la Constituci¨®n. Esta parte del eslogan remit¨ªa inequ¨ªvocamente al conflicto vasco y desde luego, no ten¨ªa ning¨²n sentido si se trataba de protestar contra Al Qaeda. Por lo dem¨¢s, Arriola asegura que no habl¨® con Aznar durante la ma?ana del jueves, pero es improbable que no hubiera alguien que informara al presidente del Gobierno de los an¨¢lisis que expertos electorales hab¨ªan transmitido al partido. Aznar, por su parte, hab¨ªa ya telefoneado al Rey y a los principales l¨ªderes de la oposici¨®n, a los que comunic¨® su decisi¨®n aut¨®noma de convocar la manifestaci¨®n dejando al margen a las fuerzas pol¨ªticas. La pancarta, la hora y el itinerario de la marcha fueron decididas unilateralmente por el Gobierno que, junto a los esfuerzos en la investigaci¨®n del crimen, volcaba otros no peque?os en organizar tama?a demostraci¨®n. De todas maneras, parec¨ªa extra?o que tras la rotundidad de Acebes, el propio Aznar no hubiera mentado ni una sola vez a ETA por su nombre, m¨¢xime cuando minutos antes de la aparici¨®n del ministro del Interior, el presidente del Gobierno hab¨ªa telefoneado a los directores de los principales peri¨®dicos: "Ha sido ETA con total seguridad", dijo. Era la primera vez en ocho a?os que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar daba personalmente, y de forma espont¨¢nea, una noticia al director de EL PA?S. Despu¨¦s de tan firme aseveraci¨®n, se retras¨® la edici¨®n especial del peri¨®dico, cuyo titular rezaba "Matanza terrorista en Madrid", para sustituirlo por otro: "Matanza de ETA en Madrid". Unos 80.000 ejemplares del diario de mayor circulaci¨®n y m¨¢s influyente de Espa?a transmitieron as¨ª el mensaje equivocado. El presidente del Gobierno en persona se encarg¨® de que eso sucediera, pese a no tener a mano ninguna prueba de lo que dec¨ªa. Funcionarios de la Moncloa se dedicaron luego a hacer llamadas similares a los corresponsales extranjeros acreditados en Madrid, y a varios se les asegur¨® de nuevo que el explosivo empleado en la matanza era dinamita Titadyne. Nadie, en ninguna parte, ten¨ªa en su poder nada que pudiera atestiguar la veracidad de esa informaci¨®n. [En nombre del presidente, el Gobierno ha remitido a El PA?S y a la cadena SER una ins¨®lita carta de rectificaci¨®n, sugiriendo que en realidad quien miente es el director de este peri¨®dico, cuando explica c¨®mo y por qu¨¦ se cambiaron los titulares de primera p¨¢gina de la edici¨®n especial. Existen decenas de personas y numerosas pruebas t¨¦cnicas que pueden atestiguar en contra de las nuevas aseveraciones oficiales, que arrojan mayores sospechas sobre el proceder gubernamental durante la crisis].
HABLA EL REY
Unas 12 horas despu¨¦s del atentado, el Gobierno hab¨ªa comparecido ante la opini¨®n p¨²blica en dos ocasiones, a la 13.30 el ministro del Interior y, poco despu¨¦s, el presidente Aznar. Pese a que no contaban con ninguna evidencia al respecto, su mensaje era inequ¨ªvoco, hab¨ªa sido ETA. El embajador espa?ol en la ONU solicit¨® una reuni¨®n urgente del Consejo de Seguridad para aprobar una resoluci¨®n de condena que incluyera a la banda terrorista. As¨ª sucedi¨®. Sobre las cinco de la tarde, la ministra de Asuntos Exteriores envi¨® un telegrama a todas las embajadas dando instrucciones para que insistieran en ello, descartando otras hip¨®tesis y argumentando que el explosivo empleado y el modo de operar eran los utilizados habitualmente por ETA.
La monstruosidad del atentado hab¨ªa sobrecogido a la opini¨®n p¨²blica mundial y las televisiones transmit¨ªan desde Madrid, minuto a minuto, los acontecimientos. Poco despu¨¦s de las ocho de la tarde, la CNN Internacional interrumpi¨® sus emisiones para emitir un mensaje de don Juan Carlos. Efectivamente, sali¨® el Rey y pronunci¨® un parlamento, traducido al ingl¨¦s de manera simult¨¢nea. Sin embargo, a esa misma hora, quien aparec¨ªa en las televisiones espa?olas era, de nuevo, el ministro Acebes. Ni rastro de la declaraci¨®n del monarca. El responsable m¨¢ximo de la polic¨ªa continuaba igual de rotundo ("...es dinamita. La habitual de ETA"), pero reconoc¨ªa que se hab¨ªa requisado un veh¨ªculo con una cinta magnetof¨®nica que conten¨ªa vers¨ªculos del Cor¨¢n. "La cinta no tiene ninguna amenaza, se puede encontrar en distintos sitios... Ha habido muchos interesados en tratar de generar confusi¨®n y decir que esto no hab¨ªa sido ETA... La l¨ªnea prioritaria sigue siendo la de la banda ETA, pero acabo de dar instrucciones para que no se descarte ninguna y se abran todas las v¨ªas de investigaci¨®n". S¨®lo despu¨¦s de que el ministro terminara apareci¨® la imagen de don Juan Carlos en las televisiones espa?olas, un cuarto de hora m¨¢s tarde que en las del extranjero. Nadie ha explicado oficialmente hasta ahora semejante irregularidad, pero se sabe que el monarca pidi¨® que, antes de su declaraci¨®n, el Gobierno compareciera en p¨²blico para dar a conocer que exist¨ªan otras l¨ªneas de investigaci¨®n diferentes a las que se hab¨ªan anunciado a mediod¨ªa. Mientras Acebes lo hac¨ªa as¨ª, el ex rey Constantino de Grecia telefone¨® a su cu?ado para felicitarle por lo bien que hab¨ªa estado en la CNN. Sorpresa general en la Zarzuela, ante tanta anticipaci¨®n por parte de la televisi¨®n americana.
A la hora de esta segunda comparecencia del ministro, la tesis de la responsabilidad isl¨¢mica se extend¨ªa ya como un reguero de p¨®lvora por los medios de comunicaci¨®n de todo el mundo. A las 21.30, un grupo radical isl¨¢mico reivindic¨® el atentado en un mensaje electr¨®nico enviado a un diario ¨¢rabe de Londres. Expertos brit¨¢nicos dijeron que no les ofrec¨ªa mucha fiabilidad. Sin embargo, a esa misma hora numerosos responsables policiales y de los servicios de inteligencia, espa?oles y extranjeros, y tambi¨¦n jueces que hab¨ªan inspeccionado el lugar de los hechos, transmit¨ªan su impresi¨®n de que nos hall¨¢bamos ante un atentado de los fundamentalistas isl¨¢micos.
Un magistrado coment¨®, adem¨¢s, que en zonas vecinas al escenario de los hechos se hab¨ªan llevado a cabo, no hac¨ªa mucho, detenciones de presuntos sospechosos de colaborar con Al Qaeda. Otras fuentes policiales hablaron de la posibilidad de la existencia de un terrorista suicida o de que a alguno le hubiera estallado la bomba que llevaba. La SER dio la noticia, a?adiendo que tanto el Ministerio del Interior como fuentes judiciales lo negaban. Forenses israel¨ªes, experimentados en ese tipo de hechos, ofrecieron su colaboraci¨®n para la identificaci¨®n de los cuerpos, pero fue rechazada. EL PA?S public¨® en su edici¨®n del martes, d¨ªa 16, que los forenses manten¨ªan esas sospechas cinco d¨ªas despu¨¦s del atentado, ante la aparici¨®n entre los restos humanos de una columna vertebral totalmente descarnada, lo que hac¨ªa suponer una extrema proximidad al explosivo por parte de la persona afectada. Esta historia del suicida, de quien un locutor de la radio episcopal lleg¨® a comentar que a lo mejor era un becario de la propia SER, ha servido m¨¢s tarde para tratar de desprestigiar, desde el Gobierno y con la colaboraci¨®n de columnistas complacientes, a la cadena de radio del grupo PRISA. Fuera como fuera, la identificaci¨®n de los cuerpos era tan dificultosa o se hizo en condiciones tan poco adecuadas que, dos semanas despu¨¦s de la masacre, fue rebajado el n¨²mero oficial de v¨ªctimas, habida cuenta de que muchos de los despojos humanos con los que se trabaj¨® pertenec¨ªan, quiz¨¢s, a miembros amputados de los heridos. Varias personas siguen desaparecidas, por lo que quedan inc¨®gnitas todav¨ªa sin despejar.
A medianoche del d¨ªa de los atentados, Batasuna hab¨ªa dicho que no hab¨ªa sido ETA, exist¨ªa una reivindicaci¨®n isl¨¢mica, la polic¨ªa ten¨ªa restos de explosivo y unos detonadores de caracter¨ªsticas diferentes a los que la banda utiliza, le hab¨ªa ense?ado al testigo que vio a los ocupantes de la furgoneta fotograf¨ªas de ciudadanos ¨¢rabes, por si los identificaba, y ten¨ªa en su poder una cinta magnetof¨®nica con versos del Cor¨¢n.
Por si fuera poco, esa tarde la polic¨ªa ya hab¨ªa recogido una bolsa con una bomba sin explotar, que pod¨ªa aportar importante informaci¨®n sobre los autores de la matanza. Nada de eso parec¨ªa suficiente para el Gobierno, cuyo portavoz declar¨® a las doce de la noche a Televisi¨®n Espa?ola que la pista principal conduc¨ªa a ETA, y cuya ministra de Asuntos Exteriores dijo a la BBC que la responsabilidad m¨¢s probable era la de ETA. Los representantes del PSOE que hab¨ªan atribuido la autor¨ªa a los etarras, los dirigentes del PNV, quienes se dejaron arrastrar por la primera impresi¨®n del momento, reconoc¨ªan mientras tanto su error.
VIERNES, 12
A las siete de la ma?ana del d¨ªa siguiente, viernes, 12 de marzo, I?aki Gabilondo inform¨® en la SER sobre la doble v¨ªa abierta en la investigaci¨®n, lamentando que media Espa?a "parece estar deseando que sea ETA y otra media Al Qaeda". Los comentarios de todas las tertulias se refer¨ªan a la eventual influencia del atentado en los resultados electorales. La SER a?adi¨® que durante la madrugada se hab¨ªa desactivado una bomba, encontrada en una bolsa de deportes entre los restos de un vag¨®n; la bolsa hab¨ªa sido llevada, junto con otros equipajes, a la comisar¨ªa de Vallecas, donde fue descubierta por casualidad. Los especialistas pudieron confirmar que el explosivo del artefacto no era el que ETA utiliza habitualmente y el detonador, de fabricaci¨®n espa?ola, resultaba id¨¦ntico a los hallados en la furgoneta. A media ma?ana el presidente del Gobierno en persona dio cuenta de la reuni¨®n del Consejo de Ministros e inform¨® sobre el atentado. Rebati¨® las acusaciones procedentes del partido socialista en el sentido de que el Gobierno no estaba dando toda la informaci¨®n que ten¨ªa. Insisti¨® en que "no concede ni conceder¨¢ ning¨²n cr¨¦dito a las declaraciones de portavoces de organizaciones ilegales que exculpan o hablan en nombre de una organizaci¨®n terrorista", e hizo otra vez un llamamiento a los ciudadanos para que acudieran masivamente a la manifestaci¨®n. Preguntado por los periodistas sobre qu¨¦ l¨ªnea de investigaci¨®n barajaba con mayor fuerza el Gobierno, de acuerdo con los datos en poder de las fuerzas de seguridad, espet¨®: "?Es que alguien piensa que un Gobierno con dos dedos de frente en Espa?a, despu¨¦s de 30 a?os de terrorismo, ante un atentado como el de ayer, no tiene que pensar l¨®gicamente, razonablemente, que puede ser esa banda su autora? Esa organizaci¨®n terrorista est¨¢ hecha para matar y mata todo lo que puede. Es lo que hace y a veces lo consigue... Esa es una l¨ªnea de investigaci¨®n que cualquier Gobierno de Espa?a que no haya perdido la cabeza tiene que seguir y que nosotros seguimos. Naturalmente, si hay otras hip¨®tesis, tambi¨¦n las vamos a seguir". Y m¨¢s tarde dijo: "No me pida usted, por favor, que yo juegue a las quinielas. No voy a jugar a las quinielas. Yo no eval¨²o qui¨¦n tiene posibilidad. Nosotros jugamos sobre hechos determinados, sobre hechos constatados". No exist¨ªa en ese momento ning¨²n hecho constatado, ninguna prueba material, que apoyara la tesis de la autor¨ªa etarra, y s¨ª muchas otras que indicaban lo contrario, pero el ministro del Interior volvi¨® a salir en la televisi¨®n a la una de la tarde para insistir en que la principal v¨ªa de investigaci¨®n segu¨ªa siendo ETA. A media tarde, el ministro repiti¨® rueda de prensa, sobre las 18.30, en la que dio noticia de la bomba hallada en Vallecas y dijo que todav¨ªa no se hab¨ªan traducido los versos del Cor¨¢n contenidos en la cinta de la furgoneta. El d¨ªa anterior, no obstante, hab¨ªa asegurado que no hab¨ªa en ellos ning¨²n tipo de amenaza. Dos semanas despu¨¦s, nadie ha hecho p¨²blico el contenido de dichos versos. Poco antes de esta comparecencia de Acebes, ETA hab¨ªa llamado al diario Gara y a Euskal Telebista para rechazar cualquier responsabilidad sobre el atentado. La televisi¨®n aut¨®noma vasca tard¨® poco tiempo en confirmar la autenticidad del comunicado como procedente de un portavoz de la banda.
A las siete de la tarde comenz¨® la manifestaci¨®n de Madrid. En esta, como en la de Barcelona, el presidente del Gobierno y los ministros fueron increpados por algunos ciudadanos que les interrogaban, a veces airadamente, por la autor¨ªa de los hechos. En muchos sectores cund¨ªa la sospecha de que el Gobierno manipulaba la informaci¨®n, igual que en una primera instancia parec¨ªa haberse querido apropiar de las manifestaciones populares que hab¨ªa convocado.
Por la noche, la pr¨¢ctica totalidad de los servicios de inteligencia europeos consideraban ya que la ¨²nica pista buena era la isl¨¢mica. Pero el Ejecutivo segu¨ªa insistiendo en que, para ¨¦l, la l¨ªnea prioritaria era la de ETA. No contaba con un solo indicio que pudiera avalarla.
S?BADO, 13
El s¨¢bado, v¨ªspera de las elecciones y d¨ªa de reflexi¨®n, en una entrevista publicada en la primera p¨¢gina del diario El Mundo, 48 horas despu¨¦s del hallazgo de la furgoneta con los detonadores, la cinta en ¨¢rabe y los restos de un explosivo que no era el utilizado por los terroristas vascos, el candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy, confesaba: "Tengo la convicci¨®n moral de que ha sido ETA". Nuevamente se trataba de deducciones, convicciones o corazonadas, frente al rigor del trabajo policial y la sensatez del an¨¢lisis pol¨ªtico. EL PA?S public¨® tambi¨¦n ese d¨ªa unas declaraciones de Rajoy. En la jornada de reflexi¨®n est¨¢ prohibido que los candidatos pidan el voto, por lo que los dirigentes socialistas evaluaron la posibilidad de elevar una queja por esta vulneraci¨®n de las normas. Los peri¨®dicos podr¨ªan, sin embargo, explicar que lo excepcional de las circunstancias justificaba la alteraci¨®n en las fechas de publicaci¨®n de la entrevista con el candidato. Por lo dem¨¢s, a esa hora, los ¨²ltimos sondeos apuntaban ya a una mejora considerable del PSOE en las elecciones, y les pareci¨® superfluo hacer ruido por un tema as¨ª.
A mediod¨ªa, el ministro Acebes, cumpliendo con el deber de transparencia que el Gobierno se hab¨ªa impuesto a s¨ª mismo, asegur¨® que ning¨²n responsable de las fuerzas de seguridad le hab¨ªa dicho a¨²n que las investigaciones se estuvieran centrando ya en Al Qaeda. El ministro deb¨ªa ser, entonces, el ¨²nico al que no se lo comunicaron porque, apenas hora y media m¨¢s tarde de que pronunciara estas palabras, se produjeron las primeras detenciones en relaci¨®n con los atentados: tres marroqu¨ªes y dos indios, algunos de ellos ya incursos en un sumario abierto por el juez Garz¨®n. Al mismo tiempo, Miguel Plat¨®n, director de la agencia oficial Efe, ordenaba la transmisi¨®n de un telegrama noticioso: "Las pistas apuntan a ETA y descartan a Al Qaeda".
Previamente, el telediario de las tres de la tarde hab¨ªa sostenido la hip¨®tesis etarra y centrado las im¨¢genes de las manifestaciones del viernes en las pancartas contra ETA. De modo que, mientras sospechosos de colaborar con el fundamentalismo isl¨¢mico entraban en comisar¨ªa, la televisi¨®n del Gobierno, la agencia del Gobierno y los ministros del Gobierno segu¨ªan asegurando que era ETA la responsable de los atentados.
A las 18.30, la cadena SER inform¨® que cientos de ciudadanos, convocados a trav¨¦s de tel¨¦fonos m¨®viles y mensajes en Internet, se estaban manifestando, desde tres cuartos de hora antes, frente a la sede del PP en G¨¦nova. La cadena noticiosa de televisi¨®n CNN+ envi¨® c¨¢maras para cubrir el evento en directo. Las im¨¢genes fueron transmitidas tambi¨¦n por CNN Internacional y otras televisiones europeas y americanas. La COPE inform¨® igualmente de esas manifestaciones, interrumpiendo su programaci¨®n deportiva. A las siete de la tarde, un ministro del Gobierno telefone¨® de forma institucional, y tambi¨¦n en nombre del candidato del Partido Popular, a un alto responsable del Grupo PRISA para protestar porque la SER y CNN+ estaban, a su juicio, "llenando las calles de manifestantes". Dijo, adem¨¢s, tener pruebas de que las concentraciones ilegales se hab¨ªan convocado desde tel¨¦fonos del PSOE. Varias encuestas electorales anunciaban ya una posible victoria socialista para el d¨ªa siguiente, aunque por estrecho margen, y en PRISA se atribuy¨® esa llamada al nerviosismo que probablemente hab¨ªa hecho presa en las filas del Partido Popular. Este reclam¨® una reuni¨®n de la Junta Electoral Central para que se pronunciara sobre las manifestaciones, al tiempo que Rajoy comparec¨ªa en p¨²blico a fin de denunciar la ilegalidad de las mismas y de advertir sobre las eventuales consecuencias para aquellos que las hubieran instigado. Fue contestado de inmediato por Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, que pidi¨® para los espa?oles "un Gobierno que no les mienta" e hizo uso del derecho de d¨²plica el ministro portavoz, Eduardo Zaplana, quien, siempre ante las c¨¢maras de televisi¨®n, rechaz¨® las acusaciones del dirigente socialista. En medio del guirigay, corri¨® el rumor de que el Gobierno se pod¨ªa estar planteando un aplazamiento de las elecciones. No existe ning¨²n indicio fiable de que eso fuera as¨ª, pero al menos pudo estar en la cabeza de alguien porque el propio diario El Mundo, en un editorial publicado el mismo d¨ªa de los comicios, dijo que "ante una crisis tan grave, quiz¨¢ por prudencia deber¨ªa haberse aplazado la votaci¨®n de hoy, si hubiera habido margen legal para ello". Por lo dem¨¢s, el ministro del Interior, pasada la medianoche, y ya en jornada electoral, por lo tanto, confirm¨® que hab¨ªan encontrado un video en el que Al Qaeda reivindicaba el atentado de Atocha. Por fin, y por vez primera, el Gobierno parec¨ªa dar credibilidad a un comunicado procedente de los terroristas y no argumentaba que la condici¨®n moral de sus firmantes imped¨ªa concederles siquiera el beneficio de la duda. Esta fue, no obstante, la ¨²nica ocasi¨®n en que la comparecencia de Acebes no fue retransmitida en directo por Televisi¨®n Espa?ola, que hab¨ªa cambiado su programaci¨®n para emitir, a esa hora, Asesinato en febrero, una pel¨ªcula sobre la muerte del diputado socialista Fernando Buesa y su escolta, a manos de ETA.
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