En fase de catarsis
Izquierda Unida comienza un proceso de renovaci¨®n para intentar captar de nuevo el apoyo del electorado perdido
Izquierda Unida se ha dado de bruces con la confirmaci¨®n de una realidad obstinada: su respaldo electoral va en retroceso. En las elecciones generales ha sido un verdadero derrame, pues Andaluc¨ªa ha perdido los tres esca?os que ten¨ªa en el Congreso; en las auton¨®micas, ha quedado claro que los descensos encadenados de los comicios de 1996 y 2000 no eran coyunturales o anecd¨®ticos. El 14-M ha consolidado la p¨ªrrica representaci¨®n parlamentaria de seis esca?os, ni uno m¨¢s -tambi¨¦n ni uno menos, aunque porcentualmente cae 6 d¨¦cimas- que en la legislatura anterior. Recordar la etapa de la pinza (la legislatura en la que IU y PP sellaron pactos institucionales en la C¨¢mara andaluza) para explicar el fracaso resulta ya un atavismo poco cre¨ªble. Ning¨²n dirigente lo hace.
Sumidos a¨²n en el desconcierto, todos hablan de cambios, de recuperaci¨®n, de ilusi¨®n, de echarse a la calle, se apuntan pinceladas de las posibles causas, se anuncia una nueva etapa. Pero la cuesti¨®n es hallar una f¨®rmula eficaz para dar cuerpo a todo esto y conectar con el electorado como hace una d¨¦cada, cuando IU lleg¨® a ser decisiva. Los dirigentes consultados reconocen que en estos momentos hay m¨¢s preguntas que respuestas. Al margen de circunstancias externas, como el deseo imperante de parte del electorado de desalojar al PP del Gobierno central y los atentados de Madrid, que han podido incidir en el llamado voto ¨²til, a la mayor¨ªa le resulta muy dif¨ªcil determinar por qu¨¦ la ciudadan¨ªa no les percibe como necesarios y capaces de gobernar.
El coordinador de IU en Andaluc¨ªa, Diego Valderas, abr¨ªa un interrogante en su informe pol¨ªtico que quiz¨¢s sea clave a la hora de analizar la falta de confianza en el sector del electorado al que precisamente se dirigen: "?Por qu¨¦ repetimos continuamente que somos una formaci¨®n de nuevo tipo, con nuevas f¨®rmulas de militancia y de participaci¨®n y luego acabamos siendo una mezcla de partido cl¨¢sico mal organizado y de coalici¨®n electoral imperfecta?".
Cuando se cre¨® Izquierda Unida-Convocatoria por Andaluc¨ªa en 1984, e Izquierda Unida en el ¨¢mbito federal dos a?os m¨¢s tarde, la coalici¨®n concentraba a un amplio espectro de partidos e independientes, aunque con la hegemon¨ªa del PCE. A partir de 1996 se fueron marchando: Nueva Izquierda, Los Verdes, el Colectivo Andaluz de Izquierda (CAI), Izquierda Socialista y el PASOC. Tan s¨®lo permanece el PCA y el CUT de Juan Manuel S¨¢nchez Gordillo. Aunque la principal p¨¦rdida son los independientes, sectores profesionales que trabajaban en ¨¢reas concretas de IU sin asumir todo el programa. "Era gente", dice Concha Caballero, referente de la corriente cr¨ªtica, "que a lo mejor se acercaba a IU por el modelo de sanidad p¨²blica o por la propuesta en comunicaci¨®n, pero nos los dejamos en el camino".
Pese a todo, tanto Caballero como Valderas creen que a¨²n es posible recuperar ese mismo concepto. El coordinador afirma que a la izquierda de IU casi no queda nada, apenas 20.000 votos, y que el radicalismo pol¨ªtico para captar este espacio no es una soluci¨®n. "Lo que necesitamos es un nuevo encuentro con la sociedad, m¨¢s frescura, no s¨®lo se nos tiene que ver como algo distinto, sino como algo mejor".
Concha Caballero, no obstante, opina que no se trata tanto de simple matem¨¢tica: "Hay cantidad de gente que se mueve en un espacio no pol¨ªtico, cuando se cre¨® IU tampoco hab¨ªa votos estimables a la izquierda del PCA, pero se lleg¨® en Andaluc¨ªa a los 19 diputados. Son ciudadanos que tienen otras vivencias y buscan algo diferente".
Felipe Alcaraz, que fue secretario general del PCA 23 a?os y acaba de perder su esca?o en el Congreso por Sevilla, sostiene que los cambios que necesita IU para lo que ¨¦l denomina el "relanzamiento" no se pueden hacer con una din¨¢mica de bloques enfrentados -oficialistas y cr¨ªticos- que tapan el debate real. "Actuar como sectores irreductibles nos quita fuerza, la gente nos tiene que ver como una organizaci¨®n aut¨®noma, pero no difusa". El coordinador de Sevilla, Sebasti¨¢n Mart¨ªn Recio, vislumbra un rayo de esperanza en la concentraci¨®n de sectores que se han rebelado contra un modelo "pol¨ªtico f¨¦rreo, como el del PP". "Ah¨ª pueden confluir, de manera transversal, posiciones muy interesantes que nos devuelvan el perfil alternativo que tuvimos, es posible".
Tras las elecciones europeas de junio, Izquierda Unida se propone abrir un estado de catarsis interior para trabar un discurso nuevo y retomar el rumbo de conexi¨®n con la sociedad.
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