Muere a los 87 a?os Juanito Valderrama, mito de la historia sentimental espa?ola
El cantante, autor y empresario jiennense falleci¨® ayer en su casa de Espartinas
El cantaor flamenco y cantante de copla Juan Valderrama muri¨® ayer en su domicilio de Espartinas (Sevilla) a los 87 a?os. Juanito Valderrama sufr¨ªa una grave y antigua dolencia cardiaca y hab¨ªa tenido un amago de infarto el pasado febrero, tras el homenaje que la Junta andaluza y los artistas flamencos le rindieron en Madrid. Autor de decenas de canciones, alguna tan c¨¦lebre como El emigrante, Valderrama logr¨® convertir, a base de talento y garra, su voz aflautada, su sombrero cordob¨¦s y su diminuta presencia en s¨ªmbolos de la cr¨®nica sentimental espa?ola del siglo XX.
Una de sus grandes virtudes fue su habilidad para saber lo que quer¨ªa el gran p¨²blico
Infatigable trabajador, artista de los pies a la cabeza, estudioso y enamorado del flamenco, primer empresario que contrat¨® a Camar¨®n de la Isla, hombre p¨ªcaro y de enorme inteligencia natural, personaje popular¨ªsimo, Juan Valderrama Blanca, nacido en Torredelcampo, Ja¨¦n, en 1916, dedic¨® su vida al arte. "No fumo, no bebo, tengo una t¨¦cnica extraordinaria... Cantar bien a mi edad no lo ha hecho nadie. Lo m¨ªo es puro arte: con seis a?os ya dec¨ªan que era un fen¨®meno y, sin medir 1,80 ni tener los ojos verdes, he llenado los teatros durante cuatro d¨¦cadas".
Eso dec¨ªa don Juan en una entrevista de 2001, publicada con motivo de la edici¨®n de su ¨²ltimo disco, titulado precisamente Don Juan y que recog¨ªa una de sus ¨²ltimas actuaciones en directo, la del homenaje que le brind¨® el Festival de las Minas de La Uni¨®n. Junto al de febrero ¨²ltimo (con motivo del disco grabado en su honor por Paco de Luc¨ªa, Carmen Linares, El Cigala, Juan Habichuela y Miguel Poveda, entre otros muchos) y el lleno de Las Ventas de 1994, han sido los grandes reconocimientos a esta gran figura de la canci¨®n y el cante.
Una de las grandes virtudes de Valderrama fue su habilidad para saber lo que quer¨ªa el gran p¨²blico. Aunque no eran menores su autenticidad, su genio, su amor propio y el cari?o y la profesionalidad que pon¨ªa en todo lo que hac¨ªa, a eso un¨ªa un enorme tir¨®n y una astuta visi¨®n del negocio del espect¨¢culo, lo que le convirti¨®, simult¨¢neamente, en empresario y embajador del flamenco y la copla, y le vali¨® de paso el recelo de muchos flamencos: "Empezaron a darme palos, me llamaban cancionero. ?Mentira, porque yo siempre met¨ªa seis o siete cantes flamencos entre las canciones! Y luego Camar¨®n, Merc¨¦, El Cigala, todos me dieron la raz¨®n: no ser¨ªan lo que son si no hubieran hecho canci¨®n adem¨¢s de flamenco. Yo he vivido para el flamenco, pero quer¨ªa vivir bien, ir a buenos hoteles, que mis hijos fuesen a la universidad, no pasar esas fatigas flamencas, no tener que cantar por 10 duros en una fiesta. Buscaba el bien de los m¨ªos. ?Es eso desdoro?".
Eso dec¨ªa Juanito Valderrama en febrero pasado, en una entrevista en la que contaba su versi¨®n de los hechos: "Sal¨ª cantando flamenco en 1941 al lado de maestros como la Ni?a de los Peines y Pepe Marchena, y hasta el a?o cincuenta fui m¨¢xima figura sin ponerme un cupl¨¦ en la boca. Pero ¨ªbamos todos los fen¨®menos de turn¨¦, val¨ªan 10 pesetas las sillas y 5 la general, y no se llenaba nunca ni ¨ªbamos m¨¢s al norte de Valladolid. En el 43 empec¨¦ a ir con Concha Piquer, solos los dos, la butaca costaba 30 pesetas y hab¨ªa golpes por entrar hasta en Bilbao. Me di cuenta de que la que llenaba era ella. ?Qu¨¦ quiere decir esto? Que el flamenco es de minor¨ªas y la canci¨®n de mayor¨ªas".
Entonces, Valderrama le pidi¨® a Rafael de Le¨®n que escribiera algo para ¨¦l y el maestro le regal¨® Noche hermosa y Como una hermana. Luego, empez¨® a componer ¨¦l mismo y escribi¨® El emigrante con el Ni?o Ricardo. Hicieron 40 o 50 canciones, 10 o 12 fueron grandes ¨¦xitos y su voz de jilguero pas¨® a formar parte de la banda sonora del franquismo, lo cual supuso su ostracismo en los a?os setenta y ochenta. Hace un par de meses, Valderrama negaba todos los cargos con su inteligencia habitual: "Escrib¨ª El emigrante al ver llorar a los espa?oles que se fueron a Marruecos. Yo le hubiera puesto El exiliado, pero me habr¨ªan fusilado".
"Lo que pas¨® es que he vivido muy bien y las envidias existen", a?ad¨ªa. "No s¨¦ c¨®mo, me adjudicaron con Franco. Y yo ni Franco ni na. ?Yo serv¨ª a la Rep¨²blica, hice trincheras republicanas! Le cant¨¦ a Franco cuando me llam¨®, ?pues claro! Como Marchena, Lola Flores, Antonio Molina. ?Qu¨¦ otra cosa ibas a hacer? ?Qu¨¦ hago hoy si me llama el Rey? A m¨ª se me tild¨® de facha por envidia, pero ni facha ni na. Yo he sido un artista del pueblo".
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