Marcha a Penyagolosa
Saldr¨¢n en la madrugada del pr¨®ximo d¨ªa 30, como cada ¨²ltimo viernes de abril. Y lo har¨¢n en silencio, no importa que llueva, truene o nieve. As¨ª viene siendo desde el siglo XV, y las gentes de Les Useres (Castell¨®n) est¨¢n dispuestas a continuar con la tradici¨®n. El origen de esta romer¨ªa penitencial es votivo. Las epidemias, el hambre y la sequ¨ªa se cebaban sobre estas tierras, y sus habitantes imploraron protecci¨®n. La promesa se sigue cumpliendo.
Son 12 hombres que se han dejado crecer la barba y cubren sus cuerpos con h¨¢bitos ce?idos a la cintura, por debajo de los cuales sobresalen los pantalones. A la cabeza, un sombrero de fieltro y ala redondeada. En la mano portan un bord¨®n, en el que se apoyan para caminar. Algunos van descalzos, sobre todo en ciertos tramos del dur¨ªsimo recorrido, que al atravesar por los pueblos se dulcifica con alfombras de flores, hiedra y otras plantas preparadas por los vecinos.
Entre la iglesia de la que parten y el santuario de Sant Joan de Penyagolosa -uno de los puntos m¨¢s elevados de la Comunidad Valenciana, a 1.800 metros de altitud- median unos 80 kil¨®metros, campo a trav¨¦s, por sendas y veredas que recorren la abrupta orograf¨ªa.
Los peregrinos van acompa?ados, entre otros, por los clavarios (encargados del avituallamiento y asistencia) y los cantores, adem¨¢s de los muleros (llamados acemileros o c¨¤rregues), con las mulas que portan los alimentos. El rezador no deja de pedir por todo tipo de intenciones; los cantores, por su parte, dirigen unos cantos que, seg¨²n relata uno de los romeros, "m¨¢s parecen gritos cuando vamos por en medio de la monta?a. Al anochecer retumban".
En Sant Joan de Penyagolosa hace mucho fr¨ªo, que combaten con una hoguera encendida en la cueva en la que pernoctan; a lo largo de la noche salen varias veces a rezar. Por la ma?ana, tras la misa y despu¨¦s de un ligero desayuno, el gu¨ªa pronuncia unas emotivas palabras acerca del sacrificio y el sentido de la promesa de los antepasados y lava los pies a cada uno de los penitentes.
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