Setenta y cinco d¨ªas para arreglar Irak
EE UU y la ONU trabajan contrarreloj para hallar una salida antes de la devoluci¨®n de la soberan¨ªa
Las dificultades de la posguerra en Irak que EE UU no hab¨ªa previsto -desde la violencia y los secuestros de los ¨²ltimos d¨ªas hasta la incapacidad del Gobierno provisional, pasando por el fracaso de la nueva polic¨ªa iraqu¨ª- han obligado al presidente George W. Bush, apremiado por las elecciones de noviembre, a rectificar el rumbo y a dar a la ONU un papel fundamental en la crisis. La tardanza ha hecho que ahora los plazos sean muy cortos, y los problemas, m¨¢s complejos. El principio de soluci¨®n -o la consolidaci¨®n del caos- depende de lo que ocurra en los pr¨®ximos dos meses y medio.
En el ejercicio de unidad que Bush y el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, llevaron a cabo el viernes en la rosaleda de la Casa Blanca, el presidente estadounidense dio la bienvenida al plan de la ONU, lo cual culmina un giro. Pero Blair -que se entrevist¨® el jueves con Kofi Annan, secretario general de la ONU, y que est¨¢ empe?ado en no volver a verse arrastrado a otro desastre por Bush- fue m¨¢s all¨¢ y utiliz¨® un t¨¦rmino a¨²n tab¨² para EE UU: la ONU, dijo, tendr¨¢ un papel "central". El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, jug¨® despu¨¦s con las palabras -y dej¨® al descubierto una cierta disonancia- al decir que el papel central corresponde al pueblo iraqu¨ª y que el papel de la ONU ser¨¢ "vital". Pero algo cambi¨® el viernes, gracias al esfuerzo de Blair.
Lakhdar Brahimi ha dicho que sus ideas son preliminares y producto de diez d¨ªas de consultas. Su plan es sustituir al Consejo que nombr¨® EE UU -y del que Paul Bremer, representante de la coalici¨®n, se ha quejado amargamente- por un Gobierno en funciones. La ONU, en consultas con EE UU, el Consejo y otros iraqu¨ªes, seleccionar¨¢ a los ministros -un dif¨ªcil encaje de diferencias religiosas y regionales- y nombrar¨¢ a un primer ministro y dos vicepresidentes. El Gobierno de transici¨®n asumir¨¢ la soberan¨ªa el 1 de julio. Se convocar¨¢ una conferencia nacional, de la que deber¨ªa surgir un ente que act¨²e como asamblea consultiva y que preparar¨¢, con el Gobierno y la ONU, las elecciones de enero de 2005.
"No hay nada en estas propuestas que nos preocupe", declar¨® el jueves a The New York Times Condoleezza Rice, consejera de Seguridad de Bush. El mismo diario se?al¨® que el secretario de Estado, Colin Powell, respalda el plan, y que el de Defensa, Donald Rumsfeld, no lo rechaza.
Pero el ¨¦xito del plan est¨¢ condicionado a que se resuelva el papel de la ONU y a definir la responsabilidad de la seguridad. En mayo deber¨ªa abordarse la nueva resoluci¨®n del Consejo de Seguridad que defina el papel -?central, vital?- de la ONU y que autorice la presencia de una fuerza multinacional en Irak. ?Podr¨ªa la OTAN asumirlo? Adam Ereli, portavoz adjunto del Departamento de Estado, dijo a EL PA?S el jueves, en una reuni¨®n con corresponsales extranjeros, que se discute desde hace tiempo. "Hasta ahora no ha habido objeciones. El asunto no es si la OTAN ir¨¢ a Irak, sino cu¨¢ndo y c¨®mo; en otras palabras, c¨®mo conseguir un consenso para que se involucre de forma operativa". Faltan detalles, pero 17 de los 26 miembros de la OTAN est¨¢n all¨ª, a?adi¨®: "Hay que ampliar y construir sobre lo que ya existe".
El problema de uno de los detalles es que se trata del mando de las tropas. Se pueden buscar f¨®rmulas que lo maquillen, pero hay algo no negociable para EE UU: sus soldados no van a estar bajo otro mando que no sea estadounidense. El recuerdo de Somalia -en 1993, 18 de los soldados que fueron a socorrer a una misi¨®n de la ONU murieron en los enfrentamientos con grupos cercanos a Al Qaeda- pone los pelos de punta a los militares.
John Negroponte, embajador de EE UU ante la ONU y probable representante de Washington en Bagdad, sugiri¨® el viernes que los Estados miembros formen una fuerza. "La ver¨ªamos como especialmente dedicada a la protecci¨®n de las operaciones de la ONU, pero en todo caso bajo el mando de la Fuerza Multinacional Unificada", se?al¨®, sin aclarar si ese mando es el que existe o uno que podr¨ªa formarse para coordinar los despliegues paralelos de las fuerzas amparadas por la resoluci¨®n de la ONU y las tropas de la actual coalici¨®n.
Los soldados tendr¨¢n que seguir en Irak, pero, si no hay cambios, lo har¨¢n en una situaci¨®n mucho peor de la que se anticipaba, seg¨²n Donald Rumsfeld, poco dado a reconocer errores de c¨¢lculo. El n¨²mero de bajas, aunque contenido, y la prolongaci¨®n del servicio para 21.000 soldados, hacen poco a favor de la popularidad de Bush, como tambi¨¦n las evocaciones de Vietnam. El optimismo del Pent¨¢gono hace un a?o sobre el 2004 -situaci¨®n segura, polic¨ªa iraqu¨ª viable y fuerza multinacional sobre el terreno- se ha demostrado equivocado. La extensi¨®n del servicio de los 21.000 es provisional, deja al descubierto que no hay mucho de d¨®nde tirar -con miles de marines en Irak, casi no hay posibilidades de reacci¨®n r¨¢pida para una nueva crisis- y abre opciones pol¨ªticamente muy costosas en a?o electoral, como la movilizaci¨®n de m¨¢s reservistas. "O la misi¨®n o los soldados; pero algo tendr¨¢ que cambiar", se?ala uno de los informes de inteligencia que circulan en Washington.
En un coloquio sobre Irak celebrado esta semana en la Brookings Institution de Washington, el ambiente fue relativamente pesimista. Seg¨²n uno de los expertos, Ivo Daalder, "nunca como ahora ha estado m¨¢s claro que EE UU necesita apoyo internacional y compromisos en Irak, y nunca como ahora ha sido menos probable que los consiga". En su opini¨®n, en Irak hacen falta m¨¢s soldados y m¨¢s legitimidad, pero ni la OTAN ni la ONU pueden asumir los desaf¨ªos de seguridad. Kenneth Pollack lament¨® que las fuerzas iraqu¨ªes entrenadas sean "absolutamente irrelevantes". Y el habitualmente optimista Michael O'Hanlon se confes¨® "nervioso de que no se haya desarrollado una estrategia seria para restablecer el orden en el tri¨¢ngulo sun¨ª".
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