Una inyecci¨®n de solteros preparados
La ampliaci¨®n puede aportar a la vieja UE exactamente lo que se supone que ¨¦sta necesita: nueva mano de obra joven y bien preparada. Sin embargo, 13 de los 15 pa¨ªses de la vieja Uni¨®n les cierran sus puertas por temor a una avalancha que desestabilice sus sistemas de Seguridad Social. Todos los estudios desechan tal avalancha y la inoperancia de imponer barreras a uno de los m¨¢s sagrados principios de la UE: la libertad de movimientos de sus ciudadanos. Pero en este asunto, todos los miedos de los pa¨ªses ricos, a los que se han sumado Espa?a, Grecia y Portugal, se han hecho patentes en un gesto que los nuevos encajan con desagrado.
La ¨²ltima cifra que se baraja es la llegada a Europa del Oeste de un m¨¢ximo anual, durante los pr¨®ximos 10 a?os, de 220.000 personas en edad laboral, una cifra insignificante comparada con la poblaci¨®n global europea, 450 millones de habitantes. Algunos consideran que ni siquiera se alcanzar¨¢ tal cifra. Marek Dupiszevski, experto polaco en migraciones, por ejemplo, ya ha advertido que esos datos se basan en declaraciones de intenciones. "La gente responde estar dispuesta a emigrar a la UE-15 de la misma manera que responder¨ªa afirmativamente si le preguntaran si quiere ser rico o tener buena salud", explicaba Dupiszevski recientemente al rotativo La Libre Belgique.
Trece de los pa¨ªses de la UE-15 han decidido mantener cerradas sus fronteras al libre paso de los nuevos ciudadanos por un m¨ªnimo de dos a?os
La Comisi¨®n Europea lleva meses tambi¨¦n intentando convencer a las capitales de que no es necesario poner trabas a los nuevos europeos demandantes de trabajo. La actualizaci¨®n de sus estudios arroja cifras a la baja. Donde hace s¨®lo tres meses se hablaba de 235.000 personas en edad laboral provenientes de los 10 nuevos socios, ahora se habla de 220.000, que ser¨¢n 150.000 a partir de 2014.
El ejemplo espa?ol
El ejemplo espa?ol es uno de los argumentos m¨¢s socorridos. La UE de s¨®lo nueve socios estaba aterrada ante la avalancha de emigrantes espa?oles que sin duda invadir¨ªan sus asentados sistemas de bienestar cuando Espa?a se adhiriera. La realidad de lo ocurrido es elocuente: de los 200.000 emigrantes de los a?os setenta se pas¨® poco despu¨¦s de la adhesi¨®n, en los a?os noventa, a los 3.000.
Los pa¨ªses del Este recuerdan adem¨¢s que los jefes de Estado o de Gobierno de los Quince firmaron en 2000 la conveniencia de dinamizar la econom¨ªa europea impulsando, precisamente, la libre circulaci¨®n de los trabajadores.
Con tantos compromisos y argumentos a favor de dinamitar las fronteras en este terreno, 13 de los pa¨ªses de la UE-15 han decidido mantenerlas cerradas por un periodo m¨ªnimo de dos a?os. Los tratados de adhesi¨®n permiten prolongar tal situaci¨®n hasta un m¨¢ximo de siete a?os. Es la ¨²nica cl¨¢usula de salvaguardia a la que han recurrido los ricos.
S¨®lo se ha mantenido firme en su posici¨®n de dejar las puertas abiertas la peque?a Irlanda, un pa¨ªs antes pobre que ahora es uno de los m¨¢s ricos de la UE-15 gracias a un crecimiento econ¨®mico medio del 5,1% en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Irlanda sigue necesitando mano de obra cualificada.
Pero tambi¨¦n se puede considerar que el Reino Unido mantiene las puertas abiertas. As¨ª lo afirman los pa¨ªses del Este, que ven incluso l¨®gica la decisi¨®n del Gobierno de Blair de restringir de forma transitoria sus derechos sobre prestaciones sociales. "Es normal que exijan un poco de tiempo antes de dar acceso a la Seguridad Social para evitar el turismo social", explica un diplom¨¢tico polaco.
En el resto de los socios europeos del Oeste, las restricciones equivalen a seguir considerando extranjeros a los nuevos europeos, exigi¨¦ndoles permisos de trabajo previos como hasta ahora, lo que para los pol¨ªticos del Este es un gesto insolidario y antip¨¢tico. Un gesto que, a la postre, impone m¨¢s barreras psicol¨®gicas que reales, a?aden, porque en estos pa¨ªses no hay tradici¨®n de emigrar y los que buscan trabajo en el Oeste ya est¨¢n asentados aqu¨ª, legal o ilegalmente. De momento, s¨®lo Suecia est¨¢ ahora revisando su sorprendente decisi¨®n de sumarse a los que quieren mantener las barreras.
Los pa¨ªses m¨¢s duros en este terreno son Alemania y Austria. Son, de hecho, los que exigieron esa cl¨¢usula de salvaguardia hace ya tres a?os. Alemania puede ser, sin duda, el pa¨ªs m¨¢s afectado por la ampliaci¨®n, aunque tambi¨¦n el m¨¢s beneficiado por el nuevo mercado abierto en sus proximidades. Los analistas consideran que la mayor parte de ese flujo total de 220.000 trabajadores anuales intentar¨¢n asentarse en ese pa¨ªs, que, por otra parte, entre 1995 y 2001 ha visto c¨®mo su industria ha cuadruplicado sus inversiones en la Europa del Este.
El alto nivel de desempleo tanto en el Este como en el Oeste es un argumento s¨®lido en contra de cualquier nueva presi¨®n migratoria. En la UE-15, la tasa de paro es del 8%, y en los 10 nuevos pa¨ªses comunitarios, del 14,2%. Alemania es adem¨¢s el que tiene, despu¨¦s de Espa?a, la peor situaci¨®n en este terreno (9,3%).
Los datos del Eurobar¨®metro que maneja la Comisi¨®n Europea aseguran, sin embargo, que el paro no es tan determinante. De los encuestados en el Este sobre sus intenciones de emigrar, s¨®lo el 2% no tiene trabajo. Pesa mucho m¨¢s la situaci¨®n familiar (el 70,4% vive solo y el 26% est¨¢ casado o vive en pareja). El candidato tipo es, en fin, un joven con estudios superiores o todav¨ªa estudiante que vive solo o sin personas a su cargo.
La opulenta vieja Europa
Un factor que puede venir a dar la raz¨®n a los m¨¢s temerosos de la avalancha es la sima existente entre la opulenta vieja Europa y los pa¨ªses que ahora se suman, que apenas superan el 40% del PIB medio de la UE-15, un nivel similar al que ten¨ªa Espa?a en los sesenta. Por muchas barreras que se intenten imponer, parece l¨®gico que los j¨®venes del Este busquen una vida mejor y huyan del paro, pero tambi¨¦n de sueldos que son la quinta parte de lo que percibe, en el mismo empleo y la misma categor¨ªa, un espa?ol o un austriaco.
Seg¨²n la Fundaci¨®n Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, las jornadas laborales de estos 10 pa¨ªses son m¨¢s prolongadas: 44,4 horas semanales frente a 38,2 en la UE-15, si bien la de los polacos es de 45.
Seg¨²n datos de Eurostat, la oficina estad¨ªstica europea, en el periodo de 1995-1999, como media, s¨®lo el 0,1% de la poblaci¨®n residente de la UE se movi¨® hacia otro pa¨ªs de la Uni¨®n.
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