Rumbo a lo desconocido
Con el peso de la historia en contra, con un curr¨ªculo repleto de fracasos, frustraciones y todo tipo de excusas, la selecci¨®n espa?ola aterriz¨® ayer en Portugal, donde el s¨¢bado debutar¨¢ ante Rusia en la Eurocopa. Una quiniela imposible: los rusos siempre resultan ser un jerogl¨ªfico egipcio y Espa?a tiene una end¨¦mica tendencia a sentir calambres el d¨ªa del estreno. Quiz¨¢ porque en las grandes ¨²ltimas citas internacionales, la semana previa al bautizo, la concentraci¨®n espa?ola ha resultado infernal. Es habitual que en el entorno de la selecci¨®n vuelen los cuchillos. Unos (los jugadores y su corporaci¨®n t¨¦cnica y directiva) se sienten azotados por la tribuna medi¨¢tica; otros (los representantes de la prensa) atizan la idea de que su trabajo queda cortocircuitado por la poca predisposici¨®n de los futbolistas. En caso de desatarse una nueva trifulca la figura conciliadora de I?aki S¨¢ez ser¨¢ capital.
Al t¨¦cnico le distingue su sentido com¨²n, su manto paternalista y su verbo sereno y afable. Si el entrenador vasco es capaz de mantener sus constantes, la selecci¨®n entrar¨¢ en el torneo con medio gol en la mochila. Si, por el contrario, S¨¢ez acaba desquiciado por la presi¨®n y se vuelve tan hipertenso como varios de sus predecesores, Espa?a se asomar¨¢ al campeonato bajo una tormenta de incalculables proporciones. No ser¨ªa la primera vez que el equipo se confunde de enemigo. De momento, el seleccionador ha permanecido fiel a s¨ª mismo en la terap¨¦utica semana de Las Rozas. En los pr¨®ximos d¨ªas, con el torneo cada vez m¨¢s cercano y el sistema nervioso a toda pastilla, tendr¨¢ que superar la gran etapa alpina.
A la espera de acontecimientos, S¨¢ez ha reunido en Portugal a un grupo compacto e ilusionante. Salvo algunas fugas en defensa -sobre todo en el lateral izquierdo- el equipo tiene enjundia en todos los puestos. Y, en muchos casos, por partida doble. Tiene un medio escoba de probada eficacia (Albelda), extremos que pican y desbordan (Etxeberria-Joaqu¨ªn y Vicente-Luque), visionarios del pase (Valer¨®n-Xavi), llegadores (Baraja), arietes puros (Morientes), enganches voraces (Ra¨²l)... Y, por supuesto, tiene a Fernando Torres, un delantero con gol, arrancada, piernas de velocista, un gran presente y un magn¨ªfico futuro. Torres, ajeno por su juventud a los borrones hist¨®ricos, puede simbolizar como nadie un giro c¨®smico en el devenir de la selecci¨®n. De momento, como todos sus compa?eros, ha llegado a Portugal con rumbo a lo desconocido. Espa?a lleva 40 a?os sin dar en la diana.
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