'Abejita' desafiante

Lisboa es una ciudad convulsa por la que transitan miles de aficionados de un equipo distinto cada d¨ªa y van dejando marcas. Los espa?oles la tomaron el domingo con esp¨ªritu anexionista trazando un desfile de banderas desde la Plaza del Marqu¨¦s de Pombal a la Plaza del Comercio, en el muelle. El lunes, de madrugada, los portugueses la reconquistaron atascando la Avenida da Liberdade con bocinas y con la exhibici¨®n de estandartes m¨¢s multitudinaria en d¨¦cadas. El mismo lunes, y hasta el martes cuando despunt¨® el alba, miles de ingleses cambiaron el paisaje de la ciudad cant¨¢ndole a la reina. Un grupo de Bromwich, en una operaci¨®n especial, colg¨® dos banderas cruzadas de la fuente francesa de la Plaza del Rossio. Ayer por la ma?ana, las banderas inglesas amanecieron mojadas y triunfantes. Y all¨ª seguir¨¢n. A menos que hoy, en el Estadio da Luz, Abejita vuelva a picar.

Abejita, que as¨ª llaman a Ronaldo en su Madeira natal, es el rostro desafiante y sonriente de la nueva Portugal que hoy se medir¨¢ a Inglaterra. Un chico de 19 a?os, sin prejuicios, encantado de haberse conocido, fanfarr¨®n reprimido con un discurso pol¨ªtico que no consigue creerse, totalmente seguro como est¨¢ de ser el mejor delantero del mundo, pero consciente de lo que debe decir: "Respeto a los colegas como Figo y Sim?o, que juegan en mi puesto (...). Tengo un respeto muy grande por Figo, Couto y Rui Costa, que son mis referencias (...). Wayne Rooney (...) es un jugador joven al que tenemos que respetar como a Owen y Beckham (...). Respeto a Gary Neville, con el que no me he enfrentado (...). Respeto a Ashley Cole (...). Respeto a Inglaterra (...)".

Adem¨¢s de batir el r¨¦cord de manifestaciones de respeto el martes pasado, Cristiano Ronaldo se convirti¨® hace un a?o en el traspaso m¨¢s caro de la historia del f¨²tbol portugu¨¦s, cuando el Manchester lo fich¨® del Sporting a cambio de 15 millones de euros. Los futbolistas se contagian, pero no pueden imitarse. Cuando Cristiano Ronaldo lleg¨® al Sporting de Lisboa, en 1997, intentaba reproducir la bicicleta de Figo, que hab¨ªa dejado el club hac¨ªa tres a?os para convertirse en el emblema del f¨²tbol portugu¨¦s. Siete a?os m¨¢s tarde, Cristiano y Figo se han encontrado para jugar un pu?ado de partidos que pueden pasar a la historia grande de la selecci¨®n lusa.

Cristiano y Figo se identifican por su esp¨ªritu exhibicionista. Los dos son vanidosos y, como todos los extremos, se alimentan de su relaci¨®n con la grada. Si se diferencian por algo es por su car¨¢cter. Cristiano tiene una sonrisa fotogr¨¢fica, como si viviese de vacaciones. Su cuerpo es m¨¢s equilibrado, m¨¢s exacto, y su juego m¨¢s f¨²til, menos rotundo que el de Figo. Esto parece una consecuencia del car¨¢cter. ?l, en privado, se ufana de una cosa. "Soy el ¨²nico jugador en el mundo que dribla con las dos piernas igual; salgo con la derecha y con la izquierda, para los dos lados", dice. Y con eso lo dice todo.

"El equipo ha demostrado un gran car¨¢cter, una gran ambici¨®n...", prosigui¨® Cristiano el martes, hablando del partido de Portugal contra Inglaterra. Con esas frases medidas, dise?adas para la conferencia de prensa multitudinaria, el chico parec¨ªa seguir al dedillo el eslogan de la empresa que lo ha escogido para patrocinarse, conduciendo la pelota por un campo entre descargas el¨¦ctricas. As¨ª aparece en el mural del Banco do Esp¨ªritu Santo, en Lisboa, con la sentencia que asegura: "Temos Paixao. Temos Ambi?ao. Temos Equipa".

Pasi¨®n, se le supone. Ambici¨®n, no le falta. Cuando el t¨¦cnico del Manchester, Alex Ferguson, lo llev¨® a Inglaterra para mostrarle el club, le propuso que se quedara cedido en el Sporting una temporada antes de pasar a la Premier. El jugador, que ten¨ªa 18 a?os, no se lo permiti¨®: "Me quiero quedar aqu¨ª". A la semana siguiente se mud¨® a Inglaterra con su madre, su hermana, su cu?ado y su sobrino para heredar el 7 de Beckham. Gana dos millones de euros al a?o y si se los gasta en algo es en ropa.

A los 13 a?os, Cristiano Ronaldo se despidi¨® de su padre, el utillero del peque?o Andurinha Futebol Clube, y dej¨® la isla de Madeira para marcharse a la escuela del Sporting. Se cri¨® en el mismo ¨¢mbito que produjo a Viana, Figo, Sim?o, Quaresma, o Boamorte. Y aunque dejaron de llamarle Abejita no perdi¨® el inter¨¦s por exhibir su extraordinario dribling saltando de marcador en marcador.

Hoy tendr¨¢ la oportunidad de hacerlo ante Inglaterra. Igual que lo demostr¨® contra Espa?a, siguiendo la estela del comandante Figo para ejecutar lo que le mand¨® el seleccionador con rudimentarias palabras: "Tenemos que subirnos encima de ellos y, como dijo Scolari, darles porradas".