El controvertido factor electoral

Los analistas pol¨ªticos dicen que los votantes suelen tardar seis meses en darse cuenta de que la econom¨ªa va bien. No fue lo que le sucedi¨® a George Bush padre, a quien los electores le castigaron en las urnas precisamente porque la cosa econ¨®mica no la ten¨ªan muy clara, a pesar de que sal¨ªa victorioso de la Guerra del Golfo. EE UU se encuentra estos d¨ªas sumida en plena vor¨¢gine electoral y desde la Casa Blanca no se quiere descuidar este frente, para evitar que Bush sea v¨ªctima de ese mismo pecado en noviembre y pierda la reelecci¨®n frente a su rival, el dem¨®crata John Kerry

La Reserva Federal va a tener que medir mucho sus futuras actuaciones en el marco de la pol¨ªtica monetaria para no interferir en exceso en la campa?a electoral. La subida de tipos, en principio, no ayuda a Bush. Pero los analistas dicen que estaba tan asumido que la Fed iba a cambiar de estrategia que su impacto pol¨ªtico ser¨¢ menor si se mantiene esta subida gradual del cuarto de punto. Adem¨¢s, se espera que el banco central sea prudente y se mantenga callada durante los meses cruciales de la campa?a -septiembre y octubre-, para no dar argumentos ni a Bush ni a Kerry.

Los Bush no tienen una buena experiencia con Greenspan. George padre acus¨® a la Fed de no cortar lo suficiente los tipos para apoyar el crecimiento en 1992, durante la campa?a para su reelecci¨®n. Pero tanto los republicanos como los dem¨®cratas ya han empezado a barrer hacia casa tras la subida de tipos del mi¨¦rcoles. Los asesores Bush se esfuerzan estos d¨ªas por transformar las dificultades que tienen por delante en oportunidades y as¨ª superar el suspenso que, de momento, se lleva el presiente en su gesti¨®n econ¨®mica, con una credibilidad del 47%.

Este es el esp¨ªritu que los estadounidenses esperan de su presidente. Los republicanos dicen que el cambio de ciclo es una "evidencia" de que la expansi¨®n econ¨®mica es "s¨®lida" y "sana". Los dem¨®cratas responden que el encarecimiento del precio del dinero es consecuencia de la "desastrosa" pol¨ªtica fiscal de la Casa Blanca. Pero ninguno carga contra Alan Greenspan. El gur¨² tendr¨¢ ahora la ¨²ltima oportunidad antes de jubilarse para demostrar su independencia.