Blair es exculpado de los errores sobre Irak

El espionaje brit¨¢nico cometi¨® "graves fallos" al evaluar la informaci¨®n procedente de Irak sobre los arsenales de armas de destrucci¨®n masiva de Sadam Husein, pero no hubo mala fe ni en los servicios de espionaje ni en el uso que el Gobierno hizo de sus informes. ?sa es la conclusi¨®n general que se desprende del informe de lord Butler sobre la preparaci¨®n de la guerra de Irak, realizado por un compacto equipo de cinco altos funcionarios y diputados y presentado ayer. El informe pone de relieve una larga lista de problemas, pero concluye que los errores tuvieron un car¨¢cter "colectivo". El informe fue encargado en febrero por el primer ministro, Tony Blair, nada m¨¢s anunciar el presidente George W. Bush una investigaci¨®n semejante en EE UU.

Blair hab¨ªa sido exculpado poco antes por el juez lord Hutton de las acusaciones lanzadas por la BBC de que el Gobierno hab¨ªa exagerado la amenaza que supon¨ªa Sadam Husein para convencer a los brit¨¢nicos de la necesidad de ir a la guerra. Butler concluy¨® que el dato clave de aquella pol¨¦mica, la denuncia de que Sadam pod¨ªa lanzar un ataque en 45 minutos, no debi¨® ser incluido en el informe del Gobierno sobre Irak de septiembre de 2002.

Es probable que si lord Hutton hubiera llegado en su d¨ªa a las conclusiones publicadas ayer por lord Butler, el primer ministro Blair se hubiera visto arrastrado a una crisis pol¨ªtica de consecuencias mayores. Sin embargo, en enero Hutton concluy¨® que los datos de espionaje eran cre¨ªbles y que no hab¨ªan sido manipulados; y ayer lo que en realidad se dirim¨ªa ya no era tanto eso cuanto el porqu¨¦ de tantos fallos y, sobre todo, si eran s¨®lo errores o producto de la mala fe.

Mientras Hutton consider¨® cre¨ªble el dato crucial de que Sadam pod¨ªa lanzar un ataque con armas de destrucci¨®n masiva en 45 minutos, lord Butler concluye que los funcionarios que pusieron en duda la credibilidad de esa informaci¨®n "ten¨ªan raz¨®n". El ex director general de la BBC Greg Dyke declar¨® ayer que esa conclusi¨®n de Butler "es la prueba de que las informaciones de Andrew Gilligan sobre las preocupaciones del doctor Kelly acerca de los 45 minutos eran perfectamente correctas".

Hace unos meses, otras muchas de las conclusiones de lord Butler habr¨ªan sido dinamita contra Tony Blair. Butler concluye, por ejemplo, que "no hab¨ªa datos recientes de espionaje que permitieran por s¨ª mismos llegar a la conclusi¨®n de que Irak era un motivo de preocupaci¨®n superior a las actividades que llevaban a cabo otros pa¨ªses" y que "el espionaje disponible no era lo bastante robusto" como para llegar a la conclusi¨®n de que Irak hab¨ªa incumplido la resoluci¨®n 687 del Consejo de Seguridad de la ONU.

El informe subraya los fallos del espionaje, que atribuye tanto a los problemas en la fuente como a su posterior procesamiento en el Comit¨¦ Conjunto de Inteligencia (JIC, en sus siglas en ingl¨¦s). Enfatiza que las advertencias del JIC sobre la poca fiabilidad de algunas de las informaciones disponibles "no quedaron suficientemente claras en el informe del Gobierno" y propone que en el futuro se distinga con m¨¢s claridad entre los informes del espionaje y las posiciones pol¨ªticas del Gobierno.

Sin embargo, concluye tambi¨¦n: "No hemos encontrado evidencias de distorsi¨®n deliberada o de negligencia culpable". Y subraya: "No hemos encontrado pruebas de que las evaluaciones del JIC y las opiniones en ellas contenidas estuvieran enfocadas en ninguna direcci¨®n particular con el objetivo de responder a las preocupaciones de altos funcionarios del JIC". Una perifr¨¢stica manera de decir que el presidente del JIC, John Scarlett, no manipul¨® los dict¨¢menes de espionaje en funci¨®n de las necesidades que le expresaba Downing Street.

Lord Butler se toma la molestia de precisar: "Nos damos cuenta de que nuestras conclusiones pueden provocar llamamientos para que el actual presidente del JIC, el se?or Scarlett, sea privado de su nombramiento como jefe de los servicios de espionaje. Esperamos fervientemente que no sea ¨¦se el caso. Tenemos en gran aprecio su capacidad y su historial".

El informe aborda con palabras muy medidas las acusaciones de que el Gobierno exager¨® las informaciones del espionaje. "Se hicieron estruendosos esfuerzos para asegurar que en el informe [de septiembre de 2002] no se hac¨ªan aseveraciones individuales que fueran m¨¢s all¨¢ de los juicios realizados por el JIC", reza la alambicada prosa de Butler. "Sin embargo", a?ade, "al traducir el material del JIC en el informe, se perdieron advertencias acerca de la limitada base del espionaje en algunos aspectos de esas evaluaciones". "El lenguaje en el informe podr¨ªa haber dado a los lectores la impresi¨®n de que el espionaje que hab¨ªa detr¨¢s de esas afirmaciones era m¨¢s completo y m¨¢s firme de lo que en realidad era: nuestro punto de vista despu¨¦s de haber le¨ªdo todo el material es que esas afirmaciones llegaron al l¨ªmite (aunque no m¨¢s all¨¢) del espionaje disponible".

El informe confirma que "el JIC dej¨® claro que aunque hubo contactos entre el r¨¦gimen iraqu¨ª y Al Qaeda, no hab¨ªa pruebas de cooperaci¨®n". Y, nadando contra la corriente, sostiene que aunque "no hay pruebas concluyentes" de que Irak llegara a comprar uranio en ?frica, los documentos en que se hab¨ªa basado el espionaje brit¨¢nico para concluir que el r¨¦gimen de Sadam lo hab¨ªa intentado "no eran falsos".