Enron renace de sus cenizas
La el¨¦ctrica lucha por superar la quiebra y sus ex directivos se enfrentan a la justicia
Enron empieza a salir del profundo agujero en el que le meti¨® su antigua c¨²pula directiva. El plan para sacar a la compa?¨ªa de la bancarrota ya est¨¢ aprobado, y los ejecutivos responsables del fraude financiero que llev¨® a su colapso, en manos de los tribunales. El ¨²ltimo en caer fue el fundador de la compa?¨ªa, Kenneth Lay, y con su procesamiento se cierran dos largos a?os de investigaci¨®n criminal en la que una treintena de individuos aparecen implicados. Dos ya est¨¢n entre rejas, y no est¨¢ dicho que sean los ¨²nicos.
Est¨¢ previsto que Enron surja de la bancarrota dividido en dos entidades: CrossCountry Energy y Prisma Energy International
El futuro de Enron empieza a aclararse poco a poco, y tambi¨¦n su pasado. La justicia estadounidense aprob¨® el 15 de julio el plan que permitir¨¢ recuperar a la el¨¦ctrica estadounidense de la bancarrota m¨¢s costosa y complicada de la historia en EE UU, y compensar a los miles de acreedores y tenedores de bonos afectados por su espectacular colapso. La el¨¦ctrica les debe m¨¢s de 63.000 millones de d¨®lares pero, de momento, se limitar¨¢ a devolverles algo m¨¢s de una quinta parte de lo debido, unos 12.000 millones. El contenido del plan no ha cambiado mucho con respecto al que se present¨® hace un a?o para su aprobaci¨®n.
La quiebra de Enron a finales de 2001 dej¨® los fondos de pensiones de 4.200 familias casi a cero. Durante gran parte de 2002, los t¨ªtulos de Enron se vend¨ªan a medio d¨®lar. Era el pico de m¨¢s de los casi 90 d¨®lares a los que se compraban las acciones de las el¨¦ctricas en agosto de 2000, en pleno boom econ¨®mico. Eso, por no hablar de los 20.000 puestos de trabajo destruidos como consecuencia de su brutal ca¨ªda en bolsa. Un tercio de la fuerza laboral de este gigante corporativo super¨® la crisis, y hoy Enron da empleo a 9.300 personas. El esc¨¢ndalo contable acab¨® tambi¨¦n con la auditora Arthur Andersen, acusada de destruir documentos.
Proceso dif¨ªcil
La recuperaci¨®n de todo el dinero a los defraudadores y la venta de activos de la compa?¨ªa no est¨¢ siendo un proceso f¨¢cil. Algunos negocios dentro del pa¨ªs est¨¢n transfiri¨¦ndose a antiguas compa?¨ªas rivales, lo que, adem¨¢s de rascar d¨®lares, permite recuperar una parte importante de los empleos perdidos. ChevronTexaco anunci¨® recientemente la compra de una de la segunda torre de Enron en Houston. Y lo mismo pasa con activos que le quedan en el extranjero. Los principales accionistas de Enron son el fondo de pensiones California Public Employees Retirement System (2,7 millones de t¨ªtulos), Trilogy Advisors (280.644 t¨ªtulos) y el fondo Kentucky Retirement Systems (153.700).
Est¨¢ previsto que Enron surja de la bancarrota dividido en dos entidades: CrossCountry Energy y Prisma Energy International. No se sabe a¨²n cu¨¢l de las dos compa?¨ªas saldr¨¢ a bolsa, pero algunos competidores, como el consorcio formado por Southern Union y General Electric, ya han mostrado su inter¨¦s por hacerse con CrossCountry, que podr¨ªa llegar a tener unos ingresos anuales pr¨®ximos a los 159 millones de d¨®lares. Hasta septiembre no se sabr¨¢ si se podr¨¢ realizar esta operaci¨®n, pero se calcula que, para su compra, se pagar¨ªan 1.800 millones de d¨®lares y la asunci¨®n de una deuda de 430 millones. Enron tambi¨¦n tiene una oferta de 2.350 millones por su filial Portland General Electric.
"Esto es lo que queda de una compa?¨ªa cuyos activos burs¨¢tiles llegaron a valer 65.000 millones de d¨®lares", afirma John Olson, uno de los analistas financieros que han seguido la evoluci¨®n de Enron desde su creaci¨®n en 1985. La que fuera la ni?a bonita de Wall Street vale hoy, se dice, 41 millones de d¨®lares. Para colmo de males, el viernes se hac¨ªa p¨²blico que la Comisi¨®n Federal de Regulaci¨®n Energ¨¦tica reclama a la compa?¨ªa 32.500 millones de d¨®lares por la crisis energ¨¦tica de California en 2000 y 2001.
Mientras se forja el nuevo futuro del tit¨¢n, el proceso criminal abierto en los tribunales hace dos a?os toca a su antigua c¨²pula directiva. Kenny Boy, como llamaba cari?osamente George Bush padre al ex presidente de Enron, est¨¢ acusado de 11 cargos por fraude financiero, manipulaci¨®n y estafa. En el mismo saco est¨¢n su antiguo consejero delegado, Jeffrey Skilling; el director financiero, Andrew Fastow; el responsable de la tesorer¨ªa, Ben Glisan, y el jefe contable, Richard Causey.
De la treintena de implicados, diez han sido condenados y dos ya est¨¢n entre rejas. Glisan ha sido el primero en ser encarcelado por su participaci¨®n en la trama contable, y por el mismo sendero le sigui¨® la mujer de Andrew Fastow, Lea, como asistente al responsable de la tesorer¨ªa. Pero Kenneth Lay, Jeff Skilling y Ricky Causey siguen negando la mayor. Lay dice que su ¨²nico pecado fue confiar demasiado en su "creativo" e "innovador" director financiero. Andrew Fastow se las ingeni¨® durante meses para ocultar las p¨¦rdidas que estaba sufriendo la compa?¨ªa y exagerar los beneficios.
El fraude empez¨® a gestarse cuando las cosas iban bien en bolsa, hasta que la burbuja estall¨® a finales de 2000. Fastow se las ingeni¨® para ofuscar las p¨¦rdidas y poner los n¨²meros en l¨ªnea con las expectativas de Wall Street. Es lo que ya se conoce como cultura Enron, una pr¨¢ctica que despu¨¦s siguieron otras compa?¨ªas, como la operadora de telecomunicaciones WorldCom, la cadena de supermercado holandesa Ahold o la lechera italiana Parmalat.
El final de Lay est¨¢ siendo humillante y todav¨ªa ser¨¢ peor si acaba entre rejas. Kenny reconoce ahora su responsabilidad en el colapso de la el¨¦ctrica porque no fue capaz de entender lo que estaba sucediendo en la compa?¨ªa que ¨¦l cre¨®, hizo funcionar y llev¨® a lo m¨¢s alto. Pero niega que tomara medidas o diera ¨®rdenes que permitieran a otros consumar el crimen financiero. Su estilo de vida, sus aviones privados, sus lujosos apartamentos en Houston y sus casas de monta?a en Aspen (Colorado) ya le hab¨ªan convertido en objetivo de las cr¨ªticas. Ahora, son el s¨ªmbolo de lo peor de la era que ¨¦l construy¨® con su visi¨®n.
Es precisamente este estilo de vida, la forma que ten¨ªan de hacer negocio las grandes corporaciones y las estrechas relaciones de Kenn Lay con la familia Bush lo que est¨¢ utilizando el Partido Dem¨®crata como munici¨®n electoral para atacar la gesti¨®n econ¨®mica de la Casa Blanca. Los Bush se limitan a echar balones fuera, para que no les salpique el esc¨¢ndalo en plena campa?a a la reelecci¨®n en noviembre.
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