Parmalat entabla una batalla judicial contra sus antiguos bancos y auditores
Los nuevos gestores reclaman 11.000 millones por complicidad en la quiebra del grupo italiano
Enrico Bondi, comisario-administrador de Parmalat, ha entablado una batalla judicial de consecuencias profundas en las grandes entidades financieras y en las sociedades auditoras. Bondi acusa a Union des Banques Suisses, Credit Suisse First Boston, Deutsche Bank y a los auditores de Grant Thornton y Deloitte Touche Tohmatsu de complicidad con los antiguos gestores en el fraude que condujo a la mayor suspensi¨®n de pagos de la historia europea, y exige una compensaci¨®n superior a 11.000 millones de euros. Bank of America podr¨ªa sumarse en los pr¨®ximos d¨ªas al grupo de los demandados.
Estas acciones judiciales son un elemento central del plan para salvar Parmalat y "para resarcir a los acreedores de buena fe, entre los que no figuran los grandes bancos que se aprovecharon de la sociedad y toleraron o favorecieron, en su propio provecho, las irregularidades cometidas por el anterior equipo directivo", explicaron fuentes cercanas a Bondi. El comisario de Parmalat anunci¨® la pasada semana que el 50% de los beneficios obtenidos en los pr¨®ximos 15 a?os, y el 50% de todo lo que se obtuviera en las demandas interpuestas estos d¨ªas, ser¨ªa destinado a los accionistas que apostaran por el relanzamiento del grupo alimentario italiano y participaran en las futuras ampliaciones de capital. Las demandas se han planteado de forma solidaria: si, por ejemplo, se obtuviera una sentencia favorable en la que afecta a los auditores, los bancos tendr¨ªan que cargar con parte de la indemnizaci¨®n.
Contra Deloitte
Lo m¨¢s novedoso de la estrategia de Bondi es la gigantesca reclamaci¨®n a los auditores, cuyo efecto potencial podr¨ªa ser m¨¢s devastador que el ejercido sobre la difunta Arthur Andersen por la crisis de Enron. Deloitte Touche Tohmatsu certific¨® durante a?os las cuentas de Calisto Tanzi, fundador y ex presidente de Parmalat, pese a que la existencia de un enorme endeudamiento oculto (establecido en casi 14.000 millones de euros por los nuevos gestores) era un secreto a voces en medios econ¨®micos.
Grant Thornton auditaba Parmalat Spa y otras filiales financieras establecidas en para¨ªsos fiscales, y cooper¨® en la creaci¨®n de la red de sociedades instrumentales donde se ocultaba la deuda. El pasado d¨ªa 18, ante el Tribunal de Circuito del Condado de Cook (Illinois), la nueva direcci¨®n de Parmalat plante¨® contra ambas firmas una demanda de resarcimiento por 10.000 millones de d¨®lares.
Grant Thornton aleg¨® que cualquier responsabilidad deb¨ªa circunscribirse a su filial italiana, que gozaba de "plena autonom¨ªa" y que ya fue expulsada en enero del grupo auditor internacional. La Grant Thornton italiana se convirti¨® en Italaudit, con un recorrido bastante breve desde entonces: entr¨® en liquidaci¨®n en julio y el jueves de la pasada semana la Consob (m¨¢xima autoridad burs¨¢til italiana) la suprimi¨® del registro de sociedades auditoras autorizadas. Deloitte, uno de los gigantes mundiales del sector, tiene por el momento una defensa menos definida frente a las acusaciones de Bondi.
Las demandas contra los bancos, que se ampliar¨¢n probablemente en los pr¨®ximos d¨ªas a entidades estadounidenses, no s¨®lo se dirigen a recuperar dinero de Parmalat que, seg¨²n los asesores jur¨ªdicos de Bondi, fue irregularmente percibido por esas entidades. Son, adem¨¢s, cruciales para dejar a esos mismos bancos fuera de la lista de leg¨ªtimos acreedores y fuera del futuro capital de Parmalat, para evitar que participen en el desarrollo del plan de restructuraci¨®n y viabilidad.
Parmalat reclama a Union des Banques Suisses (UBS) 290 millones de euros, m¨¢s intereses, por una operaci¨®n desarrollada en julio de 2003, cinco meses antes de que estallara la crisis. UBS respald¨® dos emisiones de bonos de Parmalat por valor de 420 millones de euros, pero hizo que, con parte de ese dinero, Parmalat adquiriera al propio banco bonos del Banco Totta & A?ores por 290 millones. A Credit Suisse First Boston (CSFB) se le reclaman 248,3 millones, porque en enero de 2002 suscribi¨® una emisi¨®n de bonos convertibles de Parmalat por 500 millones, pero exigi¨® al grupo alimentario un pago inmediato de 248,3 millones a cambio de los derechos de convertir deuda en acciones. Con Deutsche Bank, por ¨²ltimo, la exigencia es de 17 millones: el gran banco alem¨¢n retir¨®, pocos d¨ªas antes de la crisis, esa misma suma de las cuentas de Parmalat, para tapar un descubierto del grupo. Fue, como en los otros casos, una se?al de que los bancos conoc¨ªan la situaci¨®n real de Parmalat y se cubr¨ªan las espaldas para evitar las consecuencias de la inevitable suspensi¨®n de pagos.
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