Machismo en la City
Los cargos apenas sorprenden a nadie. Particularmente a las mujeres. Roces corporales, humillaci¨®n frente a los colegas, salario inferior al de los varones en posici¨®n de igual responsabilidad, despido improcedente. Pero la acci¨®n legal de la ejecutiva de 42 a?os Stephanie Villalba contra el banco Merrill Lynch, que se disputa estos d¨ªas ante el Tribunal Laboral de Croydon, al sur de Londres, es un hito aparte en el cerrado mundo de las finanzas. Podr¨ªa ser el golpe que acabe con la cultura machista de la City londinense.
Los pleitos laborales por discriminaci¨®n sexual no son novedad en el Reino Unido. Con la legislaci¨®n vigente desde 1986, crecen cada a?o hasta alcanzar los 10.000 casos en abril de 2003 y m¨¢s de 17.000 doce meses despu¨¦s. Pero hay excepcionalidades en la querella de Stephanie Villalba, licenciada de Harvard y, hasta julio de 2004, vicepresidenta primera y responsable de banca privada para Europa en el grupo financiero estadounidense Merrill Lynch. Es la primera vez que una mujer en una posici¨®n ejecutiva de tan elevado rango se enfrenta en Londres a sus antiguos jefes. El monto de su reclamaci¨®n, en torno a los 11 millones de euros, tampoco tiene precedentes en las disputas laborales del pa¨ªs.
En su ¨²ltimo a?o en Merrill Lynch, Villalba cobr¨® 825.000 euros, aunque, seg¨²n declar¨® en el juicio, tres varones de su mismo rango cobraron 1,2 millones
De ganar el caso, Villalba romper¨¢ probablemente el umbral de indemnizaciones impuestas hasta la fecha por discriminaci¨®n en funci¨®n del sexo. Actualmente lo ostenta una analista financiera, Julie Bower, a quien la entidad Schroder Securities pag¨® unos dos millones de euros hace dos a?os. Independientemente del resultado de la acci¨®n, que transcurre estos d¨ªas en Croydon, un barrio del extrarradio de Londres, dominado por torres de cemento y viviendas sociales sin el brillo de los rascacielos de la City, Villalba ha sentado ejemplo con su valor y determinaci¨®n por llegar al fondo de la verdad en torno a su despido, en julio de 2003.
Acci¨®n legal para ricas
"Este tipo de casos, con cifras tan enormes, tiende a resolverse en privado e incluso a no plantearse. Supone el fin de la carrera profesional de la demandante. Todos sabemos que la discriminaci¨®n existe y hay una posibilidad muy alta de que Stephanie nunca m¨¢s pueda volver a trabajar en la City", se?ala uno de sus abogados en la firma Lewis Silkin. Los altos costes de la acci¨®n legal, por encima de los 750.000 euros para cada parte enfrentada en este caso, retraer¨¢n la iniciativa de otras mujeres.
Un estudio de la comisi¨®n Igualdad de Oportunidades indica que, en el barrio financiero de Londres, las mujeres cobran un 43% menos que los hombres. En su ¨²ltimo a?o en Merrill Lynch, Villalba llev¨® a casa un salario global en torno a 825.000 euros, aunque, seg¨²n argument¨® en el juicio, tres varones de su mismo rango cobraron 1,2 millones de euros. Pese al desnivel salarial, su caso deja constancia de la presencia de las mujeres en puestos de m¨¢xima responsabilidad y excelente remuneraci¨®n.
Stephanie Villalba naci¨® en Estados Unidos hace 42 a?os, y se considera "mitad espa?ola, mitad americana". Licenciada por Harvard, domina cinco idiomas y procede de "una familia de Merrill Lynch". Su padre, Jer¨®nimo, trabaj¨® 40 a?os en la entidad en la divisi¨®n de banca privada. Su hermano a¨²n trabaja en las oficinas de Nueva York. Y una hermana lo hizo durante cinco a?os. Ella sigui¨® los pasos paternos "como si se tratara de una vocaci¨®n" y entr¨® en Merrill al concluir la licenciatura, en 1985. "Pronto me di cuenta de que para progresar en el banco deb¨ªa ignorar cualquier acto discriminatorio y enfocarme en obtener resultados brillantes", rememora. Subi¨® escalafones y, para 2001, la jerarqu¨ªa de Merrill la consideraba "una m¨¢s de un pu?ado de empleados excepcionales". La ¨²ltima promoci¨®n, un a?o despu¨¦s, se torn¨® agria.
Ante el tribunal, Villalba denunci¨® al banco por "sexismo institucional" y aleg¨® que su jefe inmediato en Londres, Ausaf Abbas, la "intimid¨® y denigr¨®" desde el primer d¨ªa de trabajo conjunto. "Ten¨ªa dificultad para aceptar o respetar a una mujer en una posici¨®n tan alta", sostuvo su abogada. Entre los abusos sufridos, la demandante record¨® un vuelo en un avi¨®n privado en el que Abbas le exigi¨® que sirviera bebidas al resto de los ejecutivos.
Merrill se juega su prestigio en Croydon y asume el caso como un pulso personal contra la firma y, en particular, contra Abbas, "un gestor muy respetado que lleva 20 a?os con nosotros con un actuaci¨®n excepcional". Ataca el estilo y dotes de mando de Villalba, su limitada disponibilidad por motivos familiares, su negativa a viajar a Espa?a, entre otros pa¨ªses, y justifica el despido en el fracaso de su gesti¨®n al frente de la divisi¨®n de banca privada. "Encomendamos a Stephanie un departamento clave dentro de la firma y no triunf¨®. Su divisi¨®n estaba perdiendo un mill¨®n de d¨®lares a la semana", alega uno de sus superiores, Raymundo Yu.
El banco presentar¨¢ un total de 22 testigos para incidir en su argumento de que el despido de la joven ejecutiva "nada tiene que ver con el sexo". Como aval cuenta con Kimberly Palmer, la mujer que sustituy¨® a Villalba, y, entre otros, con Juan Carlos Crespo, de la oficina de Merrill en Espa?a, con cuya declaraci¨®n, prevista en un par de semanas, concluir¨¢ la vista oral.
Residencia en Belgravia
Casada con un banquero italiano, Alessandro Ciravegna, y madre de tres hijos en edad escolar, Villalba podr¨ªa haber aceptado la oferta de "relegaci¨®n" propuesta por sus superiores y dedicar al banco otros "quince a?os" de "sacrificios familiares". El matrimonio vive en una casa de Belgravia, uno de los barrios m¨¢s lujosos de Londres, en un edificio valorado por encima de los seis millones de euros. Pero plant¨® cara a Merrill Lynch. Con su melena rubia, temple sereno y sonriendo con frecuencia, acude al tribunal de Croydon a escuchar las declaraciones, muchas de tono vejatorio, de sus antiguos compa?eros. Su coraje puede servir de ejemplo a otras mujeres y ayudar a alterar actitudes y comportamientos en el universo mayoritariamente masculino de la City de Londres.
![Stephanie Villalba, en la puerta del tribunal de Croydon, Londres, que juzga su caso.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/MPXL3TT7OCF52XH6RQJ2NTN7NQ.jpg?auth=724e01055c8c8d0cfaa71d060ec2830819dce1770512e428e99370f3e98cef17&width=414)
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