Clos pasar¨¢ una semana en todos los distritos para conocer sus problemas

"Pasar¨¦ unos cuantos d¨ªas en cada uno de los distritos de Barcelona para aplicar las pol¨ªticas que nos hemos marcado en ense?anza, vivienda, inmigraci¨®n... No se puede hacer todo desde la plaza de Sant Jaume". El alcalde de Barcelona, Joan Clos, satisfizo ayer a sus compa?eros de partido, en el octavo congreso de la federaci¨®n de Barcelona, al anunciar su intenci¨®n de salir m¨¢s de la Casa Gran y tener m¨¢s contacto con los problemas reales. ?sa ha sido una cr¨ªtica soterrada de dirigentes territoriales y de algunos regidores hacia Clos, al que le recriminaban que se distanciara de la realidad.

Si el actual presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, decidi¨® convivir con ciudadanos de Barcelona en sus domicilios cuando era alcalde, Clos ha optado por descentralizarse.

El discurso de Clos ante sus compa?eros de partido no ten¨ªa nada que ver con el tono ni con el contenido de las intervenciones que viene realizando en los ¨²ltimos a?os, y de forma m¨¢s acusada desde un a?o, antes de que arrancara el F¨®rum. Es m¨¢s, ayer ni lo nombr¨®. Toda una novedad.

La decisi¨®n de pasar unos d¨ªas -una semana- en cada uno de los distritos para afrontar sobre el territorio la ejecuci¨®n de la pol¨ªtica y conocer de cerca los problemas era dif¨ªcil de imaginar en el alcalde de los ¨²ltimos tiempos. ?Autocr¨ªtica?, ?reconocimiento de que hab¨ªa iniciado una pendiente descendente entre la poblaci¨®n y los compa?eros de partido? "Sabemos escuchar las cr¨ªticas y hay que hacer autocr¨ªtica", dijo. No concret¨® m¨¢s.

Antes de que empezara el congreso, entre pasillos, destacados miembros de la federaci¨®n barcelonesa del PSC quitaban hierro al malestar que ha provocado el talante de Clos en los ¨²ltimos tiempos, en los que se hab¨ªa encerrado m¨¢s en el n¨²cleo de su confianza: apenas cuatro o cinco concejales del consistorio. Algunos comentaban que con las duras cr¨ªticas de CiU y el PP a Clos tras la clausura del F¨®rum, la reacci¨®n del partido ha sido arropar al alcalde. Tal vez a esa reacci¨®n obedeci¨® el largo aplauso que le brindaron sus compa?eros tras su intervenci¨®n.

"Vivimos las mejores condiciones de la historia del PSC y ahora no podemos defraudar, no tenemos excusa", afirm¨® para destacar la importancia de que las tres administraciones -la central, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona-sean del mismo color.

"Hoy convivimos con viejos problemas y otros nuevos que requieren respuestas pol¨ªticas", insisti¨®. Clos enumer¨® los problemas de la ciudad; entre ellos, m¨¢s pobreza y una aut¨¦ntica congesti¨®n de tr¨¢fico ("estamos cerca del colapso de circulaci¨®n", se?al¨®), y eso requiere una inversi¨®n constante y creciente en transporte p¨²blico. El mismo panorama dibuj¨® para atender a las necesidades de vivienda de protecci¨®n. "Tenemos que rehacer nuestras pol¨ªticas y coordinarlas entre las tres administraciones", dijo.

La inmigraci¨®n y la seguridad fueron otras de las cuestiones desgranadas en su intervenci¨®n: "La inmigraci¨®n provoca crecimiento y prosperidad, pero tambi¨¦n lleva asociadas realidades sociales complejas y delicadas que hay que afrontar". Aunque huy¨® del discurso autocomplaciente, insisti¨® en que algunos de los problemas actuales de la ciudad son consecuencia de su ¨¦xito -"tenemos algo m¨¢s de un mill¨®n de empleos"-, y no ahorr¨® cr¨ªticas a CiU y PP por su actitud "antibarcelonesa" y de "desconfianza hacia la ciudad."

Tambi¨¦n defendi¨® que hasta ahora Barcelona se haya marcado grandes proyectos, "as¨ª ha mejorado la calidad de vida de muchos ciudadanos", afirm¨®; pero esos tiempos han pasado, vino a decir. "Y ahora, m¨¢s que nunca, hay que estar en contacto con la ciudad. Yo me comprometo a hacerlo", insisti¨®. En su opini¨®n, ese acercamiento ayudar¨¢ a superar el "escepticismo justificado" de la poblaci¨®n hacia las instituciones.