El peligro tambi¨¦n est¨¢ en casa
La extensi¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas aumenta el uso inadecuado de ellas por parte de los trabajadores
Las nuevas tecnolog¨ªas se han extendido en los ¨²ltimos a?os hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de la empresa. Tanto que cada vez son m¨¢s los trabajadores que hacen un uso inadecuado de ellas, en algunos casos perjudicial para la compa?¨ªa, seg¨²n un informe de PricewaterhouseCoopers. Las empresas prefieren que estas situaciones no salgan a la luz y est¨¢n dispuestas casi siempre a llegar a un acuerdo.
El n¨²mero de incidentes ha pasado de los 93 registrados en 2001 a 177 el a?o pasado, seg¨²n un estudio de los abogados de PwC
Las nuevas tecnolog¨ªas han cambiado para siempre la forma de trabajar. Pero tambi¨¦n han hecho m¨¢s vulnerables a las empresas, que se enfrentan a algunos peligros que hasta hace pocos a?os eran inimaginables. El m¨¢s llamativo es el de los piratas inform¨¢ticos que ponen a prueba la seguridad de sus sistemas de seguridad. El peligro, sin embargo, no siempre est¨¢ fuera. Los empleados, en ocasiones sin saberlo, pueden causar perjuicios a la organizaci¨®n haciendo algo tan cotidiano como navegar por Internet o enviar un correo electr¨®nico.
Un caso obvio es el de la recepcionista que pasaba el 40% de su jornada enganchada al messenger, un programa de mensajer¨ªa electr¨®nica instant¨¢nea. Este supuesto no es, sin embargo, el m¨¢s frecuente, seg¨²n el estudio Actos desleales de los trabajadores usando sistemas inform¨¢ticos e Internet publicado esta semana por Landwell, el brazo legal de la auditora PricewaterhouseCoopers. Seg¨²n esta investigaci¨®n, que se basa en 393 casos ocurridos entre 2001 y 2003, la infracci¨®n m¨¢s com¨²n tiene que ver con la utilizaci¨®n de infraestructuras tecnol¨®gicas de la empresa para intercambiar pel¨ªculas, m¨²sica o programas inform¨¢ticos a trav¨¦s de la Red. Un 31% de los incidentes detectados son de este tipo.
En otro 22% de los casos, los empleados utilizan activos de la organizaci¨®n para un negocio paralelo -por ejemplo, informaci¨®n sobre clientes y proveedores-, mientras que un 21% corresponde a mensajes con amenazas, injurias y calumnias que se env¨ªan a trav¨¦s del correo electr¨®nico.
Aunque la situaci¨®n no es alarmante, lo que s¨ª se advierte en esta investigaci¨®n es un crecimiento sostenido de este tipo de incidentes en los ¨²ltimos tres a?os, desde los 93 casos registrados en 2001 hasta los 177 del a?o pasado. Los autores de la investigaci¨®n dan dos explicaciones b¨¢sicas a este crecimiento: "la mayor informatizaci¨®n de las compa?¨ªas y la extensi¨®n del acceso" a un mayor n¨²mero de trabajadores a estas herramientas, explica Javier Ribas, socio responsable de Derecho de las Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n de PricewaterhouseCoopers.
Tapar el incidente
Si los abusos responden a situaciones muy variadas, las empresas suelen responder a ellos casi siempre de la misma manera: tapando el incidente. En el 87% de los casos no se divulga la infracci¨®n; en el 78% la investigaci¨®n sobre el asunto es de car¨¢cter interno, y en otro 74% la empresa prefiere llegar a un acuerdo antes que llevar el caso a los tribunales. "La mayor¨ªa de las empresas se conforma con pactar el despido y es muy raro que pidan una reclamaci¨®n", asegura Ribas. Cuando deciden hacerlo p¨²blico es para que tenga un efecto disuasorio, y s¨®lo acuden a los tribunales cuando el da?o es importante o hay un seguro de por medio.
Esta actitud tiene que ver con el miedo que tienen muchas empresas a que la publicidad de este tipo de incidentes cuestione todos sus sistemas de seguridad, asegura la abogada Paloma Llaneza, especializada en telecomunicaciones y nuevas tecnolog¨ªas.
Los da?os causados tampoco suelen ser significativos, pues en un 81% de los casos los perjuicios estimados no llegan a los 60.000 euros. Y eso que en m¨¢s de la mitad de los casos analizados (55%) el motivo que explica la actuaci¨®n del empleado es ganar dinero, por delante de los conflictos laborales con la empresa, por ejemplo, un despido injusto (41%).
Otro problemas es que "los trabajadores a veces no son conscientes" de estar cometiendo una infracci¨®n cuando utilizan las nuevas tecnolog¨ªas. Por ejemplo, un empleado puede enviar a un amigo la felicitaci¨®n de Navidad enviada por su empresa a trav¨¦s del correo electr¨®nico con todas las direcciones de la plantilla. Esto supondr¨ªa una vulneraci¨®n de la legislaci¨®n sobre protecci¨®n de datos. "En muchas ocasiones no se trata tanto de deslealtad como de falta de pericia", subraya Llaneza.
Por eso la formaci¨®n y sensibilizaci¨®n de los trabajadores es un aspecto b¨¢sico "para evitar algunas de estas infracciones", concluye Ribas. La existencia de unas normas claras de utilizaci¨®n de estas herramientas, conocidas por toda la plantilla, evitar¨¢ que algunos de estos casos no lleguen a producirse.
La empresa se pone a prueba
?Est¨¢n los empleados abusando de los sistemas de la empresa? Seg¨²n los expertos de Landwell basta con contestar un cuestionario de 72 preguntas para analizar la situaci¨®n en 14 ¨¢reas sensibles de la organizaci¨®n, desde el uso del correo electr¨®nico o Internet hasta c¨®mo funcionan los sistemas de protecci¨®n de datos.
El cuestionario es sencillo y tiene como fin que la compa?¨ªa valore si cuenta con los medios necesarios para detectar estos casos. Bastan como ejemplo alguna de sus preguntas: ?dispone de normas de uso del correo electr¨®nico? ?Existen medidas t¨¦cnicas para impedir el uso de programas de mensajer¨ªa instant¨¢nea? o ?accede la empresa a datos de la salud de sus trabajadores?
El estudio incluye tambi¨¦n algunas recomendaciones. La primera es definir la pol¨ªtica de la firma sobre seguridad inform¨¢tica. Es conveniente que existan normas internas conocidas por trabajadores, pues algunos abusos se producen por desconocimiento. Otra cuesti¨®n clave es la prevenci¨®n, que implica formar a la plantilla. Por ¨²ltimo, es necesario que la empresa se someta a controles peri¨®dicos para evaluar la efectividad de las medidas puestas en marcha.
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