Aznar emplaza a Rajoy a una oposici¨®n sin cuartel y a olvidar tentaciones autocr¨ªticas
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar emplaz¨® ayer a su sucesor al frente de la presidencia del Partido Popular, Mariano Rajoy, a que realice una oposici¨®n sin cuartel a los socialistas y a que se niegue a reconocer errores ni en pol¨ªtica exterior (no habl¨® de la guerra de Irak, pero s¨ª de haber hecho "lo correcto" en sus relaciones con Estados Unidos) ni en ning¨²n otro aspecto de la etapa anterior. En su discurso de despedida ante el decimoquinto congreso del PP, Aznar no admiti¨® la menor equivocaci¨®n en relaci¨®n con el 11-M sino que, por el contrario, afirm¨® que "fueron otros los que mintieron, enga?aron, manipularon y forzaron la voluntad popular". "Los que tenemos la raz¨®n somos nosotros", insisti¨®.
El ex presidente del PP reivindica su apoyo a EE UU en el conflicto de Irak y advierte a su sucesor contra un cambio de convicciones
Rajoy hace un llamamiento a los militantes para "no perder el contacto con la realidad" y endurece su mensaje contra los socialistas
Aznar advirti¨® con rudeza a su sucesor: "El d¨ªa que sintamos verg¨¹enza de haber gobernado estaremos incapacitados para volver a gobernar". El ex presidente recuper¨® su lenguaje m¨¢s agresivo para decir, incluso, que el PP "nunca ha usado cal viva para encubrir ning¨²n asesinato".
La dureza del discurso de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar hizo que el acto de clausura del congreso tuviera un tono casi dram¨¢tico, muy poco cercano a la idea de optimismo y nueva etapa que quer¨ªa transmitir el equipo de Rajoy.
Se supon¨ªa que se trataba de un discurso de despedida, pero Aznar logr¨® transmitir la impresi¨®n de que si bien no piensa volver a la pol¨ªtica activa, s¨ª est¨¢ dispuesto a mantener una actitud vigilante para impedir cualquier cambio "de convicciones" y, sobre todo, cualquier tentaci¨®n autocr¨ªtica.
Pese a todo, la respuesta de Mariano Rajoy tuvo un tono mucho m¨¢s matizado. Calific¨®, de pasada, la intervenci¨®n de Aznar como "muy emotiva" y anunci¨® una oposici¨®n sin resquicios al Gobierno socialista, a cuyo presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ridiculiz¨® constantemente, como un defensor poco serio de la pol¨ªtica del buen rollito. Pero, al mismo tiempo, ofreci¨® un pacto para llegar a un nuevo consenso en pol¨ªtica exterior y anunci¨® que el PP aceptar¨¢ la incorporaci¨®n de otras fuerzas pol¨ªticas al pacto antiterrorista, siempre que no se desvirt¨²e.
Sobre todo, Rajoy hizo repetidos llamamientos a la militancia popular a "no perder el contacto con la realidad" e intent¨® construir un discurso cara al futuro. Incluso incorpor¨® a ¨²ltima hora dos folios no previstos, para aludir a las nuevas tecnolog¨ªas y avances cient¨ªficos, y para hacer un renovado llamamiento a los j¨®venes, cara a los procesos de globalizaci¨®n y a la solidaridad internacional. En relaci¨®n con el 14-M, el nuevo presidente del PP eludi¨®, como todo el congreso, cualquier referencia a la guerra de Irak, pero tambi¨¦n esquiv¨® el lenguaje utilizado por Aznar: "El 14 de marzo pas¨® lo que pas¨®. Todos sabemos lo que pas¨® y por qu¨¦ pas¨®. Pero eso ya es el pasado", dijo Rajoy cr¨ªpticamente.
El discurso del nuevo presidente, algo deslucido por una falta de organizaci¨®n que hizo que empezara a hablar a las 14 horas, cuando ya muchos compromisarios e invitados estaban obligados a abandonar el ferial para no perder sus vuelos o trenes, reflej¨® las l¨ªneas "de fuerza" del mensaje que la nueva direcci¨®n del PP quiere difundir en los pr¨®ximos meses.: "Estamos preparados para gobernar y podemos corresponder a esa confianza tan pronto como nos reclamen" o "tan pronto como se tuerzan las cosas"; "el PSOE pretende destruir todo lo construido por el PP", "los espa?oles est¨¢n alarmados", "¨¦ste es el presidente de las perogrulladas", "no se puede revisar la idea de Espa?a cada 25 a?os".
La idea, anunci¨® Rajoy, es echar el aliento en la espalda de los socialistas, exigi¨¦ndoles resultados inmediatos en cuanto a la mejora del empleo, la riqueza y el bienestar y exigirle tambi¨¦n continuamente al presidente del Gobierno que se pronuncie sobre todo lo que afecte a la pol¨ªtica auton¨®mica o la reforma constitucional.
La jornada de ayer transmiti¨® la sensaci¨®n de que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar sigue siendo un l¨ªder natural del PP y que conecta mejor, desde un punto de vista emocional, con ?ngel Acebes (que sigue siendo un hombre fuerte del PP y a quien Aznar ofreci¨® sus mejores muestras de afecto) que con Mariano Rajoy.
El nuevo presidente del PP tiene una dif¨ªcil tarea por delante porque tendr¨¢ no solo que liderar la oposici¨®n al Gobierno socialista sino tambi¨¦n acostumbrar a su partido a su propio lenguaje, muy alejado del de su antecesor, y a sus propias maneras. Rajoy tendr¨¢ que "gobernar" al PP de forma muy distinta a la que ha estado acostumbrado en los ¨²ltimos a?os y precisar¨¢, probablemente, para ello de alianzas m¨¢s expl¨ªcitas con los poderes territoriales del PP "en plaza", capaces de combinar con el sector que puede representar el propio Acebes.
El decimoquinto congreso ha dejado la impresi¨®n de que Rajoy cuenta en la actualidad con esas alianzas y apoyos y de que dispone del tiempo necesario para consolidar su control y producir esa adecuaci¨®n del partido a los nuevos tiempos y a su nuevo dirigente.
Pero tambi¨¦n parece claro que se le exige una oposici¨®n sin cuartel y que su legitimaci¨®n definitiva llegar¨¢ de su mayor o menor ¨¦xito en esa funci¨®n.
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