Hay que elegir
Risa joven de gracias viejas. Por un lado, la peque?a comedia de Calder¨®n, tantas veces representada como olvidada; por otro, chicos y chicas j¨®venes, con vestimenta de hoy, enred¨¢ndose en lo imposible, diciendo a su manera -a la nuestra-, uni¨¦ndose y desuni¨¦ndose. Si hay que elegir, elijo -con el p¨²blico- la manera de representar, de disparatar en escena, de este Calder¨®n, tan escaso cuando escrib¨ªa para ganarse los cuartos, y se los ganaba bien. Si hubiera llegado al tiempo de la televisi¨®n, sus series ser¨ªan muy bien pagadas. Y, ya se sabe, el corral de comedias era lo que es la televisi¨®n en nuestro tiempo.
En ¨¦poca no muy lejana a este g¨¦nero se le llamaba "disparate c¨®mico": consist¨ªa en que el p¨²blico aceptaba de antemano que lo que iba a ver no ven¨ªa de la vida diaria, sino de un ingenio absurdo del autor. En este disparate de enamorados y enamoradas la p¨ªcara gracia es que uno de los pretendientes se hace pasar por astr¨®logo para estar cerca de la chica, y adelanta cosas y descubre tramas que ¨¦l sabe, pero los dem¨¢s no (el p¨²blico, s¨ª: la risa est¨¢ en este g¨¦nero en el que los personajes no saben lo que pasa, el espectador s¨ª, y les da risa de su asombro y de su ingenuidad). Es una comedia urbana, hecha para Madrid, muy aludido, con la idea de que esta corte es enredosa, liante; nadie conoce al embozado -g¨¦nero de capa y espada- ni nadie a la tapada. Con trajes del d¨ªa apenas hay equ¨ªvoco, claro. Es tambi¨¦n de estas comedias en las que el defensor feroz del honor que fue Calder¨®n deja que las muchachas tengan siempre entreabierta la puerta de su alcoba, aunque al final se recuerda por una vez o dos la palabra "honor" para justificar el fin de casamientos.
El astr¨®logo fingido
De Pedro Calder¨®n de la Barca, versi¨®n de Miguel del Arco y Gabriel Garbisu. Int¨¦rpretes: Nicol¨¢s Vega, Eduardo Navarro, Lino Ferreira, Gabriel Moreno, Javier Rom¨¢n, Carlos Ibarra, Oren Moreno, Miriam Montilla, Patricia Luna, Sergio de Frutos. Escenograf¨ªa: Carlos Verdasco. Vestuario: Almudena Rodr¨ªguez y Jos¨¦ Luis Pati?o. Direcci¨®n: Gabriel Garbisu. Teatro de la Abad¨ªa.
Como no cuadra el verso y lo que en ¨¦l se dice con el movimiento (ni siquiera con lo que intent¨® Calder¨®n al escribirlo: se dividen los versos por donde no se debe) hay que elegir, y se eligen los saltos, grititos, sustos y escapatorias que el director ha puesto en escena. Los actores lo hacen bien dentro de este g¨¦nero. M¨¢s, claro, las mujeres, dadas al aspaviento en los vodeviles: Miriam Montilla es un ejemplo, con Oren Moreno. Se aplaude a todos, todos hacen sus salidas a recibir los aplausos y la noche queda bastante mejor de lo esperado.
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