"Somos los que tenemos m¨¢s quejas pero menos recursos de todo el Estado"
En sus 23 a?os como diputado en el Parlament (de 1980 a 2003, con un par¨¦ntesis de dos a?os, cuando fue diputado a Cortes), Rafael Rib¨® ejerci¨® un implacable control sobre los sucesivos gobiernos de CiU. El ex l¨ªder del PSUC y de IC, apartado de la pol¨ªtica activa desde su nombramiento como s¨ªndic de Greuges, el pasado mes de junio, sigue fiel a su estilo incisivo en su nuevo cargo. Durante su toma de posesi¨®n, Rib¨® advirti¨® de que quiere ser un s¨ªndic "temido" por las administraciones.
Pregunta. ?Cree que su antecesor, Anton Ca?ellas, no fue lo suficientemente duro ante los incumplimientos de las administraciones?
Respuesta. Yo a?ad¨ª algo m¨¢s a la frase de que quer¨ªa ser un s¨ªndic temido. Dije que quer¨ªa que desde esta instituci¨®n se contribuyera a solucionar los problemas de la gente y, por tanto, tendr¨ªamos que contar con la colaboraci¨®n de la Administraci¨®n para mejorar el trato de ¨¦sta hacia la gente. Y agregu¨¦ que en el caso de que ¨¦sta no colaborara, har¨ªa lo que me toca hacer: tirarle de la oreja. Lo dije en la l¨ªnea de presentarme en mi estilo. Cada s¨ªndic ha tenido el suyo y a m¨ª me toca en esta nueva etapa aproximarme a los ombudsman de los pa¨ªses m¨¢s avanzados del mundo, darle mayor estilo incisivo y poner en la picota a quienes no quieran colaborar.
"Cr¨ªmenes como los de L'Hospitalet no deber¨ªan frenar los permisos penitencios"
"Quiero explorar la vulneraci¨®n de derechos ciudadanos por parte de empresas privadas"
P. ?Son muchos los que no colaboran con el s¨ªndic?
R. En el poco tiempo que llevo en el cargo me he llevado una sorpresa al observar que el principal problema no est¨¢ en el incumplimiento de las administraciones, sino en unas administraciones que a veces no dan la informaci¨®n necesaria para poder solucionar los problemas. El principal moroso que tengo, es decir, el administrador m¨¢s criticable, no es el que no cumple lo que sugiere el s¨ªndic, sino el que no le env¨ªa la informaci¨®n necesaria. Hay un h¨¢bito de considerar demasiado al ciudadano como una persona que recibe servicios, pero sin ver en ella a un interlocutor o a alguien a quien hay que tener la m¨¢xima consideraci¨®n.
P. Se ha quejado usted de que el s¨ªndic es todav¨ªa una figura excesivamente desconocida por la ciudadan¨ªa. ?Qu¨¦ cree que ha fallado estos a?os?
R. Los a?os de funcionamiento del S¨ªndic, 20, no son tantos. Todav¨ªa no se ha creado una cultura de la queja. Siempre hablamos de la figura m¨ªtica del ombudsman de Suecia, pero es que lleva 200 funcionando. Adem¨¢s, no ha habido aqu¨ª suficientes instrumentos para difundir la figura del s¨ªndic. ?Qu¨¦ pienso hacer? Pues poner a la instituci¨®n m¨¢s al alcance de la gente, con medidas que van desde abrir m¨¢s canales de acceso al S¨ªndic hasta aut¨¦nticas campa?as publicitarias.
P. Ha pedido usted m¨¢s medios econ¨®micos, m¨¢s personal y una nueva sede. No es poco.
R. Con las estad¨ªsticas en la mano, el s¨ªndic de Greuges es el defensor auton¨®mico peor dotado de recursos del Estado y , en cambio, es el que recibe m¨¢s quejas. Esto indica que lo que tambi¨¦n ha fallado aqu¨ª es la falta de medios. A medida que ampliemos el campo de los derechos sobre los que queremos entrar, como el de las administraciones p¨²blicas nutridas por compa?¨ªas privadas, ampliaremos el n¨²mero de clientes y har¨¢ falta m¨¢s medios.
P. ?Se refiere a las empresas privadas concertadas?
R. Como est¨¢n haciendo otros defensores de democracias m¨¢s maduras, yo me he propuesto explorar tambi¨¦n el terreno de los atentados a los derechos de los ciudadanos cometidos por entidades privadas concesionarias de servicios p¨²blicos, en el ¨¢mbito de la energ¨ªa, los tel¨¦fonos y los servicios sociales o sanitarios.
P. Una de sus primeras actuaciones sobre el terreno ha sido una visita a la prisi¨®n de Quatre Camins. ?Qu¨¦ aportar¨¢ usted a los informes que ya hizo su antecesor sobre pol¨ªtica penitenciaria?
R. Me gustar¨ªa que el s¨ªndic pudiera hablar con fuerza del sistema penitenciario cuando hayamos terminado el programa semanal que tenemos de visitas a todos los centros de Catalu?a. Los conozco porque los visit¨¦ como parlamentario, pero es diferente visitarlos ahora como s¨ªndic. Puedo avanzar que hay unas caracter¨ªsticas que no ser¨¢n el esqueleto central del informe que elaboraremos, porque ya son muy conocidas: hacinamiento, una legislaci¨®n que ha creado aut¨¦nticas bolsas de pseudocadenas perpetuas, sin redenci¨®n posible de pena, y falta de infraestructuras m¨¢s humanas y de pol¨ªticas y de reeducaci¨®n y reinserci¨®n. En febrero, espero presentar un informe con la voluntad de a?adir argumentos de autoridad a un problema al que la sociedad da la espalda: por ejemplo, puede haber en un centro penitenciario largas colas de reclusos que quieren trabajar y que no pueden hacerlo porque el centro no est¨¢ suficiente habilitado con talleres o porque no hay empresas en el mercado laboral que se fien del trabajo hecho en la c¨¢rcel. Y aqu¨ª pedir¨¦ una corresponsabilidad de todos.
P. ?Y qu¨¦ dir¨¢ sobre el tema de los permisos penitenciarios, un tema de actualidad tras los cr¨ªmenes de L'Hospitalet?
R. La historia de L'Hospitalet no deber¨ªa obstaculizar la pol¨ªtica de permisos penitenciarios, sino fortalecer las pol¨ªticas de reinserci¨®n y reeducaci¨®n.
P. Otra de las actuaciones de oficio que ya ha emprendido es sobre sanidad. ?En qu¨¦ sentido est¨¢ trabajando?
P. En el de recomendar la universalizaci¨®n del sistema sanitario, como manda la Constituci¨®n. Es absurdo que hoy una persona empadronada en Catalu?a tenga acceso libre a la sanidad y en cambio a los que llevan toda la vida viviendo en Catalu?a, pero no han pagado la Seguridad Social, se les niega este derecho. Trabajaremos para una mejora de la sanidad p¨²blica, y pondremos ¨¦nfasis en las condiciones en las que trabajan sus profesionales, una cuesti¨®n que se hab¨ªa olvidado hasta ahora.
P. Ha anunciado m¨¢s informes monogr¨¢ficos. ?Qu¨¦ har¨¢ para que se traduzcan en acciones concretas en favor de los derechos de los ciudadanos?
R. Me gustar¨ªa que el Parlament se hiciera m¨¢s corresponsable de la tarea de garantizar los derechos. Hasta ahora, el Parlament escuchaba una vez al a?o al s¨ªndic, que le¨ªa un informe extens¨ªsimo sin que normalmente se sacara ninguna conclusi¨®n legislativa, ejecutiva ni administrativa. Yo pedir¨¦ m¨¢s comparecencias en el Parlament para hacer propuestas normativas y la posibilidad de emitir informes sobre los proyectos y proposiciones de ley en materias de mi competencia.
P. ?C¨®mo se siente al haber dejado la pol¨ªtica activa despu¨¦s de tantos a?os?
R. En 2000 di un paso muy convencido: cumpl¨ª mi promesa de dejar la direcci¨®n de Iniciativa. Intent¨¦, y consegu¨ª, distanciarme de aquella tentaci¨®n de dejarlo y no dejarlo. Ya con la perspectiva de reincorporarme de lleno a la vida universitaria me propusieron para este cargo, lo que fue para m¨ª un gran honor.
P. Algunos de los nombramientos que ha hecho de sus colaboradores tienen un claro perfil pol¨ªtico. ?Es el peaje que ha pagado para ocupar el cargo?
R. Cuando me nombraron avis¨¦ de que nadie se confundiera, que no iba a ocupar el cargo para jubilarme sino a activar la instituci¨®n y que no iba a admitir ning¨²n tipo de presi¨®n partidista. Es cierto que algunos empezaron a sugerirme nombres para colocar como cuotas de partido en la instituci¨®n, pero puedo decir con la cabeza bien alta que en todos los nombramientos he dado prioridad al perfil t¨¦cnico y las capacidades del candidato. Si hubiera tenido servidumbres no habr¨ªa nombrado a un hombre destacado del ¨²nico grupo que no me vot¨® como s¨ªndic [Ignasi Garc¨ªa Clavel, director de Servicios Penitenciarios con CiU].
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