El hombre que est¨¢ a la orden
Es un diccionario de an¨¦cdotas ajenas", dice su amigo el novelista Daniel Samper. Pero quiz¨¢ ¨¦stas ayuden a dar un perfil del car¨¢cter de Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, director de cine, acaso el hombre con menos ego del universo al que pertenece.
En cierta ocasi¨®n, el escritor Bernardo S¨¢nchez le envi¨® un manuscrito suyo, la versi¨®n teatral de El verdugo, aquella pel¨ªcula que escribi¨® Rafael Azcona y dirigi¨® Luis Garc¨ªa Berlanga. Garc¨ªa S¨¢nchez ley¨® el gui¨®n y se lo envi¨® de inmediato al actor Juan Echanove. ?ste pens¨® que aquel gui¨®n era "lo mejor que hab¨ªa escrito Azcona", hasta que supo de la procedencia; el autor no hab¨ªa pedido la mediaci¨®n, ni Garc¨ªa S¨¢nchez pidi¨® nada por ella. La obra la dirigi¨® luego otro director, Luis Olmos, y termin¨® siendo un gran ¨¦xito de Echanove. Ser¨ªa raro encontrar a Garc¨ªa S¨¢nchez cont¨¢ndolo.
Mientras rodaba, con gui¨®n de Azcona, Por tierras de Espa?a... y Portugal (1995) falleci¨® su padre; nadie lo supo en el escenario de la pel¨ªcula, y ¨¦l volvi¨® al d¨ªa siguiente al set. Se encontr¨® con Juan Luis Galiardo, el actor, en cuya biograf¨ªa figura como muy determinante el hecho de la orfandad. As¨ª le dijo la noticia:
-Bueno, Juan Luis, ya tenemos algo en com¨²n, los dos somos hu¨¦rfanos.
Ahora acaba de estrenar Mar¨ªa querida, sobre la figura de Mar¨ªa Zambrano, tambi¨¦n con gui¨®n de Azcona. ?Y esta relaci¨®n tan estrecha? Han coincidido en una se?a de identidad: la falta de solemnidad, el retraimiento. A Azcona le hab¨ªa gustado El love feroz (que Garc¨ªa S¨¢nchez estren¨® en 1973) y lo quiso conocer, y fue amistad a primera vista. Han hecho luego muchas pel¨ªculas juntos, y tambi¨¦n trabajan para divertirse; se re¨²nen casi cada d¨ªa cerca de la casa de Azcona, toman un vaso de vino, hablan como dos virtuosos de la iron¨ªa y luego se despiden para seguir rumiando situaciones. Como hubo una ¨¦poca en que Azcona no sal¨ªa de casa, le pidi¨® a Garc¨ªa S¨¢nchez que le suplantara en la recepci¨®n de un premio Goya. Garc¨ªa S¨¢nchez fue, apareci¨® por la televisi¨®n y la hermana de Azcona telefone¨® desde Logro?o: "Rafael, qu¨¦ cambiado est¨¢s".
Un pozo de an¨¦cdotas. ?l iba con Manuel Vicent a ver al nonagenario guionista de Bu?uel Julio Alejandro cuando ¨¦ste les contaba, debilitado, que se le hab¨ªa aparecido un ni?o a quien quiso regalarle un caparaz¨®n de tortuga o el resto de cualquier animal preciado; el ni?o le reproch¨® por qu¨¦ hab¨ªa matado al animal, por qu¨¦ no se mor¨ªa ¨¦l, que ya era tan viejo; y mientras les contaba esta historia Julio Alejandro comenz¨® a expirar ante sus dos visitantes...
Colecciona, informatizadas, m¨¢s de trescientas zarzuelas, algunas tan raras que no se han visto nunca, y disfruta de una memoria que hace que esas an¨¦cdotas y al menos 1.500 pueda repetirlas exactamente como se vivieron. Tiene otro valor: al carecer de ego, est¨¢ rodeado siempre de todos sus amigos, y es muy dif¨ªcil hallar a alguien que no le quiera. Cuando Fernando Fern¨¢n-G¨®mez enferm¨® mientras dirig¨ªa Lazarillo de Tormes, ¨¦l asumi¨® la batuta, y dar¨ªa la impresi¨®n de que jam¨¢s perder¨ªa ni un anillo por hacer lo propio para cualquier otro ilustre, veterano o joven cineasta que se lo pidiera.
Cuando le llamas responde: "Siempre a la orden". Y no es s¨®lo una frase de saludo, es su disposici¨®n vital, su manera de ser. Los amigos que han muerto recientemente -y ya han sido m¨¢s de dos y de tres- han tenido siempre su visita, delicada y llena de humor. Como debe temer la muerte como el rayo, les aliviaba los momentos de dolor con su capacidad para decir chistes o para generarlos. Dice su amigo Galiardo que Garc¨ªa S¨¢nchez huye del ¨¦xito porque lo considera un factor de histeria colectiva, y presume de lo contrario: ¨²ltimamente alardeaba de ser el director de cine menos visto de Espa?a, pues su pel¨ªcula Frankie Banderas (2004) s¨®lo estuvo dos d¨ªas en cartel. Es de Salamanca, de 1941, y se le nota que es de Salamanca.
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