Los 250 latidos de la democracia
Los ayuntamientos reclaman una mayor autonom¨ªa del poder local al cumplir sus bodas de plata
El 3 de abril de 1979 se celebraron las primeras elecciones municipales de la democracia en Espa?a, despu¨¦s de cuatro d¨¦cadas de dictadura. A mediados de ese mismo mes, al amparo de la Constituci¨®n promulgada un a?o antes, el nuevo r¨¦gimen alumbr¨® las primeras corporaciones locales democr¨¢ticas, un acontecimiento hist¨®rico que supuso el inicio de un proceso de profunda transformaci¨®n pol¨ªtica, social y econ¨®mica en todo el pa¨ªs. Los peri¨®dicos del Pa¨ªs Vasco de la ¨¦poca reservaban los titulares m¨¢s destacados para las constantes movilizaciones callejeras contra la construcci¨®n de la planta nuclear de Lemoniz, los desgarradores atentados terroristas de ETA -en 1979 la banda se cobr¨® 76 v¨ªctimas- y el intenso debate pol¨ªtico sobre el Estatuto vasco.
Son varios miles los concejales que desde 1979 han trabajado al servicio de su pueblo. Y a muchos les ha costado la vida.
Las instituciones locales han sido una pieza clave en el acercamiento de los ciudadanos a los centros de poder
En estas circunstancias nacieron los 233 ayuntamientos vascos -hoy son ya 250 despu¨¦s de la desanexi¨®n de varios municipios-, y desde este ¨¢mbito comenz¨® el PNV a perfilar su poder hegem¨®nico en Euskadi. Construy¨® su particular "latifundio municipal" con el control del 60% de las alcald¨ªas vascas, entre otras las de las tres capitales: Jon Casta?ares fue alcalde en Bilbao, Jes¨²s Mar¨ªa Alkain en San Sebasti¨¢n y Jos¨¦ ?ngel Cuerda en Vitoria. El socialista Juli¨¢n Balduz tom¨® posesi¨®n en Pamplona, e hist¨®ricos como Enrique Tierno Galv¨¢n o Julio Anguita fueron los primeros regidores en Madrid y C¨®rdoba, respectivamente.
El paso del tiempo ha podido constatar que aquellas primerizas corporaciones locales, que han ido renov¨¢ndose cada cuatro a?os, se mostraron como una pieza clave en el desarrollo y la consolidaci¨®n de la democracia y facilitaron el acercamiento de los ciudadanos a la administraci¨®n municipal. La apertura de los ayuntamientos a sus vecinos, que paulatinamente han ido conquistando las sedes consistoriales como un lugar de participaci¨®n, ha permitido acortar la distancia entre gobernantes y ciudadanos e implicar a ¨¦stos en los asuntos municipales y en actividades sociales, culturales y deportivas.
Han sido los ciudadanos, en realidad, quienes han otorgado o retirado la confianza a sus gobernantes cada vez que el ciclo electoral llamaba a las votaciones. El efecto de los siete comicios locales celebrados hasta la fecha no ha deparado grandes cambios en la correlaci¨®n de fuerzas pol¨ªticas. El PNV ha conservado casi intacta la supremac¨ªa; Herri Batasuna -con sus sucesivos cambios de denominaci¨®n- se mantuvo como la segunda fuerza hasta su ilegalizaci¨®n, y el PSE se ha consolidado en muchos de los pueblos m¨¢s poblados de Euskadi. En los dos ¨²ltimos mandatos, PNV, PSE y PP se han instalado al frente de Bilbao, San Sebasti¨¢n y Vitoria, respectivamente.
Son varios miles los cargos electos que en este periodo han entregado su esfuerzo para servir a los ciudadanos y a las instituciones democr¨¢ticas. A muchos les ha costado la vida. ETA ha colocado sus nombres en un lugar destacado de la cr¨®nica negra del poder local. Los terroristas mantienen hoy en firme el acoso y la amenaza de muerte contra los ediles no nacionalistas, con m¨¢s intensidad desde que fracas¨® el pacto de Lizarra. Los terroristas mataron a Gregorio Ord¨®?ez en enero 1995 y dos a?os despu¨¦s, a Miguel ?ngel Blanco. En la lista de corporativos asesinados figuran Jos¨¦ Luis Caso, Jos¨¦ Ignacio Iruretagoyena, Tom¨¢s Caballero, Manuel Zamarre?o, Fernando Buesa, Jes¨²s M? Pedrosa, Manuel Indiano, Froil¨¢n Elespe, Jos¨¦ Javier M¨²gica y Juan Priede, adem¨¢s de otras cinco v¨ªctimas abatidas fuera de Euskadi y Navarra.
Ley municipal
Durante estos cinco lustros, los ayuntamientos han visto crecer su estructura y aumentado el grado de atribuciones, lo que ha propiciado una esforzada tarea de transformaci¨®n de la imagen y la vida de los pueblos y ciudades. La aprobaci¨®n de la ley 7/1985, reguladora de las Bases de R¨¦gimen Local, supone el punto culminante en el verdadero proceso hacia la democratizaci¨®n de los ayuntamientos. La nueva norma, considerada como el principio de los tiempos modernos del poder local porque adecua el funcionamiento de las entidades locales al marco constitucional, entierra para siempre todo el cuerpo normativo que a¨²n se arrastraba de la etapa franquista.
Las instituciones locales, que en los albores de la democracia se limitaban a gestionar unas pocas parcelas de poder, han ido copando con el tiempo mayores cotas de responsabilidad, acorde por lo general con las necesidades demandadas por la ciudadan¨ªa. Se han involucrado en la construcci¨®n de nuevas infraestructuras, la ordenaci¨®n del desarrollo urban¨ªstico y la creaci¨®n de equipamientos sociales, sanitarios, educativos, culturales, deportivos... En muchas ocasiones, esta labor de los municipios ha superado con creces su propia capacidad y, en otras, su estricto nivel competencial.
El progresivo aumento de los recursos econ¨®micos en manos de los municipios ha propiciado que, en determinados momentos, hayan asumido actuaciones (en materia de vivienda, empleo y asistencia social, por ejemplo) que en realidad corresponden a otras administraciones. Ha sido, en algunos casos, a costa de recurrir al endeudamiento. Seg¨²n el ¨²ltimo informe del Tribunal Vasco de Cuentas, referido a las cuentas de los ayuntamientos de 2001, la deuda de las haciendas locales ascendi¨® a 538,7 millones de euros en el citado ejercicio.
Los 250 ayuntamientos gestionan unos presupuestos que suman 2.205 millones de euros en total, alrededor de una cuarta parte de los rescursos de todas las administraciones p¨²blicas. No obstante, reivindican un mayor nivel participaci¨®n en el reparto de los dineros p¨²blicos para afrontar sus necesidades. Para ello, esperan como agua de mayo la aprobaci¨®n de la ley Municipal vasca, una norma ya prevista desde que la entrada en vigor de la ley de Territorios Hist¨®ricos (LTH) en 1983 y que sigue pendiente desde entonces. La nueva normativa municipal debe precisar las competencias de los ayuntamientos y definir los recursos que les corresponden. As¨ª lo demandan las entidades locales a trav¨¦s de la Asociaci¨®n de Municipios Vascos, Eudel, que exige una mayor autonom¨ªa local para los ayuntamientos y la reducci¨®n al m¨¢ximo del control de las decisiones municipales por parte del Gobierno vasco y de las tres diputaciones forales.
Al cumplir sus bodas de plata democr¨¢ticas, m¨¢s de 8.000 municipios espa?oles festejar¨¢n esta efem¨¦rides con un encuentro para debatir sobre la vida y la pol¨ªtica municipal. Se celebrar¨¢ desde hoy hasta el 26 de noviembre en Vitoria, sede elegida por la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias, promotora del evento. Bajo el lema Toda una vida, los responsables locales reflexionar¨¢n sobre el papel de los ayuntamientos en la construcci¨®n de la Espa?a de las autonom¨ªas y sus retos para los pr¨®ximos 25 a?os. La conmemoraci¨®n incluye una exposici¨®n que hoy inaugura el Rey y viajar¨¢ por Espa?a.
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