El protagonista es ahora Patrick
Oscurecido siempre por John, el menor de los McEnroe ha hecho de EE UU un aut¨¦ntico equipo
Cuando entr¨® ayer en la sala de conferencias de Sevilla, Andy Roddick estaba cantando. En el momento en que se iniciaron las preguntas al equipo estadounidense, Mardy Fish cogi¨® el micr¨®fono y se lo acerc¨® a su n¨²mero uno como indic¨¢ndole que la mayor parte de las preguntas ser¨ªan para ¨¦l. "No te pases", pareci¨® responderle Roddick entre risas. Mientras tanto, los hermanos Bob y Mike Bryan les miraban, sonrientes, participando del festival. S¨®lo Vincent Spadea, el quinto jugador, parec¨ªa algo ausente. Porque Patrick McEnroe, el capit¨¢n de Estados Unidos, era evidente que formaba parte del grupo. Algo m¨¢s serio, pero era uno m¨¢s.
Puede que algunos crean que es una mediocridad y la verdad es que lo fue como jugador. Pero Patrick McEnroe (Nueva York, enero de 1966) ha conseguido algo que hac¨ªa muchos a?os que estaba persiguiendo el equipo estadounidense de la Copa Davis: unidad. Y no s¨®lo eso. Desde que cogi¨® la capitan¨ªa, en 2001, fue renov¨¢ndolo hasta alcanzar un grupo joven, homog¨¦neo y de calidad como el que tiene actualmente. "Jugamos b¨¢sicamente para los dem¨¢s", aseguran Roddick y Fish, los dos hombres que este a?o han ganado todos sus partidos individuales menos uno y que han encontrado en los gemelos Bryan no s¨®lo la seguridad del punto de dobles, sino tambi¨¦n a las personas m¨¢s id¨®neas para cerrar el c¨ªrculo, para formar una aut¨¦ntica pi?a.
"Los jugadores est¨¢n construyendo un edificio lleno de energ¨ªa. Yo soy una simple pieza m¨¢s"
"Creo que es simplemente una cuesti¨®n de prioridades y de ilusi¨®n", dijo el menor de los McEnroe; "al final de cada eliminatoria, ya est¨¢n pensando en la siguiente. Se mandan mensajes telef¨®nicos y por e-mail, que tambi¨¦n me hacen llegar, en los que se dan ¨¢nimos y planifican sus encuentros. Es evidente que est¨¢n comprometidos con este equipo. Y eso es fundamental. Los jugadores est¨¢n construyendo un edificio lleno de energ¨ªa y eso es algo de lo que todos debemos sentirmos orgullosos. Yo soy una simple pieza m¨¢s que participa de todo eso".
Mediatizado por completo durante buena parte de su carrera por el brillo de su hermano John, campe¨®n de Wimbledon y del Open de su pa¨ªs, Patrick parece haber alcanzado su plenitud personal. Se le ve feliz. Como jugador, gan¨® un torneo individual en Sidney y fue campe¨®n de dobles de Roland Garros y del Masters junto a Jim Grabb. En su palmar¨¦s figuran 17 t¨ªtulos de dobles y unas semifinales del Open de Australia de 1991. Lleg¨® a jugar en la Copa Davis, en dobles, y cerr¨® su balance con tres victorias y una derrota. Pero poco m¨¢s.
Ya retirado, hac¨ªa de comentarista de televisi¨®n mientras John actuaba como capit¨¢n estadounidense. ?sa fue la situaci¨®n en la que vivi¨® la semifinal de 2000 en la que Espa?a destroz¨® a Estados Unidos en Santander. "Lo recuerdo", coment¨® ayer; "Spadea
[perdi¨® un partido intrascendente ante Juan Carlos Ferrero] y Fish tambi¨¦n estuvieron all¨ª. Pero aquello fue otra historia. Ahora tenemos un equipo muy diferente. Cuento con jugadores m¨¢s j¨®venes y mejores. Lo de Santander no nos preocupa, no lo tenemos en cuenta".
Ahora, Patrick McEnroe va, por fin, por delante de su hermano. John es comentarista de televisi¨®n, aunque no ha viajado a Sevilla. Y ¨¦l se sienta en el banquillo de la capitan¨ªa de un equipo que afronta la primera final de los norteamericanos desde 1997 y que puede ganar la Ensaladera por primera vez desde 1995. "Es nuestro gran reto", dice; "sabemos que Espa?a no tiene ninguna debilidad, ni en los individuales ni en el doble, y eso forma parte del desaf¨ªo a afrontar. Tambi¨¦n sabemos que jugamos en tierra batida y que ellos intentar¨¢n alargar los partidos. Pero la cuesti¨®n ser¨¢ que los nuestros puedan desarrollar su juego. Porque tienen armas para controlar los puntos". Si lo logra, si vencen a Espa?a, el menor de los McEnroe habr¨¢ tocado el cielo.
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