Alcoh¨®lico Pap¨¢ Noel

Santa Claus est¨¢ agarrado a un cubo de basura en un inh¨®spito callej¨®n, vomita las infinitas copas que acaba de engullir en un bar en el que no ha parado de mirar el culo a las chicas mientras soltaba un taco tras otro. Desde luego, no es la t¨ªpica imagen de una pel¨ªcula de Navidad, por m¨¢s que Bad Santa se estrene esta semana y que tenga como protagonista a un tipo disfrazado de rojo y blanco. Tampoco se pod¨ªa esperar otra cosa de Terry Zwigoff (Ghost world, 2001), un director empe?ado en fijar su mirada en las esquinas m¨¢s descuidadas y estramb¨®ticas de la sociedad contempor¨¢nea y de la mente humana desde un realismo tan sucio como en el fondo afectuoso.

Los protagonistas de Bad Santa son dos parias, dos miembros del club de los perdedores de la vida que han decidido vengarse de la sonriente, banal y mentirosa comunidad del gran centro comercial, el regalo, el papel celof¨¢n y el lazo de colores: un alcoh¨®lico ladr¨®n, experto en cajas fuertes, y un enano de raza negra en el que todo el mundo clava una ojeada condescendiente; un equipo perfecto para trabajar como Pap¨¢ Noel y elfo navide?o repartiendo sonrisas a los ni?os para luego desvalijar cada a?o una gran superficie que les proporcione Jack Daniels y vagancia hasta las pr¨®ximas Pascuas. A ellos hay que a?adir nada menos que al t¨ªpico ni?o gordo y algo retrasado al que siempre machacan los dem¨¢s cr¨ªos en el colegio.

Zwigoff y sus guionistas elaboran un muy buen retrato de personajes desde una incorrecci¨®n pol¨ªtica salvaje no exenta de cierto cari?o. As¨ª, a pesar de la actitud de este borracho incapaz de la menor inclinaci¨®n a la cordialidad, siempre hay un gesto, una frase, una mirada que lo rescata del agujero para convertirlo en el cl¨¢sico antih¨¦roe del cine. Una labor en la que tiene un papel primordial la contenida interpretaci¨®n de Billy Bob Thornton, que en el momento justo siempre redime a su personaje de la c¨¢rcel moral.

A ritmo de banda sonora

Zwigoff dirige su historia con un ritmo muy ¨¢gil a trav¨¦s de una planificaci¨®n y un montaje que juega en muchos momentos con la cadencia de la banda sonora en las r¨¦plicas y contrarr¨¦plicas de los di¨¢logos. En diversas secuencias, se deja entrever el toque maestro de algunos de los mejores trabajos de los hermanos Coen, que no por casualidad son los productores de la cinta. En definitiva, la nueva obra de Zwigoff, como ya lo era Ghost world, es una notable pel¨ªcula tan extra?a de ver como dif¨ªcil resulta analizar su final sin desvelar demasiado al espectador. Simplemente digamos que los creadores pod¨ªan haber encontrado un desenlace m¨¢s negro y amargo, poniendo siempre un especial cuidado en que no supusiera un castigo para sus personajes.