Lo Pelat se queda sin recompensa

No hay manera de alterar el gui¨®n de los partidos entre el Espanyol y la Real Sociedad en Montju?c, que desde siempre, y van siete a?os, acaban en empate o victoria forastera. Ni la conexi¨®n Lo Pelat-Tamudo, sublimes en los dos goles blanquiazules, le alcanz¨® al equipo catal¨¢n, otra vez sorprendido por el inevitable tanto de Kovacevic y un rebote afortunado de De Paula. Aunque ha igualado el r¨¦cord de diez partidos invicto en casa, el resultado chaf¨® la excitaci¨®n del Espanyol, que lleva d¨ªas entre Pinto y Valdemoro, dando vueltas a su objetivo en la Liga, que no se sabe muy bien si est¨¢ en la Champions, en la Copa de la UEFA o en una cosa menor.

V¨ªctima de su indefinici¨®n, al Espanyol le cost¨® encontrarle el punto al partido, seguramente porque se empe?¨® en resolverlo por una ¨²nica v¨ªa, la m¨¢s espectacular y celebrada, y tambi¨¦n la m¨¢s previsible, que pasa por que De la Pe?a habilite a Tamudo para que resuelva a gusto del contrario: o concede el remate al ariete o hace penalti. La Real opt¨® por derribar al delantero centro, infalible en la suerte m¨¢xima del f¨²tbol. La conexi¨®n entre Zipi-Zape, los dos jugadores m¨¢s desequilibrantes del Espanyol, quebr¨® a la Real, que parec¨ªa muy a gusto en la cancha, sobre todo en la primera media hora.

Jugaba tan acelerado el Espanyol que se quedaba a mitad de camino en cada jugada. Atacaba mal y se defend¨ªa peor porque los dos centrales se aflojaban frente a Kovacevic y Kameni no daba pie con bola en la defensa de las jugadas a¨¦reas. La zaga blanquiazul se comi¨® un fuera de banda que Uranga no supo acompa?ar en la boca de gol, Kovacevic remat¨® poco despu¨¦s a la red y entre uno y otro no metieron el segundo por un dedo. Quiz¨¢ porque Amorrortu dispuso hasta de ocho canteranos, la Real se hab¨ªa hecho fuerte en la divisoria. Quer¨ªa el t¨¦cnico que el equipo no se partiera, que jugara tan apretado como acompa?ado, que se creciera con el partido y no se venciera en cualquier jugada, juvenil como era el equipo.

Al Espanyol le afectaba para bien y para mal el protagonismo de De la Pe?a, muy revolucionado en su reaparici¨®n. Lo Pelat quer¨ªa abarcar demasiado campo y el equipo se desacompasaba porque los medios perd¨ªan el sitio. Por momentos, pareci¨® incluso que el Espanyol no se acostumbraba a la presencia de De la Pe?a y la ausencia de Dani. El enganche blanquiazul iba y ven¨ªa sin parar, decidido a resolver por su cuenta ante un adversario muy agrupado, dominador de la divisoria, mejor en el control de juego. El paisaje que agradece precisamente el f¨²tbol profundo de Lo Pelat, que no par¨® hasta que encontr¨® por dos veces consecutivas a Tamudo. Una jugada tan dif¨ªcil como resolutiva. No es f¨¢cil que salga y, sin embargo, cuando se presenta es gol o gol. A la que Lo Pelat le gui?a el ojo, Tamudo se perfila majestuosamente y encara al portero para abatirle irremediablemente.

La importancia de Lo Pelat fue tan capital que la Real empat¨® en el momento en que la figura del Espanyol era sustituida. Un remate afortunado de De Paula, al que Amorrortu recurri¨® desesperadamente, le dio un punto que por esfuerzo mereci¨®. Los donostiarras se mostraron como un equipo muy laborioso y de un juego m¨¢s continuo que el Espanyol, sobresaliente en lo bueno y lo malo.

El plantel de Lotina no filtr¨® bien el juego en la divisoria y anduvo muy escaso de juego por las bandas, seguramente porque la presencia de De la Pe?a ejerce un monopolio del f¨²tbol, cosa que en cualquier caso agradece Tamudo, nuevamente redimido en su papel de goleador. Las concesiones defensivas fueron igualmente sorprendentes. La zaga ha concedido seis goles en los dos ¨²ltimos encuentros, cifra desacostumbrada para un equipo que se cierra bien y que seguramente echa de menos a Pochettino, que ayer calent¨® banquillo. Lotina deber¨¢ reajustar las piezas en el tramo final de campeonato. Al Espanyol del desequilibrante De la Pe?a le falta equilibrio como equipo.