Adulterio cruzado
No todos en Hollywood iban a ser como Sandra Bullock, de los que van presumiendo de que se hacen productores para financiar las ideas que realmente les apetece interpretar y luego terminan fabricando una saga como Miss Agente especial. Al menos a¨²n hay j¨®venes actrices que, a la caza de esas historias en las que habitualmente no tienen la oportunidad de trabajar, son capaces de implicarse en proyectos alejados de la comercialidad y comandados por la madurez. Como Naomi Watts (que precisamente esta semana tambi¨¦n estrena en Espa?a The ring 2), productora y protagonista de Ya no somos dos, pel¨ªcula basada en varios relatos cortos del escritor estadounidense Andr¨¦ Dubus, autor del que hace unos a?os ya se adapt¨® para el cine la notable En la habitaci¨®n.
YA NO SOMOS DOS
Direcci¨®n: John Curran. Int¨¦rpretes: Mark Ruffalo, Laura Dern, Naomi Watts, Peter Krause. G¨¦nero: drama. EE UU, 2004. Duraci¨®n: 101 minutos.
La pel¨ªcula est¨¢ basada en varios relatos cortos del estadounidense Andr¨¦ Dubus
El adulterio, sus razones (y, sobre todo, la falta de ellas) y sus consecuencias son el tema central de la pel¨ªcula, protagonizada por cuatro j¨®venes treinta?eros de clase acomodada y nivel cultural alto. De hecho, los dos protagonistas masculinos est¨¢n relacionados profesionalmente con el mundo de la literatura. En principio, no estamos, pues, lejos del ambiente (y de la tem¨¢tica) de muchas de las pel¨ªculas de Woody Allen, aunque las formas narrativas del joven realizador John Curran no pueden resultar m¨¢s distintas del estilo del director de Maridos y mujeres y Hannah y sus hermanas. Curran intenta transmitir al espectador impresiones m¨¢s que certezas, estados de ¨¢nimo m¨¢s que di¨¢logos o teor¨ªas. Hay momentos en los que se puede adivinar lo que se est¨¢ moviendo en las tripas de los personajes, a pesar de que ¨¦stos no dicen ni una sola palabra sobre sus intenciones. Todo ello ayudado por una direcci¨®n envolvente en la que juega un papel primordial la partitura de Michael Convertino, que m¨¢s que una m¨²sica es un dise?o sonoro.
Ya no somos dos no pretende en ning¨²n momento resultar c¨¢lida o cercana. Eso s¨ª, sin llegar al tono g¨¦lido de, por ejemplo, la reciente Closer (Mike Nichols, 2004) o al varapalo de hielo que suponen las pel¨ªculas y las obras de teatro de Neil LaBute (En compa?¨ªa de hombres, Amigos y vecinos), habituado al mazazo dial¨¦ctico y al comportamiento sangrante (a pesar de que el personaje de Peter Krause, con un concepto de la fidelidad en el matrimonio muy alejado de lo habitual, parece calcado a los que siempre interpreta Aaron Eckhart en los filmes de LaBute). Curran y su guionista, Larry Gross (que en sus inicios trabaj¨® para Walter Hill en L¨ªmite: 48 horas y Calles de fuego), ponen tierra de por medio entre sus criaturas y el espectador a trav¨¦s de et¨¦reas transiciones entre secuencias. Nunca se implican del todo. Y quiz¨¢ sea esa distancia la que provoque que, en ciertos pasajes, la pel¨ªcula pueda resultar algo cargante, engolada, imprecisa, demasiado planeada por sus cerebros y completamente ajena a los territorios del coraz¨®n. Aun as¨ª, nunca lo suficiente como para desconectarse de una historia que, por otro lado, contiene una interpretaci¨®n sin fisuras del cuarteto protagonista, en el que sobresalen el televisivo Krause (el hermano mayor de la serie A dos metros bajo tierra) y la productora Naomi Watts.
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