El rap de la insatisfacci¨®n
Dec¨ªa su hermano Camilo Jos¨¦, creo, que novela es todo aquello que aparece con el r¨®tulo de "novela" bajo el t¨ªtulo, y es el caso, m¨¢s o menos, pues lo de novela aparece a mitad de la cubierta, y novela es Unos guantes viejos, o no lo es, y acaso lo sea, como dec¨ªa Camilo Jos¨¦ de su Oficio de tinieblas 5, no una novela sino "la purga de mi coraz¨®n". Y efectivamente esto es Unos guantes viejos, de Jorge Cela Trulock, un viejo escritor que acaba atrapado en el fuego cruzado entre su apellido y el pertenecer a una generaci¨®n de escritores que han intentado una literatura muy digna, pero que no han conseguido por una zarzuela de razones un cierto reconocimiento.
Esta novela de Jorge Cela es, s¨ª, una purga de su coraz¨®n y tambi¨¦n una triste balada y un largo mon¨®logo de n¨¢ufrago desorientado y una extensa cantata, un profundo lamento que a veces es tedioso y otras iluminador. Hay lamento por un mundo extra?o que el cantor ya no reconoce como suyo; hay un contenido enojo contra maneras y conductas que el relator ya no hace suyas, y mucho menos las asume. Es todo este quejido como un interminable rap de la insatisfacci¨®n, un rasgueo de guitarra de cosas a las que se enfrenta el protestador.
UNOS GUANTES VIEJOS
Jorge Cela Trulock
Huerga & Fierro
Madrid, 2005
188 p¨¢ginas. 13 euros
Lees Unos guantes viejos, de Jorge Cela, un escritor que conoces y te preguntas por qu¨¦ leerlo, e intentas entender por qu¨¦ ha escrito este relato, por qu¨¦ ha lanzado su mensaje embutido en una botella de n¨¢ufrago y para qu¨¦. Pero no abandonas el relato. Y quieres entender. Y te irritas, ciertamente, en ocasiones. Pero no tiras la toalla, quieres ver por qu¨¦ insiste en esta cantata, que s¨®lo est¨¢ pespunteada por ciertas palabras -conseguidas-, ciertas im¨¢genes, ciertas met¨¢foras, inteligentes utilizaciones de juegos verbales, chisporroteos surrealistas, aunque pronto se d¨¦ cuenta uno de que hay poca narraci¨®n. Cuando se escribe una novela como ¨¦sta, cabe considerar que su autor ha quemado todas las naves y ha decidido purgar su coraz¨®n, sin esperar nada a cambio, y con todo uno se admira del esfuerzo, m¨¢s bien por el autor, pero tambi¨¦n le corresponde, ese esfuerzo, al lector, que quiere saber por qu¨¦, a veces, se irrita con este texto y otras veces siente su mismo respirar, cree comprenderle, justificarle, y entiende por qu¨¦ estas l¨ªneas no pueden aspirar a llegar a mucha gente, pero, ojo, a algunos s¨ª que les llegar¨¢.
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