Clasicismo 'pop'

Una sorpresa asalta a los visitantes que se acercan al Museo Es Baluard a contemplar la muestra de Gundmundur Gudmundsson, art¨ªsticamente conocido como Err¨® (Islandia, 1932): sus obras ocupan lo que hasta ahora eran las salas principales de la colecci¨®n permanente. Una decisi¨®n que resulta muy beneficiosa para el visitante porque permite una visita m¨¢s coherente a quienes, ya conociendo la colecci¨®n del museo, s¨®lo pretenden apreciar la exposici¨®n temporal.

Sin embargo, cambios de este calado nos hablan de algo m¨¢s: de las vacilaciones con las que, hace a?o y medio, naci¨® este centro art¨ªstico, de sus errores de partida y de la necesidad, impulsada por su nueva responsable Marie-Claire Uberquoi, de enderezar el err¨¢tico rumbo inicial. La l¨ªnea expositiva reciente, m¨¢s algunas decisiones de gesti¨®n de los ¨²ltimos meses, indican que, lentamente, se va logrando. La programaci¨®n de una exposici¨®n como la de Err¨® lo corrobora.

La coartada para su elecci¨®n ha sido su estancia habitual en Formentera, donde tiene una de sus residencias. Los m¨¦ritos de su ingente producci¨®n vienen subrayados por la presencia de telas suyas en el MOMA neoyorquino, el Georges Pompidou de Par¨ªs o el Moderna Museet de Estocolmo, entre otros.

Err¨® reinterpreta a sus maestros con la libertad de un gran dominador de la composici¨®n, el color y el dibujo. Recorremos sus obras y ante nuestra mirada desfilan desde Vermeer hasta Picasso, de Ghirlandaio a L¨¦ger, salpicados todos por una amable iron¨ªa: la que produce revisitarlos y entreverarlos con los lenguajes contempor¨¢neos del arte pop, la publicidad, el c¨®mic y la televisi¨®n.

El resultado de esta sim-

biosis de clasicismo y contemporaneidad es, por momentos, delicioso. M¨¢s s¨®lido en los ¨®leos, en especial en sus series sobre Mao, el erotismo y las guerras (incluyendo una importante presencia cr¨ªtica de la de Irak) y m¨¢s anecd¨®tico en los collages. Salvo una pieza de la colecci¨®n Serra, la retrospectiva que se exhibe en Palma, la primera en Espa?a, procede del Museo de Arte Municipal de Reikiavik, donde el artista tiene espacio propio permanente.

Alguien ha definido su trabajo como un pop barroco y va a ser dif¨ªcil mejorar esta s¨ªntesis. Hay tanta metapintura y tanta reflexi¨®n sobre la historia del arte en sus ¨®leos (51 en esta muestra, m¨¢s 15 collages) que no se la puede despachar como la de un insustancial artista pop al uso.