La guaracha de Raquel

Las sesiones matinales del Hospital Real han sido uno de los logros indiscutibles de esta edici¨®n del Festival de Granada. Llenos totales para escuchar a algunos de los mejores grupos especializados en la m¨²sica del barroco. Y, entre ellos, dos espa?oles haciendo muy buena figura. El s¨¢bado fue la Orquesta Barroca de Sevilla, un formidable conjunto guiado con mano maestra por ese monumento de la especialidad que es la gran Monica Huggett, una inglesa que acab¨® bailando la guaracha, esa mezcla tan hisp¨¢nica de la carne y el esp¨ªritu, que bord¨® una sensual¨ªsima Raquel Andueza -que crece y crece- en Convidando est¨¢ la noche de Garc¨ªa de Z¨¦spedes. Antes, la soprano navarra -tocada estos d¨ªas, a lo que parece, por la mano de san Ferm¨ªn- hab¨ªa regalado su alegr¨ªa en Tarara, tarara, que soy Ant¨®n, de Antonio de Salazar, y la OBS se hab¨ªa lucido en una gran versi¨®n de esa locura genial -y luego dec¨ªan de Sch?nberg la otra noche- que es la Battalia de Biber. Excelente tambi¨¦n la suite de Las indias galantes de Rameau para cerrar una sesi¨®n deliciosa a cargo de una orquesta que probablemente haya encontrado con Huggett su camino definitivo hacia la consagraci¨®n.

El domingo, repertorio m¨¢s melanc¨®lico con Armoniosi Concerti, dirigidos por Juan Carlos Rivera. Romances, diferencias, hermosuras varias de ese patrimonio que vuelve y para bien. Otra vez Raquel Andueza, pero con distinto soporte, con diferente manera, muy hermosa tambi¨¦n, de revivir lo ido. M¨¢s concentrado todo que en la OBS, un punto m¨¢s austero, muy en la distancia exacta entre la recuperaci¨®n filol¨®gica y la imaginaci¨®n restauradora.