El sexo est¨¢ en el aire
Ya no hace falta ir al 'sex-shop', ni a la zona X del videoclub, ni a ning¨²n otro sitio especializado. El sexo est¨¢ en todas partes. La televisi¨®n, las librer¨ªas, los centros comerciales, la calle. Una nueva ola de tolerancia y normalidad invade la sexualidad de los espa?oles.
En la parada del bus, la modelo luce un conjunto de lencer¨ªa a cuatro patas. Sobre su cuello, una mano varonil. El objeto del anuncio: un perfume. Lo llaman porno chic. En una cadena de televisi¨®n, invitados a un programa se vanaglorian de sus haza?as sexuales a la hora de la siesta. Una condoner¨ªa de dise?o se instala en una de las calles m¨¢s caras de Madrid. Cientos de parejas se conocen a trav¨¦s de webs de contactos. Sale el en¨¦simo libro sobre fantas¨ªas sexuales, esta vez femeninas? Muchos s¨ªntomas apuntan al mismo diagn¨®stico: en Espa?a, en 2005, el sexo est¨¢ en el aire, se respira, forma parte de la m¨¢s absoluta cotidianidad. Un nuevo amanecer sexual traspasa las fronteras de lo ¨ªntimo para darse a conocer sin ning¨²n tab¨². Los sex¨®logos no lo dudan: se ha pasado de la represi¨®n a querer probarlo todo. Un sexo m¨¢s expl¨ªcito, mordaz y contundente seduce al consumidor, sin demandarlo ¨¦ste previamente.
Los canales X de pago delatan a la mujer como su principal cliente. El sexo ya no tiene sexo
Los protagonistas de esta nueva revoluci¨®n sexual, la de la normalizaci¨®n absoluta, son los espa?oles de a pie. Seg¨²n el bar¨®metro del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) de marzo de 2005, un 55% tolera las relaciones extramatrimoniales. Un 54% pierde la virginidad antes de los 18 a?os. Ese espa?ol dice que practica sexo una vez cada tres d¨ªas, emplea 21,7 minutos en ello y casi siempre planifica sus contactos, que tienen lugar preferentemente en el dormitorio (93%). Ese mismo espa?ol autocalifica con un notable bajo (7,25) su vida sexual, seg¨²n una encuesta de la Asociaci¨®n Espa?ola para la Salud Sexual. En resumen, los espa?oles afrontan con naturalidad su sexualidad y son receptivos a los mensajes que la apelan.
Los 'sex-shops' ya no son el ¨²nico lugar donde pertrecharse para la faena. Los cerca de 210 comercios del ramo han bajado su volumen de ventas. Margarita Ant¨®n, de la Asociaci¨®n Espa?ola de Comerciantes de Art¨ªculos de Sex-Shops, es tajante. "Hay mucha competencia desleal por parte de gasolineras, quioscos y videoclubes. Ahora, todos pueden vender pornograf¨ªa, mientras nosotros tenemos que atendernos a unas normas para resguardar a los menores. ?C¨®mo se protege a un chaval de 14 a?os en un quiosco, donde m¨¢s de la mitad de las portadas tienen un desnudo como reclamo? La pornograf¨ªa es nuestro negocio, no el de ellos". De la queja se deduce que la oferta del entretenimiento sexual se ha globalizado, ha salido de sus tradicionales guetos y ya no es patrimonio de nadie.
La carga er¨®tica est¨¢ en el ambiente. Un bot¨®n de muestra: Advance Telephone Service, una empresa que se dedica a publicar anuncios de relaciones, est¨¢ en el n¨²mero 58 del ranking de anunciantes espa?oles, seg¨²n Infoadex, el organismo que analiza la publicidad en Espa?a. Su progresi¨®n ha sido espectacular: pas¨® de invertir 5.700 euros en 1999 a gastarse 17,1 millones en publicidad en 2004. El sexo, impl¨ªcito o expl¨ªcito, vende, y mucho.
Hasta los usuarios de Internet, el territorio nato de todo tipo de fantas¨ªas sexuales, demandan menos sexo puro y duro en la Red porque lo consumen en otros ¨¢mbitos de manera espont¨¢nea. El informe Espa?a 2001 de la Fundaci¨®n Auna desvelaba que el 38% de los internautas espa?oles navegaba por dominios de contenido sexual. En 2004, los datos auguran una tendencia a la baja. Proliferan, sin embargo, las llamadas celestinas virtuales, los sitios dedicados a la b¨²squeda de pareja. Una de las m¨¢s poderosas, Match.com, da una idea de su rentabilidad: un mill¨®n de usuarios y 50.000 nuevas altas al mes. Eso en las webs m¨¢s suaves; otras m¨¢s evidentes, de contenido pornogr¨¢fico expl¨ªcito, como la espa?ola marqueze.net, confirman que el sexo es un valor seguro y al alza: 1.300.000 usuarios registrados y un 84% m¨¢s de beneficio en el ¨²ltimo a?o.
Los sex-shops aumentan sus ventas en temporada alta (Navidad, o los meses en que tradicionalmente se celebran las bodas), como el resto de los comercios. No en vano, el informe Los espa?oles y la sexualidad se?ala que un 5% de las espa?olas han usado alguna vez un vibrador. Aunque a¨²n hay pudor. En Amantis.net, un sex-shop en Internet, aseguran que las tiendas on line venden mucho porque ofrecen anonimato. Y ojo al dato: el 8% de las entregas se hace en oficinas.
Pero la situaci¨®n est¨¢ cambiando y los comercios del sexo se est¨¢n reconvirtiendo. Tiendas agradables, sin la p¨¢tina cutre que las delataba hasta ahora. La brit¨¢nica Jacqueline Gold, due?a de la cadena de jugueter¨ªa er¨®tica Ann Summers, que luce en las calles m¨¢s caras de Londres, fue una pionera. Se ha hecho de oro. Un vistazo a su web da cuenta de c¨®mo ha captado la nueva sexualidad femenina: "Vibrador Ultraseven. Perfecto para mujeres que comparten su casa con ni?os, ya que es muy silencioso". En 2003, Gold gan¨® un pleito contra el Gobierno brit¨¢nico, que le imped¨ªa poner su publicidad en centros comerciales. Su filosof¨ªa es la que se sigue en muchos sex-shops de reciente apertura. "Intentamos quitarle la etiqueta de oscuro y cutre. Vendemos objetos para vivir mejor la sexualidad", explica Eva Moreno, copropietaria de Somersex, un sex-shop que lleva tres a?os en Santa Coloma de Gramenet. Y es justo Barcelona la ciudad que cuenta con un mayor n¨²mero de establecimientos de este tipo (43, frente a los 21 de Madrid). Barcelona es tambi¨¦n la meca de las productoras de cine porno. Su festival de cine er¨®tico ha pasado de ser algo sectario a dar el punto de color de los telediarios de todas las cadenas.
Hay otros datos que constatan este rebrote sexual. S¨®lo el 36% de los filmes espa?oles calificados en 2003 eran aptos para todos los p¨²blicos. De las 44 pel¨ªculas alemanas registradas en Espa?a en el mismo a?o, 29 eran calificadas X. Esto sin hablar del suculento negocio de las cintas piratas.
Otro indicador son los canales de cine X de las plataformas digitales, que delatan a las mujeres como sus principales clientes. Y es que el sexo ya no tiene sexo. El porno ha dejado de ser un coto para el var¨®n heterosexual o gay. Un ejemplo es Sandra Uve, una directora y guionista de cine porno de 33 a?os que present¨® en el Festival de M¨¢laga su nueva pel¨ªcula sobre sexo y lucha libre. "A las mujeres en el porno se las ha sacado groseramente, como prostitutas. He pasado de ese topicazo, y mis actrices van con vaqueros y camiseta", coment¨® la catalana en el estreno.
Los sex¨®logos viven hoy su ¨¦poca dorada. Aunque a¨²n queda camino por recorrer. Seg¨²n el estudio sobre h¨¢bitos sexuales realizado en 2004 por la Federaci¨®n Espa?ola de Sociedades de Sexolog¨ªa (FESS), un 40% de las personas con disfunciones sexuales no pide ayuda profesional. Seg¨²n el sex¨®logo Carlos San Mart¨ªn, "la mayor¨ªa considera que su inapetencia, disfunci¨®n er¨¦ctil o anorgasmia no es importante, cuando eso no implica en absoluto la desaparici¨®n de la vida sexual". El mensaje va prendiendo y crece el n¨²mero de consultas al sex¨®logo y al ur¨®logo. "Acudir al sex¨®logo se ha convertido en algo habitual. La disfunci¨®n sexual ya no es un secreto de alcoba, y no s¨®lo en las ciudades. Cada vez son m¨¢s las asociaciones de mujeres de pueblo que recurren a nosotros", dice Jos¨¦ Luis S¨¢nchez de Cueto, del Instituto Andaluz de Psicolog¨ªa y Sexolog¨ªa.
A pesar de esa apertura, la formaci¨®n sexual en la escuela sigue siendo una asignatura pendiente. Y eso que la LOGSE de 1990 se?al¨® que deb¨ªa impartirse en todos los ciclos educativos. Pero son contados los centros que la han puesto en pr¨¢ctica. En Cantabria, por ejemplo, la Direcci¨®n General de la Mujer organiza talleres de sexualidad y g¨¦nero para alumnos de 9 a 15 a?os en horas lectivas. El sex¨®logo Carlos San Mart¨ªn define su importancia: "Los chicos tienen mucha informaci¨®n porque el sexo est¨¢ en todas partes. Pero les llega muy poco cribada y no saben discriminarla". Y los j¨®venes lo saben. La encuesta Schering sobre Anticoncepci¨®n y Sexualidad en la Juventud Espa?ola 2003 dice que un 74% de los chicos demanda informaci¨®n sexual en el colegio. Dato importante, si se tiene en cuenta que el aborto entre menores de 18 a?os ha crecido casi un 30% entre 1990 y 2002, seg¨²n un estudio del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC).
Otro nuevo fil¨®n es la literatura. El Informe Hite, que revolucion¨® en 1976 la concepci¨®n de la sexualidad, es un cuento de hadas comparado con los nuevos superventas del g¨¦nero, como la autobiograf¨ªa de Melissa Panarello, de 18 a?os, que ha vendido 650.000 ejemplares en Italia narrando un laberinto de perversiones que incluyen vejaciones de grupo, experiencias masoquistas y s¨¢dicas, voyeurismo y travestismo. No es el ¨²nico t¨ªtulo en el mercado. La vida sexual de Catherine Millet conmovi¨® a Francia; los sue?os salvajes de Lisa Sussman, a la Am¨¦rica de Bush, y el descenso a los infiernos del porno narrado en Platonic Sex por Ai Lijima se ha convertido en un libro de culto en Jap¨®n. ?stos son algunos de los libros m¨¢s calientes, que se venden en cualquier librer¨ªa generalista o, si esperamos un tiempo, se adjuntar¨¢n con alg¨²n diario en el quiosco. "Contabilizar los t¨ªtulos con contenido sexual en el mercado es inviable", aseguran en la Federaci¨®n de Editores de Espa?a. Pero proponen buscar en el ISBN los t¨ªtulos que contengan la palabra sexo. ?Resultado? En 1990 hab¨ªa 37 libros. Quince a?os despu¨¦s, 87.
?Asombra una escultura en forma de pene? ?Una canci¨®n con la palabra follar en el estribillo? ?Una sodomizaci¨®n en el cine? El arte se ha encontrado amablemente con el porno. El soci¨®logo Enrique Gil Calvo asegura que el arte posmoderno, m¨¢s que la belleza, busca la trasgresi¨®n para llamar la atenci¨®n. "Es como cuando las adolescentes y las que no lo son tanto ense?an el tanga por encima del pantal¨®n. No lo hacen por perversi¨®n, sino porque con esta trasgresi¨®n no pasan inadvertidas. El recurso de esc¨¢ndalo es muy eficaz ante la competencia", relata el soci¨®logo. Para ¨¦l, la mercantilizaci¨®n del sexo es un hecho. Pero, como a?ade el sex¨®logo Jos¨¦ Luis S¨¢nchez de Cueto, todo tiene sus riesgos. "La publicidad descubre que las sensaciones venden y nos mete el sexo hasta en la sopa. Como el anuncio de caf¨¦, que nos parece m¨¢s apetecible si sale humo de la taza. Pero tanto humo sexual nos satura (a la tercera vez que ves el v¨ªdeo de Nacho Vidal, deja de sorprenderte su pene), nos inmunizamos y el efecto novedad desaparece. Todo fil¨®n se agota, y llegar¨¢ el d¨ªa en que el sexo, como reclamo, toque techo".
Con tanta sabidur¨ªa sexual, el espa?ol medio se empieza a preguntar: "?Estar¨¦ dando la talla?". ?sta es, seg¨²n la FESS, la angustia m¨¢s frecuente de los que acuden al sex¨®logo. Que se exprese a las claras se debe, precisamente, a este exceso de informaci¨®n sexual. S¨¢nchez de Cueto lo corrobora. "La sensualidad es una especie de b¨²squeda personal, y desde el momento en que se imponen modelos aparecen las frustraciones por no poder alcanzarlos". Para otros, como Gil Calvo, "el problema es que lo que era un juego de adultos se est¨¢ convirtiendo en uno de ni?os. Es muy pueril re¨ªrse porque en un restaurante er¨®tico te pongan un esp¨¢rrago con forma de pene. El sexo est¨¢ perdiendo misterio".
Ignacio Sampedro y Patricia Ruiz
"Venir a un hotel as¨ª con tu propia pareja le a?ade emoci¨®n y morbo"
30 y 25 a?os. Publicista y estudiante. Son novios.
El eslogan de Zouk lo dice claro: "Cinco estrellas para disfrutar, caer¨¢s en la tentaci¨®n". A cinco minutos de Alcal¨¢ de Henares (Madrid), lo que pod¨ªa ser una nave industrial m¨¢s de la N-2 oculta 70 suites con jacuzzi, sauna, cama de agua, piscina climatizada, hidromasaje, sat¨¦lite, Internet y room service. El precio: de 79 a 270 euros. Es un hotel pensado para el sexo, en la m¨¢s estricta intimidad. "No ves a nadie, pasas a un garaje privado y de ah¨ª a la habitaci¨®n. ?Hasta la comida te la pasan por un armario! Si tienes algo que ocultar, es perfecto, y si vas con tu pareja, le da un toque de emoci¨®n y morbo", asegura Ignacio Sampedro, un publicista de 30 a?os que ha acudido con su novia, Patricia Ruiz, de 25, estudiante de enfermer¨ªa, a curiosear. "Para unas horas es m¨¢s higi¨¦nico y lujoso que un hotel est¨¢ndar", recalcan. Moteles como ¨¦ste son habituales en Am¨¦rica. Sus due?os, hijos de gallegos emigrados en Brasil en los a?os cincuenta, cuentan con siete Zouk moteles en S?o Paulo. Manuel Gonz¨¢lez, gerente, puntualiza: "En Latinoam¨¦rica, la gente es m¨¢s desinhibida sexualmente. No es un hotel de prostitutas, simplemente es un sitio para aventuras, flechazos, parejas sin casa o para salir de la rutina. Hemos abierto en el momento en que la sociedad espa?ola es m¨¢s receptiva. De hecho, nuestros clientes tienen de 25 a 60 a?os, el perfil social es medio-alto, y el 80% de reservas las hacen mujeres".
Nuria Serrano, Doris Alza y M¨®nica de Simone
"Cada vez se ven m¨¢s divorciadas maduras de fiesta"
25, 45 y 58 a?os. Clientes habituales de La Olla Caliente, el restaturante er¨®tico m¨¢s antiguo y popular de Madrid.
Nuria Serrano, de 25 a?os, fue en una despedida de soltera. M¨®nica de Simone, de 45, estuvo en una celebraci¨®n "divertid¨ªsima" por un divorcio, y Doris Alza, de 58, acude habitualmente a celebrar su cumplea?os con su marido y unos amigos. Las tres, sin conocerse antes, han coincidido con otras 190 personas en una de las mesas de La Olla Caliente, el pionero de los restaurantes er¨®ticos de Madrid. En apenas dos d¨¦cadas, su n¨²mero se ha triplicado. "Cada vez la gente se apunta m¨¢s a pasar una velada divertida. Una jubilaci¨®n, un ascenso, una boda, unas navidades? cualquier excusa es buena, cuenta Manuel, uno de los due?os de este negocio familiar importado de Brasil. La mec¨¢nica es sencilla: se cena con champ¨¢n, y luego empieza el espect¨¢culo con presentador incluido. Aqu¨ª se encarga Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa, un imitador con bata de cola, que pasa de la verborrea a meterse con el p¨²blico seg¨²n se caldea la noche. Chema, que por el d¨ªa es celador de la Cruz Roja, asegura que en los ¨²ltimos nueve a?os la gente es m¨¢s frescachona, "Es raro que los chicos no se lancen a hacer alg¨²n fullmonty, las chicas son m¨¢s discretas, pero cada vez se ven m¨¢s divorciadas maduras de fiesta". Desde La Olla Caliente aseguran que una de las claves de su ¨¦xito es que sus espect¨¢culos no son obscenos y s¨®lo se participa si se quiere. "El espa?ol se va abriendo, pero a¨²n es m¨¢s recatado que el latinoamericano".
Lorena Berd¨²n
"Un programa tan directo era impensable hace una d¨¦cada"
Sex¨®loga y presentadora de televisi¨®n. Conduce, en La Primera, el espacio sobre sexo 'Dos rombos'
-?Eso s¨ª que es un poll¨®n, chaval!
-S¨ª, t¨² toca, toca para que est¨¦ m¨¢s dura
-Esto no se toca -interviene la encargada de atrezo.
El objeto de tanta expectaci¨®n entre el equipo t¨¦cnico de Dos rombos es una reproducci¨®n a tama?o real de un pene de gelatina con mando a distancia. Estamos en el plat¨® del popular programa de sexo. Lorena Berd¨²n ejerce de maestra de ceremonias. "La idea del programa es eliminar tab¨²es, despejar dudas y hablar de sexo sin fomentar el morbo. Desde Elena Ochoa, siempre ha habido un hueco en televisi¨®n para contribuir a la educaci¨®n sexual. Pero un programa tan directo como ¨¦ste era impensable hace una d¨¦cada. Tengo suerte: explico lo que quiero, jam¨¢s me han censurado. Lo importante es tratarlo con delicadeza y cari?o". Lorena es optimista: "Los j¨®venes se atreven a preguntar, a pedir ayuda si la necesitan? Y ¨¦sos son pasos vitales para aprender cosas nuevas y derribar mitos". ?El sexo est¨¢ en el aire? "S¨ª, porque lo estamos empezando a ver y a vivir como algo natural que forma parte de nosotros. Sin m¨¢s". En unos minutos, Lorena habla en el aire sobre zonas er¨®genas con esa mezcla de descaro, rigor y naturalidad. Y es que tiene mucho de actriz. Para la prueba de acceso a la Escuela de Cine de Madrid se prepar¨® el famoso orgasmo simulado de Meg Ryan en Cuando Harry encontr¨® a Sally.
Eva Moreno
"Quer¨ªamos romper con la imagen oscura del 'sex-shop"
33 a?os. Psic¨®loga y empresaria. Con una socia, regenta una firma de venta de jugueter¨ªa sexual a domicilio.
Son las 21.00. La cita es en la peluquer¨ªa-galer¨ªa Le Salon d'Apodaca, en Madrid. Una veintena de clientes (ellos y ellas) han acudido al reclamo de una reuni¨®n de 'tappersex', o lo que es lo mismo, una exhibici¨®n de jugueter¨ªa er¨®tica con probador 'in situ'. "Nunca entrar¨ªa en un 'sex-shop', pero si me lo traen a casa, me apunto", explica Ana, historiadora de 30 a?os. Est¨¢ a punto de casarse y cree que la charla "puede ser productiva". La organizadora del evento es Eva Moreno. Llega con un malet¨®n atiborrado de consoladores, tangas con motor, cremas comestibles y otros entremeses sexuales. "Es una charla picante y educativa sobre sexo con prueba y venta de objetos incluida", detalla. Eva, psic¨®loga de formaci¨®n, peregrina desde hace tres a?os por hogares de toda Espa?a con el 'tappersex'. "Estaba en paro y mont¨¦ con mi socia Somersex, un 'sex-shop', en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), con la idea de romper la imagen oscura del sector. Las reuniones son cercanas. Hay m¨¢s mujeres, pero aumentan los chicos dispuestos a gastarse entre 10 y m¨¢s de 100 euros para darle chispa a su vida sexual". Al acabar, quien m¨¢s, quien menos, compra. "Yo, unas bolas chinas a mi chica. Me da morbo que las lleve", confiesa ?lvaro, un cliente.
Facundo Garay
"Internet es un buen sitio para encontrar pe?a muy lanzada"
28 a?os. Usuario habitual de p¨¢ginas de contactos sexuales en la Red.
"El primer d¨ªa que tecleas en tu ordenador www.marqueze.net, pones 10 euros de cr¨¦dito para fotos y v¨ªdeos y te dispones a cerrar una cita, piensas: '?Ser¨¦ un freak?'. Luego, te das cuenta de que ni t¨² ni la gente registrada lo es. Son gente normal con sus apetencias sexuales, y ¨¦ste es un buen sitio para encontrar pe?a lanzada". Lo cuenta Facundo Garay, un argentino de 28 a?os que asegura recurrir a este tipo de webs desde hace tres. "El tiempo que llevo en Madrid. En Buenos Aires no se me hubiera ocurrido entrar, pero en otro pa¨ªs es una buena forma para relacionarse". Una prueba del auge sexual espa?ol es el ¨¦xito de estos negocios. Los 1.300.000 usuarios registrados y las m¨¢s de un mill¨®n de p¨¢ginas vistas al d¨ªa en Marqueze.net, una web espa?ola para adultos fundada en 1996, avalan lo dicho. Su creador, el sevillano Emilio M¨¢rquez, de 27 a?os, dice que en el ciberespacio hay mucho estereotipo. "Un var¨®n en busca de tr¨ªo tiene muchas m¨¢s posibilidades de acabar en la cama con un cibercontacto que una soltera, guapa y liberal. Las lobas asustan. El cambio sociol¨®gico en los ¨²ltimos 10 a?os es brutal. Abundan los tr¨ªos, sobre todo el de pareja heterosexual con chica bisexual, homosexuales activos o pasivos, y aparece cada vez m¨¢s el var¨®n hetero con inquietudes, que quiere sexo oral con otros heterosexuales, pero sin mariconadas". Una curiosidad, el 99% del personal de Marqueze.net son mujeres.
Juan Antonio D¨ªaz y Cristina S¨¢nchez
"Supongo que mis padres nunca compraron lencer¨ªa juntos"
50 y 33 a?os. Funcionario y agente comercial. Est¨¢n casados.
Nos colamos en una escena t¨ªpica de s¨¢bado por la tarde e inusual hace apenas dos d¨¦cadas. Cristina S¨¢nchez, de 33 a?os, renueva su ropa interior con su marido, Juan Antonio D¨ªaz, de 50. "Supongo que mis padres nunca fueron juntos a comprar lencer¨ªa. Entre otras cosas, porque en esa ¨¦poca no hab¨ªa tiendas de este tipo, y a un hombre de los a?os cincuenta no le entraba en la cabeza llevar un tanga", comenta Cristina, mientras Juan Antonio se decide entre unos slips azules o naranjas. ?l no lo duda. "Cada vez va siendo m¨¢s habitual comprar ropa interior divertida. Son tab¨²es que se van perdiendo, aunque todav¨ªa cuesta y tiene que haber mucha comunicaci¨®n y desinhibici¨®n para ir a la tienda de tu barrio y elegir delante de un dependiente c¨®mo quieres que te seduzcan". De fondo, uno de los modelos de la marca se insin¨²a al comprador con un slip apretado. Su mirada se cruza con el cartel de una chica con lencer¨ªa negra y cara de lolita. En esta tienda lo tienen claro. "Nadie se escandaliza por este tipo de publicidad. Es m¨¢s, la gente est¨¢ tan habituada que te piden con naturalidad tal o cual prenda de la foto. Cada vez vienen m¨¢s parejas a comprar juntas, ¨¦l para ella, ella para ¨¦l, ¨¦l para ¨¦l o ella para ella. E incluso hay ropa tradicionalmente masculina, como unos boxers que vendemos tambi¨¦n para mujer". Y es que los publicistas no lo dudan: el mensaje er¨®tico funciona igual para ambos sexos.
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