El traductor chino de 'El Quijote' destaca la actualidad del libro
Dong Yansheng afirma que la obra "representa la paradoja entre lo real y lo ideal"
"El Quijote representa la paradoja que todos tenemos entre lo ideal y lo real. Es una parodia que nos revela la tensi¨®n y el enfrentamiento existente entre estos dos extremos, que nos descubre el forcejeo que hay dentro de cada uno de nosotros por mantener un cierto equilibrio en esta perpetua zozobra entre uno y otro extremo". Dong Yansheng, de 68 a?os, se entusiasma cuando habla de Cervantes. Transmite su amor por la obra cervantina con un castellano literario, rico en vocablos y culto, propio de quien ha pasado muchas horas leyendo a los cl¨¢sicos y trasladando a sus alumnos las aventuras del caballero de la triste figura.
Tiene motivos. Catedr¨¢tico de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pek¨ªn, es autor de la primera traducci¨®n del Quijote realizada directamente desde el castellano al mandar¨ªn y uno de los mejores hispanistas del Imperio del Centro. En el a?o 2000, recibi¨® la Encomienda de la Orden de Isabel la Cat¨®lica por su contribuci¨®n a la difusi¨®n del espa?ol. Asegura que 400 a?os despu¨¦s de su publicaci¨®n, la obra de Miguel de Cervantes sigue siendo de total actualidad. "Sus personajes son universales, incluso en China. Cervantes supo revelar lo m¨¢s esencial del ser humano, y esto no cambia con el tiempo".
El hispanista asegura que el libro era utilizado por Mao Zedong, que hablaba de 'quijotadas'
Dong Yansheng cita de memoria p¨¢rrafos del libro mientras disecciona su trascendencia para la historia de la literatura. "El Quijote es la primera novela moderna. Hasta entonces, la narrativa era totalmente diferente", asegura. "Antes s¨®lo hab¨ªa figuras estereotipadas. Incluso en el Cantar de Mio Cid, se trataba de un caballero sin defectos. Pero en el Quijote, entran en escena personajes corrientes, de carne y hueso, con debilidades, como cualquiera de nosotros. Adem¨¢s, el car¨¢cter de los personajes va evolucionando. Por ejemplo, al principio Sancho Panza es rudo, codicioso y mezquino, pero al contacto con Don Quijote [Tangjihete, en chino] va refin¨¢ndose, incluso en el habla. Se acerca a lo ideal, alej¨¢ndose del pragmatismo prosaico. Al mismo tiempo, Don Quijote deja algunas dosis de locura e idealismo y se aproxima a lo real".
El hispanista recuerda que cuando a mediados de los a?os noventa un editor le propuso que hiciera la primera traducci¨®n directa desde el castellano, le pidi¨® tiempo para reflexionar. "Volv¨ª a leer la versi¨®n -de referencia, que data de principios de los ochenta- que hab¨ªa sido realizada a partir del ingl¨¦s. Y al confrontarla con el texto original, me anim¨¦, porque no iba a cometer tantos errores rid¨ªculos, t¨ªpicos de quien no entiende espa?ol. Hab¨ªa problemas en la utilizaci¨®n de los nombres propios, que, aunque exist¨ªan en chino, la traductora cambi¨®, y en el uso de los pronombres y los tiempos verbales. Tambi¨¦n emplea sustantivos err¨®neos. Mucha gente a¨²n la defiende como la versi¨®n de referencia. Pero estoy decidido a romper ese mito, que es insultante", dice enojado. Y da otro ejemplo: "Cuando Sancho Panza habla de Dulcinea, dice de ella que es una mujer de pelo en pecho. La traducci¨®n hecha a partir del ingl¨¦s, dice que Dulcinea ten¨ªa una pelambre en el pecho".
Decidi¨® aceptar el reto, y se puso a trabajar. "Emple¨¦ tres a?os -ma?ana, tarde y noche-, dedicado casi por entero a esto. Ten¨ªa una agenda as¨ª de gruesa repleta de dudas", afirma mientras forma una C con el ¨ªndice y el pulgar. "Pero yo ten¨ªa la ventaja de que conoc¨ªa a muchos amigos hispanohablantes y cultos".
A pesar de ello, la labor, asegura Yansheng, "fue muy dif¨ªcil". "?El espa?ol y el chino son tan diferentes! Yo lo entend¨ªa, pero no encontraba c¨®mo decirlo en chino. A veces, me tiraba d¨ªas y d¨ªas rompi¨¦ndome la cabeza hasta lograr traducir algunas cosas", afirma este profesor de mirada serena.
El hispanista asegura que la obra de Cervantes, de la que actualmente existen bastantes versiones, era utilizada por Mao Zedong, el fundador de la Rep¨²blica Popular China. "A veces dec¨ªa: 'lo que piensan hacer algunos camaradas son quijotadas".
Dong ha traducido tambi¨¦n el primer tomo de las obras completas de Cervantes, dedicado a teatro y poes¨ªa; la novela El se?or presidente, del premio Nobel guatemalteco Miguel ?ngel Asturias, y es autor de textos de ense?anza del espa?ol. Dice que otros de sus escritores preferidos son Quevedo -"por su tremendo sarcasmo"- y Espronceda.
De su gran pasi¨®n, el Quijote, admira tambi¨¦n c¨®mo los personajes hablan cada uno a su manera, seg¨²n el momento -"existe una polifon¨ªa de voces", se?ala-, y c¨®mo su autor es capaz de desarrollar varias historias en paralelo. "Para hacer esto y no perder al lector, hace falta una gran habilidad narrativa".
Cuando se le pregunta sobre novelas chinas de la trascendencia del Quijote, no duda: entre los cl¨¢sicos, El sue?o del pabell¨®n rojo y Los tres reinos, y a partir de 1911 (fecha de ca¨ªda de la ¨²ltima dinast¨ªa), la obra de Lu Xun, el padre de la literatura moderna china.
El manco de Lepanto, en un acto de clarividencia, ya imagin¨® la trascendencia que su novela -muy popular hoy entre los estudiantes chinos- tendr¨ªa en el pa¨ªs asi¨¢tico. En el pr¨®logo de la segunda parte, afirma en clave de broma en la dedicatoria al Conde de Lemos -su protector- que "el grande emperador de la China" le hab¨ªa escrito una carta "en lengua chinesca" suplic¨¢ndole su libro para utilizarlo en el colegio de lengua castellana que quer¨ªa fundar, y ofreci¨¦ndole el puesto de rector. A continuaci¨®n, Cervantes cuenta que renunci¨® porque el emperador no le hab¨ªa enviado "ninguna ayuda de costa". "Ten¨ªa un gran sentido del humor", dice Dong del genio alcala¨ªno.
![Dong Yansheng.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZIUE4VLECROX2A4KBGD4GBBXHM.jpg?auth=539a0130e1c88cf51d52aa5c3b16321d09ae6921bb8b49ec4da7afdd9a241bae&width=414)
Una vida marcada por los avatares
La vida de Dong Yansheng, como la de los intelectuales de su generaci¨®n, se ha visto profundamente marcada por la agitada historia china del siglo XX. Naci¨® pocas semanas antes del inicio de la invasi¨®n japonesa de China, en 1937, lo que oblig¨® a sus padres a salir huyendo al estar involucrados en la lucha clandestina.
Dong dice que lleg¨® al espa?ol por casualidad, ya que a ¨¦l lo que le interesaba era la literatura rusa. "En aquella ¨¦poca, la Universidad ten¨ªa un proceso especial de selecci¨®n. Enviaba a profesores por toda China, que observaban a los estudiantes. Y se fijaron en m¨ª. Yo estaba en Jinan
[capital de la provincia de Shandong]. Un amigo m¨ªo se inscribi¨® en espa?ol, y yo dije: 'Pues yo tambi¨¦n, as¨ª me sentir¨¦ acompa?ado'. De esta forma decid¨ª mi destino". Fueron cuatro a?os de estudio
de los que en realidad dice que s¨®lo tuvo clases dos, debido primero a la campa?a antiderechista de las Cien Flores y luego al Gran Salto Adelante. "A veces, ten¨ªamos que ir al campo a segar, o a la f¨¢brica a ayudar a los obreros", cuenta.
El Gran Salto Adelante provoc¨® una gran hambruna, que, junto con los desastres naturales, produjo unos 30 millones de muertos. "Todos los d¨ªas pas¨¢bamos hambre", dice. Al acabar los estudios, se qued¨® de profesor en la Facultad de Espa?ol.
Luego lleg¨® la Revoluci¨®n Cultural. "Se paraliz¨® todo. Primero tuve que ir a una granja industrial cerca de Pek¨ªn a cultivar arroz. Luego, toda la Universidad se traslad¨® al campo a la provincia de Hebei. Estudiantes, profesores, miles de personas. Construimos casas para albergarnos, estuvimos alrededor de un a?o. Fue una locura nacional, provocada por un lun¨¢tico". Dong no pudo pasar tiempo en un pa¨ªs hispanohablante hasta 1975, cuando fue a Tijuana (M¨¦xico) de int¨¦rprete para una feria industrial. "Aquello era una especie de prost¨ªbulo de los gringos", recuerda. A?os despu¨¦s, en 1980 estuvo en Espa?a con una beca de Unesco, y regres¨® de nuevo en 1989, y tambi¨¦n en 1999.
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