Tristeza
Hoy ha sido para nosotros un d¨ªa muy triste. Un d¨ªa gris y oscuro, plagado de nubes y tormentas, tanto en lo meteorol¨®gico durante buena parte del d¨ªa como en lo an¨ªmico una vez terminada la etapa. Imag¨ªnense qu¨¦ ganas tengo de escribir.
Denis [Menchov] ha perdido la primera posici¨®n. Ahora es simplemente el segundo. Heras y el Liberty, su equipo, han dado un golpe de efecto a la carrera que ha supuesto el desbarajuste total.
Todos esper¨¢bamos este ataque. No sab¨ªamos ni c¨®mo ni d¨®nde ni cu¨¢ndo, pero estaba claro que en alg¨²n momento se producir¨ªa. Y as¨ª fue.
En un puerto desconocido llamado La Colladiella, de primera categor¨ªa; en un ataque en la bajada temerario, por no decir casi suicida, por parte de Heras, con tres compa?eros esper¨¢ndole justo en el momento en el que lleg¨® al llano. Fue un todo o nada que sali¨® todo. Una jugada redonda, pero que tambi¨¦n habr¨ªa podido salir nada.
Dicen que la suerte no se encuentra, sino que se busca. Ayer, Heras la tent¨®, jug¨® con ella, asumi¨® riesgos y, al final, triunf¨®. Pero no fue para nada un triunfo de la fortuna. Fue un triunfo de la planificaci¨®n, un movimiento t¨¢ctico de su equipo orquestado por su director que sali¨® perfecto.
Roberto se lanz¨® a tumba abierta en la bajada, peligros¨ªsima, pues estaba mojada. Pod¨ªa haber terminado en un hospital. Pod¨ªa, pero termin¨® en el podio. El peligro era el mismo para todos. Para ¨¦l; para Denis, que circulaba sin perderlo nunca de vista, o para m¨ª, que iba tres o cuatro minutos m¨¢s tarde. ?l corri¨® los riesgos necesarios para ganar y gan¨®.
Claro est¨¢ que todo esto no fue m¨¢s que la forma de despegarse de su rival. Una vez conseguido esto, era ya todo cuesti¨®n de fuerzas. Ah¨ª no entraban ni t¨¢cticas ni riesgos. Entonces, todo fue un pulso, perdido de antemano, entre Denis en solitario y Heras con sus compa?eros con el resultado ya sabido.
El futbol es as¨ª, dicen algunos en el telediario, y va a ser que el ciclismo tambi¨¦n. Estas cosas pasan. Hasta ayer todo eran c¨¢balas sobre c¨®mo nos las ¨ªbamos a apa?ar para llegar de amarillo a Madrid. Mir¨¢bamos las etapas, busc¨¢bamos las trampas y, mientras tanto, disfrut¨¢bamos de lo que ten¨ªamos. Ahora parece que lo hemos perdido todo, aunque es una falsa sensaci¨®n porque lo ganado ganado est¨¢. Pero, despu¨¦s de ver el sol de cerca, ?qui¨¦n se conforma con un rayo?
En fin, que ma?ana [hoy] tenemos un nuevo d¨ªa de descanso, que falta nos hac¨ªa, y ahora m¨¢s, y volveremos a la carga con las pilas cargadas, nunca mejor dicho.
Pedro Horrillo es corredor del equipo Rabobank.
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