Una nueva agenda de desarrollo para Am¨¦rica Latina
Latinoam¨¦rica ha avanzado en la correcci¨®n de los desequilibrios macroecon¨®micos, pero tiene pendientes grandes reformas en el ¨¢mbito institucional, econ¨®mico y social.
En el marco de la XV Cumbre Iberoamericana, nos hemos reunido un grupo de economistas iberoamericanos los d¨ªas 7 y 8 de octubre en la ciudad de Salamanca para continuar el trabajo iniciado el pasado a?o y profundizar las propuestas que se incluyeron en la entonces llamada Agenda de Barcelona para el Desarrollo.
Hemos constatado que en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, Latinoam¨¦rica ha avanzado significativamente en la correcci¨®n de los tradicionales desequilibrios macro-econ¨®micos, en la creaci¨®n de un ambiente m¨¢s propicio para la actuaci¨®n privada y en la modernizaci¨®n del Estado. Estos logros mejoran la posici¨®n de Latinoam¨¦rica para afrontar sus retos futuros.
Pese a ello, percibimos que:
Una mayor equidad favorece el crecimiento econ¨®mico a largo plazo
Un desarrollo econ¨®mico exitoso requiere aprovechar las ventajas de la globalizaci¨®n
a) Am¨¦rica Latina ha registrado tasas de crecimiento econ¨®mico y de creaci¨®n de empleo menor que otras ¨¢reas emergentes. Este modesto desempe?o se debe a las consecuencias devastadoras de las crisis macroecon¨®micas y financieras de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
b) No se ha producido una reducci¨®n sustancial de la pobreza y se han perpetuado las desigualdades de oportunidades existentes, lo que hace que Latinoam¨¦rica siga siendo la regi¨®n del mundo con peor distribuci¨®n de la renta.
c) En algunos pa¨ªses, el malestar social y econ¨®mico ha dado lugar a nuevas formas de protesta social que amenazan la institucionalidad democr¨¢tica.
Estamos convencidos que ¨¦ste es el momento para que Am¨¦rica Latina se replantee su agenda de desarrollo. La mayor parte de la regi¨®n ha superado la crisis de finales de los noventa y la actual fase de crecimiento abre la oportunidad de abordar las reformas pendientes.
Am¨¦rica Latina es una regi¨®n heterog¨¦nea, con historias y realidades distintas. Obviar estas diferencias implica caer en simplificaciones pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales que han fracasado reiteradamente. Sin desconocer ciertos principios esenciales de buena gesti¨®n -como la estabilidad macroecon¨®mica, la disciplina fiscal, la prudencia monetaria y la inserci¨®n en la econom¨ªa global-, los problemas econ¨®micos requieren de pol¨ªticas espec¨ªficas a sus circunstancias. En otras palabras, se precisa el desarrollo de agendas nacionales que identifiquen y jerarquicen cu¨¢les son las pol¨ªticas y reformas que puedan tener un mayor impacto sobre el crecimiento.
Los procesos de reformas que se pongan en pr¨¢ctica en cada pa¨ªs ser¨¢n diferentes, as¨ª como la secuencia de su implementaci¨®n.
En nuestras discusiones hemos llegado a un amplio consenso sobre algunos temas que consideramos elementos esenciales de la nueva Agenda:
1. Agendas nacionales consensuadas. Es necesario que todos los actores econ¨®micos y sociales se involucren en el dise?o de estas agendas nacionales. S¨®lo de esta manera es posible crear los consensos necesarios para garantizar la estabilidad de las pol¨ªticas a largo plazo.
El Estado no puede estar ausente en este proceso y debe apoyar y coordinar las prioridades de dichas agendas, aunque es necesario asegurar la transparencia y legitimidad de ese rol. La colaboraci¨®n entre el sector p¨²blico y privado en el dise?o de esas pol¨ªticas es fundamental, pero sin que ello implique sustituir al sector privado como motor del crecimiento.
2. M¨¢s mercados, m¨¢s competencia y mejor Estado. La calidad institucional democr¨¢tica se constata como una condici¨®n necesaria para generar crecimiento sostenido en el marco de sociedades abiertas. Entendemos, que los mayores enemigos de la calidad institucional son la incertidumbre asociada a las discontinuidades del Estado de derecho, la corrupci¨®n y el clientelismo pol¨ªtico. Por ello, recomendamos una acci¨®n pol¨ªtica decidida para combatirlos.
Mejor Estado tambi¨¦n conlleva como requisito el establecimiento de mejores mecanismos de fiscalizaci¨®n, de evaluaci¨®n y de monitoreo de la acci¨®n p¨²blica.
Estamos convencidos de que el mercado es una instituci¨®n fundamental. La expansi¨®n y el perfeccionamiento de los mercados deber¨ªan estar presentes en los procesos de reformas nacionales.
3. Promover oportunidades para incorporar a los pobres al proceso de crecimiento. La desigual distribuci¨®n de oportunidades y la falta de movilidad econ¨®mica y social en Latinoam¨¦rica son de las m¨¢s altas del mundo. Los pa¨ªses necesitan crear las condiciones para llegar a un consenso pol¨ªtico y econ¨®micamente viable, que fije como metas prioritarias la reducci¨®n de la desigualdad de oportunidades y la lucha contra la pobreza extrema. Y no s¨®lo por imperativo ¨¦tico: una mayor equidad favorece el crecimiento econ¨®mico a largo plazo.
4. Educaci¨®n y salud, una buena inversi¨®n. La inversi¨®n en desarrollo humano se destaca como el mejor instrumento para atacar la pobreza y la falta de igualdad de oportunidades. La pol¨ªtica educativa debe ser una prioridad a pesar de que los retornos de esta inversi¨®n son a largo plazo. No s¨®lo es importante asegurar la cobertura, sino tambi¨¦n la calidad de la educaci¨®n. Adem¨¢s, la educaci¨®n -especialmente la superior- debe ser ampliada para mitigar la brecha salarial.
5. Migraciones reguladas, fuente de eficiencia econ¨®mica. Las migraciones internacionales, adecuadamente reguladas, pueden tener efectos funcionales para la promoci¨®n del desarrollo, para la mejora de la eficiencia agregada y para la reducci¨®n de las desigualdades internacionales.
6. Apertura e innovaci¨®n, claves del desarrollo. Un desarrollo econ¨®mico exitoso requiere aprovechar las ventajas de la globalizaci¨®n. Asimismo, es necesario fortalecer una mayor integraci¨®n regional, incluyendo especialmente las infraestructuras, las comunicaciones y la promoci¨®n de v¨ªnculos empresariales entre pa¨ªses. La propuesta de creaci¨®n de anillos energ¨¦ticos es un paso en esta direcci¨®n.
Adem¨¢s, se debe fomentar la promoci¨®n de exportaciones innovadoras que repercutan sobre el conjunto del aparato productivo. La innovaci¨®n requiere de un apoyo eficiente del Estado.
La Inversi¨®n Extranjera Directa es una parte fundamental del proceso de globalizaci¨®n porque incide en la modernizaci¨®n del aparato productivo, aumentando la productividad y facilitando el proceso exportador. Se debe crear el clima necesario para que las empresas extranjeras se sientan atra¨ªdas por nuestras econom¨ªas.
Es prioritario impulsar las negociaciones en la Ronda de Comercio (Doha), especialmente en el ¨¢rea agr¨ªcola, para apoyar el dinamismo exportador y la reducci¨®n de la pobreza rural en la regi¨®n.
7. M¨¢s infraestructuras para crecer. A pesar de los esfuerzos para incorporar la inversi¨®n privada a la provisi¨®n de infraestructuras, hay serias deficiencias -en especial en v¨ªas y puertos- que limitan el acceso a los mercados regionales y mundiales. Se requiere fortalecer la regulaci¨®n y crear nuevos mecanismos que involucren al sector p¨²blico, al privado y promuevan un papel m¨¢s activo de los organismos financieros multilaterales.
8. Pol¨ªticas contrac¨ªclicas y prevenci¨®n de crisis. Reconocemos que buena parte de los pa¨ªses latinoamericanos han logrado meritorios avances en la disciplina macroecon¨®mica que, adem¨¢s, se ha incorporado a la cultura econ¨®mica de estas sociedades como un activo a conservar. Reiteramos la importancia de preservar estos resultados. El siguiente paso es crear espacios para implementar una pol¨ªtica macroecon¨®mica contrac¨ªclica, acumulando un margen de maniobra para compensar las fases recesivas del ciclo econ¨®mico y reducir la vulnerabilidad externa.
9. Flexibilidad cambiaria. Am¨¦rica Latina abarca una amplia gama de reg¨ªmenes cambiarios: desde tipos de cambio flexibles hasta dolarizaci¨®n completa. La mayor autonom¨ªa de los bancos centrales, una mayor responsabilidad fiscal y la menor dolari-zaci¨®n financiera reducen los riesgos de la flexibilidad cambiaria, potenciando sus ventajas. Todo esto justifica la actual tendencia hacia una mayor flexibilidad cambiaria. No obstante, es importante evitar apreciaciones que se perciban como excesivas o transitorias, sin descartar el uso de las reservas.
10. Desdolarizaci¨®n financiera. En aquellos pa¨ªses que han optado por mantener su moneda, la dolarizaci¨®n financiera representa un problema. Los descalces entre activos y pasivos suponen una vulnerabilidad para el sistema financiero y generan efectos riqueza no deseados y prociclicidad en los mecanismos de ajustes cambiarios. Se requiere una acci¨®n decidida para profundizar los mercados dom¨¦sticos en moneda local con la suficiente credibilidad y liquidez.
11. Bancarizaci¨®n y mercados de capitales en moneda local. El bajo nivel de bancarizaci¨®n de la poblaci¨®n, los todav¨ªa elevados niveles de dolarizaci¨®n de algunos sistemas financieros y los hasta ahora elevados niveles de deuda p¨²blica hacen que Am¨¦rica Latina aproveche, s¨®lo parcialmente, su ahorro interno para financiar su crecimiento. Consideramos una prioridad la extensi¨®n y profundizaci¨®n de los sistemas bancarios y de los mercados financieros en moneda local.
12. Adaptaci¨®n de la arquitectura financiera internacional. Los mercados financieros internacionales funcionan con imperfecciones que deben ser abordadas por pol¨ªticas globales. Se necesita disponer de una gama de instrumentos que ayuden a mitigar los efectos nocivos de la excesiva volatilidad de los flujos de capital internacionales, as¨ª como a evitar la prociclicidad de las pol¨ªticas dom¨¦sticas.
El Fondo Monetario Internacional deber¨ªa jugar un papel en el dise?o de instrumentos de liquidez que protejan a los pa¨ªses de las consecuencias de la citada excesiva volatilidad de los mercados financieros internacionales.
Las ideas que aqu¨ª se recogen han sido el fruto de un amplio y profundo debate que recoge el sentir de los participantes dada la realidad actual de Am¨¦rica Latina. Creemos que este conjunto de propuestas aporta nuevos elementos para definir una agenda de desarrollo adaptada a la realidad plural de la regi¨®n y que promueva la sociedad abierta.
(*) Participantes de la Declaraci¨®n de Salamanca: Sebasti¨¢n Edwards (Universidad de California, Los ?ngeles), Ricardo Hausmann (Universidad de Harvard), Eduardo Levy (Universidad Torcuato di Tella), Jos¨¦ Luis Machinea (CEPAL) y 30 firmas m¨¢s.
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