Pluma o manillar
Mucho se ha comparado al nuevo campe¨®n de 250cc, Dani Pedrosa, con Valentino Rossi, que tambi¨¦n reedit¨® su t¨ªtulo de MotoGP. Es cierto que entre ambos existen no pocas concomitancias, adem¨¢s de una sincera admiraci¨®n mutua, y sus trayectorias deportivas presentan cierto paralelismo. Rossi se ha singularizado por conseguir la corona en su segundo a?o en cada categor¨ªa, una constante que ha repetido hasta instalarse como rey en MotoGP. Pedrosa tard¨® algo m¨¢s: pas¨® dos temporadas en 125cc desde que se estren¨® en 2000 y fue campe¨®n a la tercera. Pero en el cuarto de litro lo logr¨® el mismo a?o de su debut (2004), convirti¨¦ndose en el campe¨®n m¨¢s joven de la historia -despojando a Rossi de tal honor- y en el m¨¢s precoz de los espa?oles, al tiempo que repet¨ªa algo que s¨®lo hab¨ªa logrado otro italiano, Carlo Ubbiali, en 1960: conseguir el t¨ªtulo de 125cc un a?o y el de 250cc al siguiente.
Curiosamente, sus personalidades difieren tanto como sus respectivas formas de pilotaje. Rossi ha ido creciendo en el motociclismo apoyado al principio por su padre, Graziano, y luego por una cohorte de amigos, m¨¢nagers y corifeos hasta crear su propio personaje: ese tipo divertido, genial, exuberante, que ejerce una presi¨®n psicol¨®gica insportable sobre sus rivales y oculta con habilidad su lado oscuro, que lo tiene.
Tras los ¨¦xitos de Pedrosa est¨¢ Alberto Puig, el hombre que dirige sus pasos. Brillante piloto de 250cc y 500cc hasta que un grav¨ªsmo accidente en Le Mans le dej¨® fuera de las carreras, Puig ha criado deportivamente a Dani desde que lo descubri¨® en la Copa Movistar Activa y, contra algunas opiniones, apost¨® por ¨¦l en el Mundial. De la relaci¨®n entre m¨¢mager y pupilo nace una confianza mutua. Junto con la experiencia que el primero transmite al segundo viene tambi¨¦n algo de su car¨¢cter y hasta de sus tics.
Pedrosa no ha necesitado hasta ahora enemigos fuera de la pista. Su rivalidad, primero con Toni El¨ªas y luego con Jorge Lorenzo, siempre ha quedado tamizada porque el piloto de Castellar, habitualmente parco en palabras, se expresa con resultados contundentes sobre el asfalto -recordemos la falsa pol¨¦mica del peso de 2004. Los piques de esta temporada con Lorenzo, otro piloto con madera de campe¨®n, se desbarataban por la torpeza verbal del balear. Y ahora que ¨¦ste ha empezado a serenarse es el catal¨¢n quien hace declaraciones extempor¨¢neas diciendo que hay gente que no quiere que gane o que le tiene man¨ªa porque alguien ha escrito que no da la talla, que no aguanta la presi¨®n... -ah¨ª la diferencia con Rossi es clara: el italiano no se corta un pelo cuando algo o alguien no le gustan.
Pero estas pol¨¦micas radicalizadas no aportan nada porque basculan hacia lo personal y se acaba descubriendo el plumero a sus promotores. Porque, salvo contadas excepciones, de los que escribimos sobre esto, ?a qui¨¦n no le gustar¨ªa estar al otro lado de la barrera? El que puede, sabe, corre y gana carreras. Los que no, aqu¨ª estamos, cont¨¢ndolo.
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