El Chelsea tiene piel de elefante
El Betis amag¨® al principio, pero no fue rival para los de Mourinho, que forman el equipo profesional por excelencia
El f¨²tbol tambi¨¦n es cuesti¨®n de espesor. El Betis es un equipo que apunta maneras y tiene algunos jugadores interesantes. Pod¨ªa presumirse una buena actuaci¨®n en Stamford Bridge si el equipo funcionaba a la altura de sus mejores jugadores, si sus mejores ofrec¨ªan su mejor registro, si no hab¨ªa distracciones, si nadie se dejaba impresionar por el equipo que marca el paso en Europa. Demasiadas condiciones para nada bueno. El Betis tuvo sus cinco minutos decentes y amenaz¨® al Chelsea con un partido que no se produjo. Al Betis le falt¨® el espesor del Chelsea, el equipo profesional por excelencia. Juegue bien o mal, funciona con una intensidad a la que no llega el Betis ni de lejos. Es cierto que no tiene a un presidente de chequera inagotable, pero eso no explica suficientemente la diferencia que se observ¨® en Stamford Bridge. Al Chelsea le import¨® poco su discreta actuaci¨®n en el primer tiempo. Lo termin¨® con dos goles de ventaja. Dos concesiones del Betis, dos ingenuidades demoledoras frente a un equipo que rara vez se equivoca. Al superficial Betis se opuso el Chelsea y su piel de elefante.
CHELSEA 4 - BETIS 0
Chelsea: Cudicini; Gallas, Terry, Carvalho, Del Horno; Essien, Makelele (Diarra, m. 76), Lampard, Joe Cole; Wright-Phillips (Gudjohsen, m. 66) y Drogba (Hern¨¢n Crespo, M. 46).
Betis: Doblas; Melli, Rivas, Juanito, ?scar L¨®pez (Xisco, m. 46); Valera, Rivera, Miguel Angel (Assun?ao, m. 55), Edu; Joaqu¨ªn y Oliveira.
Goles: 1-0. M. 24. Essien roba un bal¨®n en el centro del campo b¨¦tico, pasa en profundidad sobre Drogba y marca sobre la salida de Doblas. 2-0. M. 44. Lampard ejecuta una falta; el bal¨®n va a las manos de Doblas, pero se le escapa en la l¨ªnea de gol y Carvalho empuja la pelota. 3-0. M. 60. Cole, de disparo colocado desde fuera del ¨¢rea. 4-0. M. 65. Crespo cabecea un centro de Wright-Phillips desde la banda derecha
?rbitro: Terje Hauge (Noruega). Amonest¨® a Wright-Phillips, Rivas, Valera, Joaqu¨ªn, Xisco, Gallas y Rivera.
Unos 40.000 espectadores en el campo Stamford Bridge de Londres.
Juegue bien o mal, el cuadro ingl¨¦s funciona con una intensidad a la que no llega el sevillano
No le sirvi¨® de nada al equipo espa?ol su prometedor arranque, con tres llegadas que no desestabilizaron al Chelsea. Simplemente, se anunci¨® un partido falso. Durante un rato, el Betis movi¨® la pelota con soltura y se defendi¨® con ciertas garant¨ªas. En el medio campo, Rivera tiraba hilos y los dem¨¢s respond¨ªan a su alrededor. Dos oportunidades del Betis -un centro de Joaqu¨ªn que se envenen¨® en el ¨²ltimo momento y una imperfecta media vuelta de Edu- no impresionaron al Chelsea. No estaba c¨®modo en el partido, no encontraba a Drogba, no funcionaba con facilidad en el medio campo, pero el Chelsea proyecta una idea curiosa: daba una sensaci¨®n absoluta de superioridad. Estaba seguro de lo que hac¨ªa. No se descompuso nunca. S¨®lo esper¨® su momento. Pod¨ªa llegar de varias maneras: por la calidad de sus jugadores o por los errores del Betis. Del primer error se encarg¨® Varela, que comenz¨® a conducir la pelota y se la entreg¨® a Essien en el peor momento y en la peor zona posible. Essien intercept¨® el bal¨®n y busc¨® r¨¢pidamente a Drogba, que aprovech¨® el desconcierto defensivo. Se perfil¨® ante Doblas y le bati¨® en el mano a mano.
Sin ning¨²n alarde, el Chelsea ten¨ªa el partido en sus manos. Caz¨® el gol en el primer error del Betis y remat¨® la noche en el segundo fallo. Esta vez lo protagoniz¨® Doblas, que convirti¨® una sencilla intervenci¨®n en un desastre irreparable. Lampard lanz¨® una falta intrascendente: la pelota sali¨® blanda y nadie acudi¨® al remate. Doblas estir¨® los brazos para atajar el centro y, de repente, sufri¨® un ataque de p¨¢nico. Solt¨® el bal¨®n, lleg¨® como un tiro Carvalho y el Betis recibi¨® el segundo tanto. Lo que se anunciaba como un encuentro interesante deriv¨® en un paseo imperial del Chelsea. Es temible en casi todos los aspectos del juego, pero resulta especialmente letal en el contragolpe.
Todo el segundo tiempo fue un manual del contragolpe. El Betis estuvo desarbolado, sin ning¨²n recurso. Hab¨ªa apuntado alguna cosa, pero los errores fueron devastadores. En la Copa de Europa, frente a rivales de la naturaleza del Chelsea, o se hace el partido perfecto o la derrota es inevitable. Regres¨® derrotado al campo, sometido a la peor tortura. Manejaba el bal¨®n, pero su f¨²tbol era artificioso, sin ninguna contundencia. Era un equipo ca¨ªdo. El Chelsea represent¨® exactamente lo contrario, un equipo que sabe lo que tiene que hacer en cada momento. Un equipo adulto. La segunda parte fue un entrenamiento. Se tap¨® un poco y fue desplegando contragolpes cada vez que interceptaba la pelota. En uno de ellos apareci¨® Joe Cole, uno de los jugadores ingleses m¨¢s creativos. Mourinho lo ha modelado en las dos ¨²ltimas temporadas. Cole es ahora un futbolista m¨¢s concreto y directo. Y todav¨ªa mantiene la chispa. Coloc¨® un remate magn¨ªfico, lleno de sutileza y precisi¨®n, que super¨® a Doblas.
El cuarto fue todav¨ªa mejor. El contragolpe en su m¨¢xima expresi¨®n: la apertura de Lampard hacia el costado derecho, la galopada de Wright-Philips, el centro y el cabezazo intempestivo de Hern¨¢n Crespo. Todo en un instante. Fue una belleza de gol y la representaci¨®n de lo que sucedi¨® en un partido que explic¨® esencialmente la diferencia de espesor entre dos equipos.
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