"El problema n¨²mero uno", seg¨²n Roma

"Desde hace m¨¢s de un a?o, Espa?a es en el Vaticano 'el problema n¨²mero uno' entre los pa¨ªses occidentales", escribe esta semana Ecclesia, la revista se?era de la Conferencia Episcopal. Se sab¨ªa. El 22 de enero pasado, Juan Pablo II, enfermo ya de muerte, sorprendi¨® a un grupo de obispos espa?oles, de visita oficial en Roma, con una pregunta que delataba la preocupaci¨®n del anciano pont¨ªfice y sus colaboradores. "?Y Zapatero qu¨¦ hace?", requiri¨®. Cuatro d¨ªas m¨¢s tarde, ante el cardenal Rouco, el Papa proclam¨® en solemne discurso que el Gobierno socialista "ignora y cercena" la libertad religiosa de los espa?oles, y atac¨® incluso la paralizaci¨®n del Plan Hidrol¨®gico Nacional, promovido por el ¨²ltimo Gobierno del PP, por "olvidar", dijo el Papa, "el deber de compartir el uso del agua" y por azuzar "la confrontaci¨®n social".

La ofensiva contra el Ejecutivo socialista se inici¨® nada m¨¢s ganar el PSOE las elecciones

El nuncio (embajador) de la Santa Sede en Madrid, el arzobispo portugu¨¦s Manuel Monteiro, fue convocado al d¨ªa siguiente al Ministerio de Exteriores, donde un subsecretario le expres¨® el malestar del Gobierno por la injerencia del Estado vaticano en asuntos internos espa?oles. Aquel mismo d¨ªa -26 de enero-, por la tarde, el presidente Rodr¨ªguez Zapatero, de viaje en Buenos Aires, remachaba serenamente la r¨¦plica. "Espa?a vive hoy el momento de mayor libertad religiosa de su historia", dijo.

En Roma no han cambiado de opini¨®n, desde entonces. Todo lo contrario. La legalizaci¨®n de las uniones entre personas del mismo sexo con el nombre de "matrimonio", un asunto intocable para el Vaticano, elev¨® el nivel de las execraciones. Ni las catacumbas de Ner¨®n o la persecuci¨®n de Diocleciano, ni la Revoluci¨®n francesa, ni la p¨¦rdida de los Estados Pontificios, ni el martirio de decenas de miles de cristianos por causa de su fe en el siglo pasado, sin ir m¨¢s lejos... Seg¨²n los obispos, la reciente legalizaci¨®n del matrimonio gay en Espa?a es "el momento m¨¢s excepcional de la Iglesia cat¨®lica en sus 2.000 a?os de historia". "Estamos en una situaci¨®n ¨²nica en la historia de la humanidad. La Iglesia nunca se encontr¨® con nada parecido", remach¨® el 16 de junio pasado el portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, reputado te¨®logo y ex director de la Comisi¨®n para la Doctrina de la Fe en Madrid. Su superior en Roma durante d¨¦cadas, el cardenal Joseph Ratzinger, hoy papa Benedicto XVI, hab¨ªa alzado antes su voz, como responsable de la poderosa congregaci¨®n heredera del Santo Oficio de la Inquisici¨®n. "Es una ley que destruye elementos b¨¢sicos de un sistema de derecho", dijo el 19 de noviembre de 2004.

El papa Ratzinger dibuj¨® hace un mes ante el S¨ªnodo de Obispos un panorama apocal¨ªptico de la sociedad occidental, "una vi?a devastada por jabal¨ªes", dijo. Espa?a est¨¢ a la cabeza, seg¨²n el Vaticano. "Media docena de cardenales de la Curia lo han hecho notar vigorosamente, tanto en Roma como en visitas a Espa?a, por lo que no se puede afirmar que la situaci¨®n es de 'normalidad democr¨¢tica", escribe esta semana Ecclesia (http://www.revistaecclesia.com).

La ofensiva episcopal contra el Gobierno viene de lejos, desde el mismo d¨ªa de la victoria del PSOE, en marzo de 2004. Las reformas aprobadas m¨¢s tarde hab¨ªan sido anunciadas por el candidato Rodr¨ªguez Zapatero, de forma que cuando ¨¦ste era ya presidente, el cardenal Rouco, l¨ªder entonces de los obispos, compareci¨® en el hotel Ritz de Madrid para repudiar los cambios previstos, uno por uno, con la promesa, por cierto, de no "movilizar" a la Iglesia contra ellos.

El cardenal repas¨® el cat¨¢logo de los conflictos (derecho a la libertad de ense?anza, asignatura de religi¨®n, acceso a los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, renovaci¨®n del acuerdo de 1987 sobre financiaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica por el Estado y las consabidas subversiones del sexo y la moral que, seg¨²n los prelados, tra¨ªa bajo el brazo el nuevo Gobierno, como el llamado divorcio expr¨¦s, las uniones gays o la investigaci¨®n con embriones con fines terap¨¦uticos...). El prelado sentenci¨® que, pese a haber hablado por tel¨¦fono con el presidente "durante cierto tiempo y en un contexto de amabilidad clara", su conclusi¨®n era muy pesimista. Creyente y todo, Rouco ve¨ªa m¨¢s pr¨®xima y cierta "la pascua de la resurrecci¨®n de nuestro se?or Jesucristo" [la Semana Santa estaba al caer aquel 26 de marzo del 2004], que el que el l¨ªder del PSOE declinara sus intenciones reformistas.

"Nos persiguen", escribi¨® la semana pasada el arzobispo de Granada, Francisco Javier Mart¨ªnez, que ayer se manifest¨® en Madrid. La idea de que Espa?a vive una situaci¨®n de "misi¨®n", e incluso "martirial", la reiteran con frecuencia los prelados, como si a¨²n persistiera entre los espa?oles, seg¨²n ellos, la idea cainita de Las dos ciudades. El t¨ªtulo de la pastoral que lanz¨® el 30 de julio de 1936 el obispo de Salamanca y futuro cardenal primado de Toledo, Enrique Pla y Deniel.

Algunos prelados piensan que Espa?a retorna a aquellos precipicios. El vicepresidente de la Conferencia Episcopal, el arzobispo Antonio Ca?izares, primado de Toledo, dice incluso que est¨¢ en peligro "la unidad de la naci¨®n", o que el proyecto de Estatuto catal¨¢n, en tr¨¢mite en las Cortes, "es una puerta abierta al incesto, la poligamia y la poliandria".

Al margen de opiniones, conviene recordar que estas disputas, por severas que parezcan, no son novedad. La legalizaci¨®n del divorcio durante los Gobiernos de Adolfo Su¨¢rez (1977-1982), o la despenalizaci¨®n del aborto y la aprobaci¨®n de varias leyes educativas por los Ejecutivos de Felipe Gonz¨¢lez (1982-1996), provocaron trifulcas parecidas entre el poder pol¨ªtico y los eclesi¨¢sticos. Incluso el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (1996-2004) se vio obligado a llamar a cap¨ªtulo al nuncio del Papa para protestarle con severidad una pastoral de los obispos vascos contra la Ley de Partidos.