Bosnia intenta dejar atr¨¢s la posguerra
EE UU y la Uni¨®n Europea negocian con musulmanes, serbios y croatas una nueva Constituci¨®n
S¨®lo una tard¨ªa, pero contundente, intervenci¨®n de la comunidad internacional logr¨® parar la guerra de Bosnia hace diez a?os, con la firma de los acuerdos de paz de Dayton. Ahora, tanto Estados Unidos como la Uni¨®n Europea han puesto en marcha una ambiciosa reforma de aquel pacto, con el que se ha gobernado Bosnia durante la ¨²ltima d¨¦cada. Los l¨ªderes de las tres comunidades, musulmanes, serbios y croatas, se reunieron el pasado fin de semana en Bruselas en la primera ronda de consultas para crear una nueva Constituci¨®n, que acabar¨¢ con las divisiones ¨¦tnicas vigentes hasta ahora y que impulsar¨¢ un Gobierno central mucho m¨¢s fuerte. Las conversaciones continuar¨¢n hoy en Washington. El camino no ser¨¢ f¨¢cil ni corto, pero el tiempo no es infinito ya que Bosnia comenzar¨¢ a negociar en diciembre con Bruselas el Pacto de Asociaci¨®n y Estabilidad, el primer paso en su camino hacia la UE.
En cinco a?os se crear¨¢ una polic¨ªa ¨²nica para todo el pa¨ªs. Ahora hay 14 cuerpos diferentes
Las declaraciones sobre la necesidad de superar Dayton se han intensificado conforme se acerca la conmemoraci¨®n de los acuerdos de paz -anunciados el 21 de noviembre de 1995, aunque se firmaron oficialmente en Par¨ªs el 14 de diciembre-. El alto representante para Bosnia, el veterano pol¨ªtico brit¨¢nico Paddy Ashdown, que se despedir¨¢ en breve de su cargo como gobernador de facto del pa¨ªs, asegur¨® el pasado martes ante el Consejo de Seguridad de la ONU "que Dayton ha terminado su ciclo" y que debe encontrarse "otro marco constitucional que permita seguir avanzando".
"Nadie dijo que Dayton estaba escrito en la roca", ha declarado el vicesecretario de Estado de Estados Unidos, Nicholas Burns, mientras el comisario europeo para la Ampliaci¨®n, Olli Rehn, se ha referido a la "b¨²squeda de un consenso" para revisar el tratado.
"Dayton es un documento-Frankenstein", asegura el intelectual bosnio y profesor de Derecho, Zdravko Grebo, una de las voces m¨¢s cr¨ªticas y escuchadas del pa¨ªs. "Es un documento firmado en una base militar extranjera y hasta su arquitecto, el diplom¨¢tico Richard Holbroke, dijo que hab¨ªa que cambiarlo. Es verdad que par¨® la guerra, pero todo lo dem¨¢s no vale. Dividir el pa¨ªs en dos entidades seg¨²n la etnia es como dividir el tejido vivo de una persona. Las instituciones conjuntas no est¨¢n funcionando. Habr¨ªa que crear un modelo en el que los derechos personales estuviesen por encima de los colectivos", agrega Grebo.
"Dayton fue considerado como un libro sagrado impuesto por extranjeros, pero a lo largo de los a?os muchas cosas han sido modificadas", asegura por su parte el periodista Senad Hadzifejzovi, presentador del telediario de mayor audiencia de Bosnia y que durante la guerra fue el rostro de los informativos de la televisi¨®n estatal.
Los acuerdos de Dayton, que llevan el nombre de la base estadounidense de Ohio en el que fue negociado, par¨® la guerra de Bosnia, durante la que, en 43 meses, los radicales serbios perpetraron un genocidio contra los bosnios musulmanes: murieron 250.000 personas, en su mayor¨ªa civiles, y huyeron de sus casas 1,8 millones de personas (casi la mitad de la poblaci¨®n).
Pero el acuerdo dej¨® al pa¨ªs dividido en dos entidades: la Federaci¨®n Croata Musulmana (51% del territorio, dividido a su vez en 10 cantones) y la Rep¨²blica Serbia (49%). Las instituciones federales, respaldadas sobre todo por los bosnios (48,3% de la poblaci¨®n frente a un 34% serbios y un 15,4% croatas, seg¨²n el censo de 1991), son muy d¨¦biles frente a las de las entidades.
Los criterios exigidos por Bruselas, no ya para la integraci¨®n plena, sino para los pasos previos de acercamiento, obligan a enterrar una parte muy importante de Dayton. Aunque el fin de semana de negociaciones en Bruselas fue infructuoso -no pod¨ªa ser de otra forma, ya que se trata de transformar por completo el equilibrio de la posguerra y transferir el poder de las nacionalidades a los ciudadanos-, en los ¨²ltimos tiempos se han dado pasos importantes, como la reforma de la polic¨ªa, aceptada a rega?adientes por los serbios en octubre.
En cinco a?os se crear¨¢ una polic¨ªa ¨²nica para todo el pa¨ªs (actualmente hay 14 cuerpos diferentes, dominados por las fuerzas pol¨ªticas), regida por criterios profesionales no ¨¦tnicos. Y no se trata s¨®lo de un problema de instituciones: la econom¨ªa, con un 40% de paro y un tejido industrial nunca reconstruido tras la guerra, es un desastre pese a la enorme inversi¨®n internacional (unos 5.700 millones de euros desde 1995).
El diario brit¨¢nico The Guardian asegur¨® la semana pasada que Estados Unidos ha redactado ya un nuevo borrador de Constituci¨®n, coordinado por el diplom¨¢tico estadounidense Donald Hays, que significar¨ªa "la transformaci¨®n total del pa¨ªs". La nueva Carta Magna convertir¨ªa a Bosnia "en un pa¨ªs normal, estable y unificado". "Al final, la comunidad internacional tendr¨¢ que imponer el documento, porque nunca se van a poner de acuerdo. El problema est¨¢ en saber cu¨¢ndo se da el paso", afirma un veterano observador de la pol¨ªtica bosnia.
Con Dayton llegaron a Bosnia 66.000 soldados internacionales. Ahora est¨¢n desplegados 7.000 (500 de ellos espa?oles) bajo el nombre de Eufor, en una misi¨®n militar de la Uni¨®n Europea que re¨²ne a 33 pa¨ªses. Frente a la presencia constante de los primeros a?os de la posguerra, Eufor mantiene ahora un perfil mucho m¨¢s bajo. "Nuestra labor es la creaci¨®n de un entorno seguro y la disuasi¨®n", asegura el general espa?ol Benito Raggio, al mando hasta febrero de los 1.500 efectivos de siete pa¨ªses desplegados en la zona sureste de Bosnia-Herzegovina, con base en Mostar.
Las tropas de la Eufor llevan a cabo misiones de vigilancia de fronteras o contra los tr¨¢ficos ilegales. Todav¨ªa un 25% de los bosnios considera que la misi¨®n de la Eufor es imprescindible para que no vuelva a estallar otro conflicto. Que un 75% considere lo contrario es un avance fundamental en un pa¨ªs que tras la guerra ha quedado roto.
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