El campe¨®n africano

Fieles al esp¨ªritu africano, T¨²nez tiene su apodo: Las ¨¢guilas de Cartago, un cl¨¢sico del f¨²tbol de su continente que tiene a gala haber sido el primer equipo africano en lograr una victoria en un Mundial. En 1978, cuando logr¨® su primera clasificaci¨®n, T¨²nez consigui¨® derrotar a M¨¦xico (3-1), lo que signific¨® un hito para un continente emergente llamado a mayores logros en el f¨²tbol internacional. Desde entonces no ha vuelto a ganar, a pesar de que disput¨® los Mundiales de 1998 y 2002, convirti¨¦ndose casi en un cl¨¢sico de aquella confederaci¨®n. En la fase previa al Mundial de Alemania, T¨²nez ten¨ªa como principal enemigo a Marruecos, al que super¨® por un punto. En el partido decisivo, los tunecinos acudieron tranquilos: en m¨¢s de cuarenta partidos disputados entre ambos pa¨ªses, T¨²nez jam¨¢s ha perdido con Marruecos.

Fiel a sus or¨ªgenes futbol¨ªsticos, T¨²nez ha confiado en la mano de un entrenador franc¨¦s. En 1978 fue Henri Michel, ahora es Roger Lemerre, dos ¨ªdolos de la selecci¨®n francesa a la que llevaron a las m¨¢s altas cotas del ¨¦xito. Entre medio estuvieron Francesco Scoglio y el alem¨¢n Krautzen. Pero ser¨¢ Roger Lemerre quien dirigir¨¢ un colectivo basado en muchos futbolistas de la Liga tunecina con un gu¨ªa deportivo en el campo: el lateral Trabelsi, del Ajax, un portento f¨ªsico que comenz¨® de extremo y luego fue reconvertido a la defensa para aprovechar sus fabulosas facultades. Trabelsi sin embargo sufri¨® una grave lesi¨®n que le ha puesto en el mercado.

Frente a su veteran¨ªa destaca la irrupci¨®n del joven delantero Guemamdia, llamado a formar parte de los grandes goleadores africanos. Junto a ¨¦l el brasile?o nacionalizado Clayton, que ha jugado en el Oporto, ha ayudado a conseguir los goles que T¨²nez necesit¨® para alcanzar un lugar en el sorteo celebrado ayer en Leipzig. Santos, otro brasile?o al que Lemerre conoc¨ªa del Sochaux franc¨¦s y recomend¨® que se nacionalizara tunecino, ha sido otra baza en el camino de T¨²nez que se proclam¨® campe¨®n de Africa en 2005.

La escuela francesa prevalece en una selecci¨®n que siempre ha cultivado un gusto por el bal¨®n, por el f¨²tbol pausado y de control, muy lejos de las acometidas feroces. Si Luis Aragon¨¦s quer¨ªa equipos que jugasen al f¨²tbol, T¨²nez pretende cumplir esa m¨¢xima con mayor o menor ¨¦xito. Desde que gan¨® a Mexico en 1978 no ha vuelto a ganar un partido en un Mundial, lo que le hace m¨¢s imprevisible.

T¨²nez no es el t¨ªpico caso de futbolistas emigrantes. La selecci¨®n norteafricana es una mezcla de jugadores que militan en el f¨²tbol europeo (Italia, Alemania, Holanda) y futbolistas que juegan en el f¨²tbol africano, y particularmente tunecino. Su grado de identidad es absoluto. Lemerre s¨®lo ha tamizado un colectivo variopinto para que no decaigan en la estrategia y no cultiven la anarqu¨ªa que se les supone a los animosos equipos africanos.