Dos d¨¦cadas de impulso a la econom¨ªa
La adhesi¨®n a la UE abre un periodo de reformas y de acercamiento a Europa en el nivel de vida
M¨¢s de 6.000 kil¨®metros de autov¨ªas, trenes de alta velocidad, empresas de tama?o europeo, una moneda com¨²n para moverse por 12 pa¨ªses... La econom¨ªa espa?ola ha vivido en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas uno de los periodos de mayores transformaciones de su historia. Cambios que se explican por la adhesi¨®n a la Uni¨®n Europea (UE), de la que ahora se cumplen 20 a?os.
Espa?a entr¨® en ese club de pa¨ªses ricos, un 1 de enero de 1986, como un socio alejado de los niveles de bienestar y modernidad de sus vecinos del norte. Hoy est¨¢ m¨¢s cerca de medirse con ellos en renta por habitante, con 20 puntos de progreso, uno por a?o, hasta alcanzar el 90% de la media de la Europa de los Quince. Con la Europa de los Veinticinco, Espa?a se sit¨²a ya en la media.
Los fondos europeos han financiado 4 de cada 10 kil¨®metros de autov¨ªas desde 1986
La econom¨ªa espa?ola est¨¢ embarcada ahora en el reto de la productividad
Con la crisis monetaria de 1992 se destruy¨® todo el empleo creado en los a?os ochenta
Algunos de los protagonistas directos de estos a?os coinciden en resaltar el acierto de engancharse al tren de Europa. "Ganamos estabilidad pol¨ªtica y conseguimos elevar nuestra categor¨ªa como pa¨ªs", explica el ex ministro Carlos Solchaga, que fue protagonista de la adhesi¨®n de Espa?a a la UE como titular de la cartera de Econom¨ªa con el Gobierno socialista de Felipe Gonz¨¢lez.
"La econom¨ªa espa?ola ha protagonizado un brillante proceso de convergencia", a?ade. Un proceso en el que "algunos han perdido, por ejemplo, sectores como la miner¨ªa o algunas industrias pesadas, pero tampoco habr¨ªan podido mantenerse".
"Casi todos los cambios econ¨®micos de estos a?os han tenido que ver de una u otra forma con el ingreso en la Uni¨®n Europa", valora Rodrigo Rato, ex ministro de Econom¨ªa con el Gobierno del PP. "Se ha producido", a?ade, "un alt¨ªsimo grado de integraci¨®n en la econom¨ªa internacional y en la econom¨ªa europea en todos los aspectos. Esto ha permitido a las empresas y hogares de Espa?a acceder a los mercados internacionales, expandirse hacia el extranjero y obtener financiaci¨®n".
Buena prueba de esa apertura es la relevancia que han adquirido las empresas y bancos espa?oles. El Santander es hoy la primera entidad financiera de la zona euro. Entre las empresas, Telef¨®nica es la segunda compa?¨ªa de telecomunicaciones y entre las cinco primeras constructoras de la eurozona hay cuatro espa?olas (ACS, FCC, Acciona y Sacyr).
La vida diaria de muchos sectores econ¨®micos tampoco se entender¨ªa hoy sin ese contexto europeo. El 90% de la inversi¨®n que recibe Espa?a de todo el mundo proviene de la Uni¨®n Europea. Tambi¨¦n el 87% de los turistas, as¨ª como el 74% de nuestras exportaciones y el 66% de las importaciones. El euro es hoy la moneda com¨²n que facilita todos estos intercambios.
Para los ciudadanos en general, la pertenencia a Europa ha supuesto mejoras en el bienestar y en la calidad de vida. Buena parte de esos avances se explican por los fondos a los que Espa?a ha podido acceder y que suman m¨¢s de 150.000 millones de euros en estos ¨²ltimos 20 a?os. Son los fondos para la agricultura (FEOGA), los destinados al desarrollo regional (FEDER), a la formaci¨®n (FSE) y el Fondo de Cohesi¨®n.
En la agricultura, por ejemplo, algunos sectores y zonas concretas se habr¨ªan venido abajo si no es por la red de protecci¨®n que proporciona Europa. En estos a?os, las ayudas directas recibidas de la UE representan nada menos que el 24% de la renta agraria anual. Las transferencias se han multiplicado por 10 los ¨²ltimos 20 a?os, hasta alcanzar 6.400 millones de euros en 2004. En total, unos 80.000 millones de euros en este periodo. La financiaci¨®n de infraestructuras es otro de los frutos palpables de la integraci¨®n. Del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) han entrado en Espa?a unos 40.000 millones de euros en estos ¨²ltimos 20 a?os. Su objetivo es favorecer el desarrollo de las infraestructuras y ayudar a zonas deprimidas para corregir las desigualdades regionales.
En el a?o 1986, Espa?a contaba con 773 kil¨®metros de autov¨ªas gratuitas, hoy son 6.267 kil¨®metros. Cuatro de cada 10 kil¨®metros de estas autov¨ªas han sido financiadas con fondos europeos. Hasta el a?o 1992 no hubo tren de alta velocidad en Espa?a. Hoy funcionan el Madrid-Sevilla, el Madrid-Lleida y el Madrid-Toledo. De cada 100 euros invertidos en Espa?a en ferrocarriles, 38 se han costeado con dinero procedente de Europa.
Algunos de los m¨¢s importantes proyectos que se han puesto en marcha entre 2000-2006 son los siguientes: el AVE C¨®rdoba-M¨¢laga; la autov¨ªa del Cant¨¢brico en Asturias; la autov¨ªa de la Plata en Extremadura; la desaladora de Carboneras en Almer¨ªa; la l¨ªnea de alta velocidad Madrid-Segovia-Valladolid; la autov¨ªa Albacete-Murcia; el gran telescopio de Canarias; la ampliaci¨®n del Recinto Ferial de Barcelona, y la ampliaci¨®n del Puerto del Ferrol.
El Fondo de Cohesi¨®n es otra de las ayudas de las que se ha beneficiado Espa?a en estos a?os. Se empez¨® a percibir en 1993 y hasta ahora han llegado unos 12.000 millones de euros. El objetivo es ayudar a Espa?a a conseguir superar el 90% de la media de renta de la Uni¨®n Europea. Ese fondo se est¨¢ traduciendo tambi¨¦n en ayudas para proyectos concretos.
Por ejemplo, el AVE Madrid-Barcelona (3.518 millones de euros de ayuda); el puerto de Barcelona (277,2 millones); el puerto de Gij¨®n (247,5 millones); el puerto de Langosteira en A Coru?a (257,5 millones); abastecimiento de agua en Zaragoza (70,9 millones); la presa Melonares en Andaluc¨ªa (28,8 millones), entre otros.
Para Jos¨¦ Luis Malo de Molina, director del Servicio de Estudios del Banco de Espa?a, el man¨¢ de los fondos europeos no es, sin embargo, lo esencial en el proceso de modernizaci¨®n que ha vivido la econom¨ªa espa?ola en estos ¨²ltimos a?os. "Apenas representan un 1% del PIB", se?ala. "Son s¨®lo una peque?a parte de esta historia; lo que se ha conseguido ha sido, sobre todo, con el propio esfuerzo", a?ade.
Rodrigo Rato coincide con esta idea. "La adhesi¨®n a la UE, as¨ª como los fondos europeos, han desempe?ado y desempe?an un papel clave. Pero s¨®lo representan oportunidades que se habr¨ªan desperdiciado si no se hubieran realizado reformas importantes". Por ejemplo, "el desarrollo de un marco macroecon¨®mico estable y predecible; o el proceso de liberalizaci¨®n del mercado laboral", concluye Rato.
Malo de Molina ha estado tambi¨¦n en primera l¨ªnea durante estos a?os de adhesi¨®n a Europa, proceso que califica de "extraordinario ¨¦xito para Espa?a". Aunque tambi¨¦n ha habido momentos dif¨ªciles, incluso antes de entrar en Europa. El proceso de adaptaci¨®n de una econom¨ªa cerrada y tutelada, que ven¨ªa del franquismo, hacia un marco abierto, estuvo en el origen de la penosa crisis de los ochenta. "Pero nada m¨¢s entrar en la UE se empezaron a percibir los efectos beneficiosos; empezamos a recibir los fondos europeos y la econom¨ªa inici¨® un largo proceso de expansi¨®n", explica Malo de Molina.
Nadie se libr¨® de esa transformaci¨®n y menos que nadie el sistema fiscal. Espa?a tuvo que eliminar el impuesto de tr¨¢fico de empresas y sustituirlo por el IVA. Entre otras razones, porque ¨¦ste es uno de los baremos para la contribuci¨®n espa?ola al presupuesto comunitario. "Es lo m¨¢s traum¨¢tico que nos ocurri¨® entonces", explican Mariano G¨®mez del Moral y Antonio Mart¨ªnez, directivos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica.
La entrada en la UE supuso un impulso importante para las estad¨ªsticas nacionales, y tambi¨¦n una mayor exigencia. A Europa hay que rendir cuentas para casi todo. De ello se deriva no s¨®lo lo que se aporta al conjunto del presupuesto comunitario, tambi¨¦n lo que se recibe de lo
s fondos europeos. Una dificultad es conseguir cuadrar los datos del comercio exterior con la desaparici¨®n de aduanas. "Lo que dice Francia que nos exporta no tiene que ver con las importaciones que declara Espa?a", dicen del Moral y Mart¨ªnez. Tampoco es f¨¢cil determinar lo que gastan en Espa?a los turistas europeos, ya que pagan en euros, como los espa?oles.
Un momento clave en este proceso de adaptaci¨®n de las estad¨ªsticas fue la aprobaci¨®n por Espa?a de los criterios de convergencia para la moneda ¨²nica, bautizada despu¨¦s como euro. Fue en 1998 y Espa?a "tuvo alguna dificultad" para que se aceptaran las cifras presentadas, explican los dos estad¨ªsticos. Alguna de ellas, como la contabilidad de la deuda de RTVE ya se ha resuelto y otras, como la financiaci¨®n de infraestructuras fuera del presupuesto, a¨²n colean.
Antes de llegar al euro, el Gobierno espa?ol decidi¨® la incorporaci¨®n de la peseta al sistema monetario europeo, s¨®lo tres a?os despu¨¦s de la adhesi¨®n. Aquella cesta de monedas con fluctuaciones fijas entr¨® en crisis en el a?o 1992. La econom¨ªa espa?ola tambi¨¦n se vino abajo -"se destruy¨® todo el empleo creado en los a?os ochenta", recuerda Malo de Molina- y la peseta tuvo que sufrir varias devaluaciones. "Es la etapa del descarrilamiento de la convergencia", explica el economista del Banco de Espa?a.
Es un periodo en el que se produce un profundo bache despu¨¦s de la euforia que supuso la entrada en Europa. La econom¨ªa espa?ola tiene un fuerte desequilibrio exterior, la inflaci¨®n es alta, los tipos de inter¨¦s tambi¨¦n y los espa?oles se miran en los alemanes o los franceses y quieren m¨¢s Estado de bienestar. "Los mercados nos sancionan por no haber hecho bien los deberes de la integraci¨®n", a?ade Malo de Molina.
Las devaluaciones de la peseta y la necesidad de preparar el camino para entrar en el euro hacen que la econom¨ªa espa?ola supere poco a poco aquellos negros a?os. Vuelve a subirse al tren de Europa para tenerlo todo a punto para el gran acontecimiento que vendr¨ªa despu¨¦s: el sue?o de compartir moneda con los pa¨ªses con los que la econom¨ªa espa?ola aspira a medirse.
A mediados de los noventa la econom¨ªa empieza a enderezarse y en mayo de 1998 Espa?a logra aprobar los criterios de deuda p¨²blica, d¨¦ficit e inflaci¨®n que dan el pasaporte al euro. La peseta se elimina en enero de 1999 como moneda que cotiza en los mercados internacionales de divisas y es sustituida por el euro. Tres a?os m¨¢s tarde, desaparece ya como moneda de uso corriente y es sustituida por el euro.
Cuando se tom¨® la decisi¨®n de meter en cintura a la econom¨ªa espa?ola para aprobar el examen del euro, hubo algunas zonas de sombra. Coincidi¨® en el a?o 1996 con un cambio de Gobierno, el Partido Popular por el PSOE. Algunos economistas conservadores, liderados por el ex ministro de Econom¨ªa con el Gobierno socialista Miguel Boyer, se opusieron radicalmente a que Espa?a entrara a formar parte del euro. El argumento era que la econom¨ªa espa?ola no estaba preparada para dar el salto. Otros como Jos¨¦ Luis Feito fueron decididamente partidarios del euro. Hubo incluso una cumbre en La Moncloa, con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar como presidente, en la que se puso de manifiesto lo enfrentado de las posturas.
Rodrigo Rato incluso tuvo un desliz cuando, nada m¨¢s ser nombrado ministro de Econom¨ªa en el primer Gobierno de Aznar, no quiso quitarle la raz¨®n al ministro de Exteriores Abel Matutes sobre la posibilidad de "parar el reloj" del euro. Los mercados le dieron a Rato el primer susto de su mandato. Arremetieron contra la peseta y el ministro tuvo que matizar precipitadamente sus palabras.
A Aznar le convenci¨®, adem¨¢s de su ministro de Econom¨ªa, el entonces gobernador del Banco de Espa?a, Luis ?ngel Rojo. Se trataba de no echar por tierra todo el esfuerzo que el antecesor de Rodrigo Rato, Pedro Solbes, hab¨ªa hecho en aras de esa convergencia europea. Rodrigo Rato destaca ahora "la importancia que en la convergencia real, es decir, en el nivel de renta, ha tenido la consecuci¨®n de la estabilidad macroecon¨®mica".
?Ha tenido desventajas la pertenencia al euro? Por ejemplo, la p¨¦rdida de autonom¨ªa en la pol¨ªtica monetaria; los altos precios de la vivienda o la inflaci¨®n. Carlos Solchaga se?ala que "es posible que hayamos perdido grados de libertad, pero estos son m¨¢s ilusorios que reales, en tanto que somos un pa¨ªs integrado en una econom¨ªa global".
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