Implicaci¨®n y compromiso

Muchas son las realidades que no nos gustan y, sin embargo, escasa nuestra implicaci¨®n para cambiarlas. En las sociedades desarrolladas, vivimos en una introversi¨®n ego¨ªsta y hedonista que nos despoja de sensibilidad para comprender que en este planeta existen otras realidades, otros problemas aparte de los nuestros. Problemas que nos deben preocupar por caridad hacia nuestros semejantes; pero tambi¨¦n porque terminar¨¢n afect¨¢ndonos, y cuya soluci¨®n correcta va a depender de nuestra inteligencia y solidaridad.

Los ciudadanos debemos implicarnos con m¨¢s decisi¨®n para cambiar o mejorar lo que no nos parece ¨¦tico ni justo. Y aunque creamos que lo que hagamos individualmente no va a cambiar el mundo, pensemos que la suma de iniciativas y energ¨ªas s¨ª cambia o mejora las cosas. No esperemos a que los pol¨ªticos nos lo resuelvan todo; entre otras cosas porque no podr¨ªan, y porque tambi¨¦n se equivocan y, a veces, gravemente. Los ciudadanos no podemos permanecer pasivos. No podemos continuar inm¨®viles como meros espectadores; tenemos mucho que hacer, mucho que decir, mucho que exigir, mucho que cambiar. Debemos implicarnos y comprometernos. Es nuestra responsabilidad. Debemos mejorar el mundo que nos han legado nuestros antepasados.