Las empresas del Ibex consideran muy intervencionista el c¨®digo de la CNMV

Las grandes empresas del Ibex consideran que el C¨®digo de Buen Gobierno presentado ayer por el grupo de trabajo coordinado por la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) corre el riesgo de convertirse "en un cors¨¦ inc¨®modo" para las empresas cotizadas espa?olas. Aunque coinciden en las buenas intenciones con que parte y que responden al objetivo de mejorar el gobierno de las empresas y evitar actuaciones fraudulenteas, comparten que el proyecto de c¨®digo es muy poco pragm¨¢tico. A juicio de los representantes de las empresas y expertos consultados, se ha cometido una serie de errores como dar "demasiada" preponderancia a los consejeros independientes "como si fueran una panacea", considerar a todas las entidades iguales independencientemente de su tama?o o sector y no haber consultado a las propias empresas implicadas a la hora de elaborar el proyecto.

Subrayan en primer lugar que, aunque las actuaciones sean de car¨¢cter voluntario, en el fondo constutuyen una regulaci¨®n m¨¢s restrictiva que en Estados Unidos (pa¨ªs donde se origin¨® esta corriente de control tras los esc¨¢ndalos de Enron y Worldcom, entre otros) y m¨¢s exigente que las recomendaciones de la UE, sobre todo en cuanto a la naturaleza de los consejeros y sus retribuciones. Los expertos consultados destacan que "es absurdo que se signifique que es voluntario y que, al mismo tiempo, se pida a las empresas que expliquen p¨²blicamente por qu¨¦ no han aplicado tal o cual recomendaci¨®n".

El papel del independiente

Todos aplauden la mayor presencia que se quiere dar a las mujeres en los consejos de administraci¨®n, pero no que se limiten tanto el n¨²mero de consejeros como la proporci¨®n de independientes (que sean al menos un tercio del total). Asimismo, consideran que se exigen extraordinarios requisitos para ser considerado independiente y critican la posibilidad de que exista un "Consejo dentro del Consejo", ya que los consejeros llamados externos pueden comprometer decisiones fuera de la sesi¨®n del Consejo y as¨ª introducir elementos de discordia en el propio Consejo. Adem¨¢s, las empresas observan dudas sobre la perseguida independencia entre el Consejo y la alta direcci¨®n cuando "lo id¨®neo para la buena marcha de la empresa es la adecuada cooordinaci¨®n entre estos estamentos".

Sobre esos requisitos para ser independeinte, entienden que tiene sentido su presencia en una empresa con millones accionistas minoritarios y poco control del capital por parte de los principales, pero no cuando un socio controla m¨¢s de la mitad del capital; parece poco l¨®gico. Pero, al mismo tiempo, resaltan que se les "blinda" en sus cargos una vez elegidos porque s¨®lo se puede promover su salida por una causa justa.

El texto establece la m¨¢xima transparencia en las retribuciones del consejo que es valorado bien por las empresas pero ven demasiado estricto el sometimiento a la decisi¨®n de la junta de cuestiones retributivas que pueden bloquear las incorporaciones al Consejo. "Lo importante", sostiene una fuente empresarial, "es que los independientes est¨¦n preparados y no el n¨²mero que haya, que se involucren en la gesti¨®n y ¨¦sta sea buena".

Pero para las empresas aparece una dificultad a?adida cuando se acent¨²a la vigilancia entre los componentes de los ¨®rganos de Gobierno de las compa?¨ªas y aunque se afirma que son normas voluntarias lo ciertos es que generan desconfianza en los gestores.

Las empresas son especialmente cr¨ªticas, por otro lado, con las competencias que se concede a las juntas generales. Se les da un papel activo y cotidiano con reuniones peri¨®dicas, ahora anuales, con las complicaciones t¨¦cnicas que ello conlleva. En este apartado tanto las empresas como los expertos rechazan el fomento que se quiere dar a las asociaciones de accionistas y su agrupaci¨®n. "No hay duda de que su objetivo responde a un bien social, pero puede acabar fomentando la proliferaci¨®n de sociedades especializadas en utilizar las juntas en inter¨¦s personal".